. La Clínica Universidad de Navarra ha
puesto en marcha un nuevo ensayo clínico que probará, por primera vez en el
mundo, la eficacia y seguridad de un fármaco inmunoterápico administrado antes
y después de la cirugía en pacientes con glioblastoma multiforme (el tumor
cerebral más agresivo). La Clínica es el único centro que actualmente
desarrolla esta investigación.
“El
estudio es novedoso en el uso de estos tratamientos alrededor de la intervención
quirúrgica en un tumor cerebral de extraordinaria malignidad, como es el
glioblastoma multiforme”, apunta el Dr. Ignacio Melero,
investigador principal del ensayo clínico y especialista en Inmunología e
Inmunoterapia de la Clínica Universidad de Navarra y del CIMA (Centro de Investigación
Médica Aplicada). El Dr. Melero es además miembro del IDISNA (Instituto de
Investigación Sanitaria de Navarra).
Según estudios epidemiológicos, el
glioblastoma tiene un impacto muy elevado en la mortalidad, con una incidencia de 6 personas afectadas al
año de cada 100.000.
Ensayo y
pacientes candidatos
El ensayo clínico, en fase de
reclutamiento, se realizará con el fármaco nivolumab, de la farmacéutica
Bristol Myers, en una muestra de 29
pacientes diagnosticados por primera vez de glioblastoma o ya tratados de
este tumor mediante terapia estándar y cirugía, en los que ha reaparecido la
enfermedad (recidiva). El tratamiento convencional para el glioblastoma
consiste en aplicar quimioterapia y radioterapia tras la cirugía.
“Es la
primera vez en el mundo que se prueba este fármaco inmunoterápico (estimulador de la inmunidad)
antes del tratamiento estándar del glioblastoma multiforme -cirugía seguida de
quimio y radioterapia-, además de administrarlo durante y después de este
tratamiento estándar”, describe el Dr. Javier Aristu, coordinador del Área
de Neurooncología de la Clínica.
La metodología del ensayo establece la administración del nivolumab al
paciente, por vía intravenosa, quince días antes de la operación en la que se
le extirpará el tumor. Posteriormente a la cirugía, durante y después del
tratamiento con quimio-radioterapia, se aplicará el nuevo fármaco con una
cadencia quincenal. “La evolución de cada
paciente tras la administración del tratamiento inmunoterápico se controlará
mediante resonancia magnética. Esta prueba de imagen se realizará antes de la
cirugía y, posteriormente, con una frecuencia que dependerá de la respuesta de
cada paciente al fármaco que estamos probando”, explica el Dr. Alfonso
Gúrpide, especialista en Oncología de la Clínica e investigador y coordinador
del Área de Neurooncología.
Datos “muy
esperanzadores”
En general, los pacientes diagnosticados de este tipo de tumores
cerebrales presentan “mal pronóstico con
escasas opciones terapéuticas curativas”, alertó el Dr. Aristu. El
especialista anunció, en este sentido, datos preliminares “muy esperanzadores” sobre los efectos de estos fármacos inmunoterápicos
en otros tumores y en glioblastomas en fases más avanzadas.
Y es que en un porcentaje de pacientes
con otros tipos de cáncer a los que se ha administrado tratamiento inmunoterápico “se ha conseguido que los pacientes no
sucumban a la enfermedad en muchos meses y que un tanto por ciento de ellos se
beneficien del tratamiento a largo plazo, convirtiéndose en largos
supervivientes. Los datos preliminares disponibles indican que el glioblastoma
multiforme no será una excepción”, describe el Dr. Melero.
Los tumores en los que la inmunoterapia ha conseguido mejorías más
destacadas en cuanto a prolongación de la supervivencia han sido, hasta la
fecha, el melanoma metastásico, el
cáncer de pulmón y el de riñón, principalmente.
Según explica el especialista, cuando se manifiesta un tumor, “lo que sucede es que ha sido capaz de
“burlar” los mecanismos de vigilancia del sistema inmunitario”. Por eso, mediante
los tratamientos inmunoterápicos, lo que los investigadores pretenden es “conseguir ‘amaestrar’ los mecanismos del
sistema inmunitario para enviarle, de forma artificial, instrucciones para que
reconozca y destruya las células cancerosas”.
La mejor
opción terapéutica disponible
El equipo de Neurocirugía de la Clínica, que se hará cargo de esta labor, es pionero a nivel mundial en el uso de cirugía guiada con fluorescencia
para el glioblastoma, técnica quirúrgica en la que el
tumor se identifica mejor mediante el uso de un microscopio fluorescente. La
fluorescencia consigue mejorar las resecciones (extirpaciones), disminuyendo
más eficazmente la carga tumoral residual que debe eliminar el sistema
inmunitario, cuyas funciones se estimulan con el tratamiento experimental.
Este estudio aporta importantes ventajas, tanto desde el punto de vista
del paciente, como desde el de la investigación. “Para el paciente, conseguir una resección muy completa mediante
cirugía guiada por fluorescencia y resonancia magnética de alto campo
intraoperatoria y combinarlo con inmunoterapia es, sin duda, la mejor opción
terapéutica disponible a día de hoy”, subraya el Dr. Ricardo Díez Valle,
especialista en Neurocirugía y coordinador del mismo Área de Neurooncología.
Desde el punto de vista de la investigación, conviene, se trata de un
modelo de diseño “muy moderno”, en
cuanto a la administración de un fármaco y en cuanto a que “vamos a obtener una muestra del tumor que nos va a enseñar cómo está
trabajando ese fármaco en el tejido tumoral”. Para el neurocirujano “esta es la manera en que podemos progresar
más rápidamente en el conocimiento necesario de este tipo de tumores tan
complejos”.
Referencia
en inmunoterapia
En la actualidad, equipos investigadores de la Clínica
Universidad de Navarra y del CIMA (Centro de Investigación Médica Aplicada)
mantienen en marcha un total de 25 ensayos clínicos basados en inmunoterapia
para el tratamiento de distintas patologías oncológicas. Las principales son el
melanoma metastásico y el cáncer de pulmón, además de cáncer de vejiga, de
riñón, de cabeza y cuello, hepático, estómago y cérvix entre otros.
La Clínica y el CIMA de la Universidad de Navarra son
centros de referencia europeos en materia de inmunoterapia para cáncer, en la
que llevan años investigando. En concreto, desde que hace tres años
desarrollasen el primer ensayo clínico de un fármaco inmunoterápico para el
cáncer de riñón y otro para cáncer de hígado.
“De los 25 ensayos clínicos diferentes que tenemos en marcha, lo más
destacable es que una decena de ellos son estudios en fase 1 ó 2, que los
estamos probando en pacientes por primera vez en el mundo”, subraya el Dr. Melero.
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