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09 May 2013

"Conceptos emergentes de la interacción microbioma-cerebro" Stephen Collins


**Durante el seminario de Mead Johnson Nutrition en Londres con motivo de la espghan2013
El eje intestino-cerebro es un sistema de comunicación neuro-humoral y bidireccional que permite la regulación neural central de todas las funciones gastrointestinales (GI) que transmiten información con respecto al estado del intestino y su contenido luminal de nuevo al cerebro. La integridad de la microbiota intestinal es vital para la función intestinal normal y su influencia se extiende más allá del tracto GI involucrando el metabolismo, la homeostasis de la glucosa y las respuestas de dolor somáticas. Existen pruebas que demuestran que la microbiota intestinal también influye en el desarrollo y función del cerebro, y que el cerebro puede, indirectamente, alterar la composición microbiana de los intestinos, apoyando así la integración de la microbiota en el eje intestino-cerebro.
Los ratones criados en condiciones libres de gérmenes presentan un patrón de comportamiento diferente en comparación con los ratones colonizados, y esto se caracteriza por un comportamiento más exploratorio y arriesgado. Este perfil de comportamiento es reversible tras la colonización por bacterias.La desestabilización del microbioma por cambios en la dieta o la administración de antibióticos por vía oral, altera la química cerebral y el comportamiento. Tras la interrupción de la intervención, estos cambios se revierten rápido.  Para confirmar la influencia de la microbiota en el cerebro y el comportamiento, se realizaron experimentos de transferencia adoptiva en el que los componentes del fenotipo de comportamiento fueron transferidos a través de cepa de ratón tras el trasplante de la microbiota. Además, la administración de probióticos seleccionados modifica el comportamiento en modelos de ratón que presentan ansiedad.  En conjunto, estas observaciones apoyan la hipótesis de que el microbioma influye en cerebro y el comportamiento.
Los estudios que usan modelos de ratón que presentan estrés o depresión revelan que el cambio de comportamiento altera la composición microbiana de los intestinos. Esto se debe a los cambios inducidos por el estrés en la fisiología intestinal que alteran el micro-entorno bacteriano, lo que resulta en un cambio adaptativo en la composición microbiana.
La patogénesis de la enfermedad de comportamiento y los trastornos gastrointestinales funcionales se han considerado una consecuencia del estrés en los primeros años de vida.  El modelo de la separación materna (SM) se utiliza para estudiar esta secuencia de eventos. Los resultados de la SM con el estrés y la ansiedad, como se refleja en la activación del eje hipotálamo hipófisis (HPA) y el perfil de comportamiento, respectivamente. El control de la función colinérgica del colon también se modifica y esto provoca cambios en el microbioma. Si bien la separación materna de los ratones libres de gérmenes causó la activación del HPA, no hay cambios evidentes en el comportamiento. Cuando los ratones libres de gérmenes fueron colonizados tras la SM, mostraron un comportamiento ansioso evidente. Estos resultados indican que la microbiota intestinal es crítica para la expresión de las anomalías de comportamiento que resultan en estrés de la vida temprana y apoyan la existencia de un eje microbioma-intestino-cerebro bidireccional.

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