Agosto es el mes de vacaciones por excelencia. Muchos padres disfrutan con los más pequeños de sus merecidas vacaciones. La playa, la piscina y las actividades al aire libre se convierten en protagonistas de estos días de calor. Sin embrago, es también en estas fechas cuando los menores están más expuestos a factores ambientales causantes de infecciones que derivan en patologías que, si bien es verdad que en la mayoría de los casos no son graves, deben ser tratadas de inmediato por un especialista para evitar complicaciones. El Servicio de Pediatría de Vithas Xanit ofrece recomendaciones para prevenir infecciones como la gastroenteritis, otitis e infecciones respiratorias y de la piel en estos meses de calor.
“Cada verano experimentamos un incremento de visitas de padres que vienen a la consulta con sus hijos con infecciones como la otitis externa, que aumentan en verano hasta un 50%”, explica la Dra. Marta García, pediatra de Vithas Xanit. “Aunque el tratamiento normalmente es sencillo, con la aplicación de gotas para los oídos en un par de días las molestias suelen desaparecer, es importante conocer algunas medidas que nos ayudarán a prevenir esta patología, sobre todo si tenemos en cuenta que aparece principalmente cuando los niños pasan mucho tiempo en el agua, algo frecuente en verano. Se recomienda que, después de darse un baño en la playa o la piscina, se sequen bien las orejas de los pequeños utilizando una toalla, e inclinando la cabeza hacia ambos lados para facilitar que el agua salga. Los oídos deben mantenerse secos tras estar expuestos a la humedad y no debemos insertar objetos en ellos como bastoncillos de algodón. Se recomienda, además, el uso de tapones cuando el niño es propenso a la otitis”, añade la pediatra.
El Servicio de Pediatría de Vithas Xanit informa que en verano también aumentan las infecciones cutáneas, “la piel también está más expuesta en verano, no sólo porque está descubierta sino también porque es frecuente que se realicen actividades al aire libre que pueden dar lugar a cortes o rasponazos, y también por el contacto frecuente con superficies húmedas, responsables de patologías de la piel como los temidos hongos”, explica la pediatra, quien añade que “para prevenir infecciones cutáneas como el impétigo (infección superficial y localizada de la piel que se manifiesta en forma de costras amarillentas principalmente en cara y extremidades) es importante mantener una higiene adecuada. Cualquier herida superficial debe lavarse inmediatamente con agua y jabón para aplicar después alguna solución antiséptica habitual”.
“Es importante mencionar también la gastroenteritis, otra de las infecciones más frecuente en los más pequeños en verano, caracterizada principalmente por vómitos y diarrea acompañadas, en ocasiones, por fiebre y dolor abdominal. Una alimentación variada, rica en frutas y verduras, frescas y bien lavadas, puede ayudar a prevenir esta patología. Si el pequeño sufre gastroenteritis lo más importante es hidratarlo, por lo que se recomienda que beban soluciones de rehidratación oral. Si el niño tiene hambre y no vomita puede hacer una dieta prácticamente normal evitando al principio bebidas y alimentos muy azucarados (refrescos, zumo de manzana, pastelería) o muy grasos. Es frecuente que se recomienden dietas astringentes (patata, arroz, zanahoria, plátano, etc.), que pueden ayudar a disminuir el número de deposiciones, pero realmente no son imprescindibles y, en cualquier caso, si se emplean no deben mantenerse más de unos pocos días, pues a la larga una dieta pobre en grasas puede favorecer una diarrea crónica”, explica la Dra. García.
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