Las punciones lumbares, la manipulación de sondas, la cura de heridas, úlceras o quemaduras y los pinchazos para realizar analíticas y poner la medicación son algunas de las causas de dolor en los niños ingresados en los hospitales. En este sentido, la aplicación del óxido nitroso puede ayudar a limitar la ansiedad asociada a las manipulaciones médicas y “reducir en un 50% el dolor por procedimientos en los pacientes pediátricos”. Así lo ha señalado el doctor Francisco Reinoso-Barbero, jefe de sección de Anestesia Infantil, coordinador de la Unidad de Dolor Infantil y Servicio de Anestesia del Hospital Universitario La Paz, durante intervención en el simposio Óxido nitroso al 50%, un hospital sin dolor celebrado, organizado por Linde Healthcare en el marco del XXXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación, con el objetivo de divulgar entre los anestesiólogos la posibilidad de disponer de un gas que normalmente está destinado a la esfera de quirófano.
El óxido nitroso al 50% es eficaz para aliviar el dolor, produciendo un efecto sedante sin pérdida de conciencia. Según el doctor Reinoso-Barbero “el simple hecho de que no duela ayuda a los pacientes a estar a tranquilos e incluso hace que se olviden de lo que se les ha hecho y eso es una gran ventaja, ya que hace que el niño esté relajado, tranquilo y que no asocie hospital con dolor”.
La doctora Marina Perelló, anestesióloga y coordinadora del programa “Hospital sin Dolor en los Pequeños Procedimientos, coincide en esta afirmación señalando que “los efectos de analgesia, ansiolisis y amnesia que produce el óxido nitroso son de gran importancia en el paciente pediátrico, ya que tiene menos recursos para controlar la ansiedad y el miedo ante un medio hostil como el hospitalario y sus experiencias dolorosas van a determinar la percepción del dolor en la edad adulta”.
La implementación del óxido nitroso forma parte de los objetivos del programa mencionado. El objetivo es el de prevenir y tratar el dolor y la ansiedad que se asocian a los procedimientos que no producen dolor y se realizan con el paciente despierto, sin la necesidad de una sedación profunda o una anestesia general realizada por un anestesiólogo. “Se trata de sensibilizar a los profesionales, educar y difundir el conocimiento tanto de las técnicas farmacológicas como las no farmacológicas, integrar plenamente a los padres o cuidadores en el proceso de atención y conseguir un cambio cultural, en la forma de trabajar” apunta la doctora Perelló.
No sólo en niños
Según la doctora Luisa María González, JS de Anestesiología y Reanimación y Presidenta del Comité de Atención al Dolor del Hospital Universitario Severo Ochoa, recientes estudios ponen de manifiesto, que en nuestros modernos hospitales del siglo XXI la prevalencia del dolor sigue siendo elevada; especialmente se constata esta realidad en los pacientes adultos sometidos a técnicas diagnósticas y terapéuticas que cursan con dolor. Estos procedimientos consisten en punciones, drenajes o exploraciones invasivas, que se realizan habitualmente sin anestesia, causando dolor, ansiedad y discomfort en los pacientes. En Europa, muchos países han incorporado “el óxido nitroso equimolar en la práctica clínica, para aliviar el dolor de estas técnicas, y en el trabajo de parto. En España, tomando como referencia esta buena experiencia se incorporó primero en los niños, y más recientemente el óxido nitroso se está abriendo camino en adultos” indica.
El tratamiento con óxido nitroso, en una mezcla fija al 50% con oxígeno; y con un flujo “a demanda”, permite proporcionar sedación consciente auto-administrada por el paciente y no requiere que el médico que realiza la técnica administre la sedación. Aunque la presencia del anestesiólogo sería lo ideal, no siempre es posible en todos los lugares del hospital donde a diario se hacen estos procedimientos, sin embargo, eso no justifica que se permita el dolor de estos enfermos. El Entonox es una alternativa segura y eficaz, ya que el paciente se lo administra a demanda de sus necesidades (intensidad del dolor, estado nervioso, etc.), sin riesgo de sobre dosificación y con escasos efectos adversos. La sensación que experimenta el paciente “es muy placentera, lográndose una ansiolisis, relajación y desconexión del medio, que hace que a los pacientes les moleste menos el procedimiento. Los servicios de anestesia deben liderar la atención al dolor y desarrollar el protocolo hospitalario de uso clínico de Entonox, ya que es quién puede definir qué procedimientos se pueden realizar de este modo y cuales requieren de la presencia de un anestesiólogo” apunta la doctora González.
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