El Instituto ECRI de Estados Unidos ha
publicado el informe ‘Top 10 Health Technology Hazards for 2015’, en el que
recoge las principales tecnologías del ámbito sanitario sobre las que los profesionales
del sector deben prestar una especial atención este año por los riesgos asociados
a su uso. En el primer lugar del ranking se encuentra el uso inadecuado en la
configuración de las alarmas de los sistemas de información médicos, seguido de
la integridad de los datos por datos incorrectos o perdidos en las historias
clínicas electrónicas y otros dispositivos tecnológicos.
“El Instituto ECRI ya puso de manifiesto
en 2014 la necesidad de poner en marcha programas para minimizar el número de
las alarmas clínicamente insignificantes. Este año, hace hincapié en el mal uso
de estas alertas, cuyos eventos adversos están relacionados con avisos perdidos
o no reconocidos por una mala configuración, por lo que se deben determinar
cuáles pueden ser desactivadas y establecer, así, rangos de prioridad según las
necesidades de cada área y la gravedad de los pacientes para que los
profesionales no reciban notificaciones cuando sucede una situación de alerta o
estar expuestos a un excesivo número de alarmas”, explica Jesús Lucinio
Manzanares Pedroche, presidente de la Sociedad Española de Electromedicina e
Ingeniería Clínica (SEEIC).
En la misma línea, desde esta Sociedad científica
inciden en que, si bien “el Instituto ECRI recoge en este listado los riesgos
asociados a algunos de los dispositivos médicos en plena proliferación de cara a
2015, el sistema sanitario debe concienciarse de que es cada vez más
prioritario velar por el uso correcto de la tecnología en aras de una atención
sanitaria segura y de calidad. Para ello, deben tomarse las medidas oportunas,
que pasan por la cualificación profesional, la disposición de medios adecuados,
la realización de verificaciones así como controles de seguridad”.
Datos
incorrectos en la historia electrónica
Entre estos errores se encuentran, por
ejemplo, fallos en la entrada de datos, uso inadecuado de los valores por
defecto, copiar y pegar información antigua en un nuevo informe, el uso al
mismo tiempo de información relativa a un mismo paciente en formato papel y
electrónico, entre otros. En el caso de España, la SEEIC ha recordado que el grado de integración de
las herramientas TIC aún es bajo y la historia clínica electrónica común está
pendiente de su pleno desarrollo desde el año 2006.
Otros
riesgos tecnológicos potenciales
El informe también destaca otros riesgos
potenciales como el reproceso inadecuado de endoscopios y otros instrumentos
quirúrgicos; desconexiones no detectadas por fallos en las alertas en la
ventilación mecánica; los errores en el uso y funcionamiento de dispositivos de
cuidado de pacientes; las variaciones no detectadas en la exposición a
radiaciones; la cirugía robótica por las complicaciones debidas a un
aprendizaje insuficiente; la ciberseguridad por una protección insuficiente de
dispositivos médicos y sistemas de información; y los recordatorios excesivos
en los programas de control y alertas de seguridad.
El mismo estudio en España
Los objetivos que persigue el Instituto ECRI con la publicación de este
artículo, el cual se actualiza de manera periódica, van desde proporcionar un
juicio independiente y objetivo a la hora de adquirir, administrar y utilizar
dispositivos, equipos y sistemas médicos, ser un centro de información de los
peligros y deficiencias de los productos sanitarios, hasta fomentar la mejora
de los dispositivos médicos a través de un mercado informado.
“En España no existe un organismo que desempeñe un papel similar al del
Instituto ECRI, imparcial, aséptico y realista, que mida, evalué, y en
definitiva, cambie el modelo actual de evaluación de la tecnología sanitaria.
Este organismo debería llevar a cabo, entre otras medidas, un análisis de
coste/efectividad del proceso en su conjunto y un cambio de modelo hacia una
agencia de evaluación encargada de dicho análisis”, explica Jesús Lucinio Manzanares.
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