Un estudio liderado por investigadores españoles del Instituto de Salud Carlos III, del CSIC y de la Comunidad de Madrid, ha conseguido relacionar por vez primera el aumento de mortalidad por enfermedades respiratorias con el ruido ambiente de la ciudad de Madrid. El trabajo acaba de ser publicado en la revista de la Sociedad Europea Respiratoria -European Respiratory Society-, cabecera de referencia en este tipo de investigaciones. Las conclusiones han sido obtenidas tras haber analizado los datos de mortalidad diaria por causas respiratorias registrados durante tres años -de 2003 a 2005-, en la capital de España, y los autores estiman que son extrapolables a cualquier núcleo urbano que registre niveles de ruido similares a los existentes en Madrid.
Niveles de cortisol

La investigación, llevada a cabo por científicos del Instituto de Salud Carlos III, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC y de la Comunidad Madrid, se planteó determinar si el ruido del tráfico podría tener alguna influencia en la mortalidad por enfermedades respiratorias, ya que dicha relación aún no había sido explorada, a pesar de las numerosas investigaciones que han asociado dicho ruido a otro tipo de patologías ligadas a la audición o a los trastornos del sueño e, incluso, a enfermedades dermatológicas o cardiovasculares.
Los autores del trabajo apuntan que la causa del incremento podría estar ligada al aumento en sangre de los niveles de cortisol, una hormona que se libera en situaciones de estrés, y la relación del estrés y el ruido sí está demostrada.
El efecto del ruido
Tanto Julio Díaz, científico titular del Instituto de Salud Carlos III, ISCIII, como Cristina Linares, del mismo Instituto, coautores de la publicación, consideran que la relevancia del estudio radica, precisamente, en haber conseguido relacionar por primera vez la mortalidad por causas respiratorias y el ruido, independientemente del efecto de la contaminación atmosférica química en dichas patologías.
El efecto del ruido sobre la mortalidad es del 6,2 % por cada dB(A) de incremento de los niveles de ruido. El grupo de población más vulnerable es el de mayores de 65 años y el impacto sobre la mortalidad es similar al atribuible a la contaminación por partículas, también relacionadas con el tráfico en las grandes ciudades y, por tanto, los autores sugieren que habría que articular medidas destinadas a la disminución de este contaminante físico.
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