La revista científica internacional The Annals of Nutrition and Metabolism publica en su último número las conclusiones de los investigadores Rajwinder K. Harika, Ans Eilander, Marjan Alssema, Saskia JM Osendarp y Peter L. Zock acerca del consumo de la cantidad de grasas, así como de su tipología, en 40 países diferentes.
Tras esta revisión de datos, los autores del artículo han concluido que en la mayoría de los 40 países estudiados no se ingieren las cantidades adecuadas de cada tipo de ácidos grasos. Mientras que la población de 29 de estos países incluye en su alimentación más grasas saturadas de las recomendadas. En 20 de estos países no se toman las cantidades necesarias de poliinsaturadas, por lo que la ingesta de ácidos grasos esenciales, omega 3 y 6, son insuficientes.
Según recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 20 y 35% de la energía diaria ingerida debe provenir de los lípidos para asegurar un correcto funcionamiento del organismo. Hay que reducir el consumo de grasas saturadas, estás deben aportar como máximo un 10% de la energía, mientras que debemos fomentar el consumo de grasas poliinsaturadas, aportando del 6 al 11 % de la energía.
El presente estudio pone de manifiesto el papel fundamental que deben jugar las entidades médicas y los profesionales de la salud en la concienciación sobre la importancia del consumo de ácidos grasos y su incorporación en la alimentación.
Según explica la Dra. Juana Morillas, experta en Nutrición consultada por el Instituto Flora, afirma que “aún queda mucho trabajo por hacer en cuanto a la sensibilización respecto a la existencia de los distintos tipos de grasas, y el papel que éstas cumplen en la salud cardiovascular. Nuestro papel como expertos debe centrarse en la prevención y fomento de unos hábitos de vida más saludables”.
Panorama global
En su desglose por países, son varios los Estados que suspenden en cuanto a la ingesta de ácidos grasos. En Europa, únicamente los Países Bajos llevan a cabo un consumo de grasas poliinsaturadas dentro de los niveles recomendados, un 6,8%, mientras que en el campo de las saturadas, exceden el nivel máximo, situándolo en el 13,1%.
El resto de países europeos examinados tampoco cumplen las recomendaciones nutricionales. Suecia es el país que más se excede en el consumo de ácidos grasos saturados, con un 14,5%. En el ámbito mundial, Indonesia es el país con hábitos menos saludables en cuanto al consumo de grasas, puesto que consume más del doble de grasas saturadas recomendadas (20,9%) y la mitad de las poliinsaturadas (3,5%).
España, por su parte, suspende en ambas categorías. Respecto a la ingesta de ácidos grasos saturados, supera por dos puntos las recomendaciones de la OMS con un 12%. Mientras que en el caso de las grasas poliinsaturadas, no llega a la cantidad necesaria de entre 6-11%. Los españoles consumen 5,6% de poliinsaturadas.
Entre los aprobados, destaca el caso de Sudáfrica que mantiene una ingesta de grasas adecuada: 7,8% de ácidos grasos saturados y 6,3% de poliinsaturados.
Como conclusión general de este estudio (“SAFA-PUFA intake study”), publicado por The Annals of Nutrition and Metabolism, se confirma que la población no ingiere el tipo de grasa adecuado, siendo necesario en la mayoría de los casos reducir la cantidad de grasas saturadas y aumentar las poliinsaturadas para mantener una alimentación cardiosaludable, ya que hay grasas poliinsaturadas, como el DHA y el EPA, que contribuyen al normal funcionamiento del corazón y al mantenimiento normal de los triglicéridos y grasas esenciales, Omega 3 y 6, cumplen un papel en el mantenimiento normal del colesterol.
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