Sandoz, división del Grupo Novartis, celebra el 35 aniversario de la aprobación y registro de la ciclosporina por las autoridades sanitarias suizas. Se trata de una sustancia producida naturalmente obtenida del microhongo filamentoso Tolypocladium inflatum. Este inmunosupresor fue diseñado específicamente para los receptores de trasplantes de riñón, corazón, pulmón, hígado e incluso de medula ósea. Una de las principales ventajas que aporta esta sustancia es que no suprime todas las células involucradas en la respuesta inmune de la misma manera, lo que implica que el sistema del paciente trasplantado sea capaz de combatir las posibles infecciones.
Décadas atrás, concretamente en 1962, se realizó el primer trasplante renal1, y fue unos años después, el 16 de diciembre de 1966, cuando William Kelly y Richard Lillehei practicaron en la Universidad de Minnesota, el primer trasplante de páncreas2. Poco después, el doctor Thomas Starzl, pionero en el trasplante de hígado3, realizó el primero con éxito en 19674. Este mismo año, el Dr. Bernard realizaba en Sudáfrica la primera cirugía de trasplante cardiaco de forma exitosa3.
La ciclosporina fue investigada por Sandoz como un antibiótico antifúngico, pero su espectro de acción era demasiado estrecho para tener un uso clínico. Sería en 1976 cuando el jefe del departamento de inmunología de Sandoz, Jean Borel, publicara acerca del efecto inmunodepresor observado en la ciclosporina.
El Dr. Oppenheimer, Jefe de la Unidad de Trasplante Renal del Hospital Clínic de Barcelona, menciona al respecto que “el avance conseguido al incorporar la ciclosporina cambió radicalmente la visión de un ‘tratamiento todavía en fase experimental’ como hasta entonces se venía considerando al trasplante renal por parte de muchos profesionales. La eficacia y seguridad aportadas por la ciclosporina contribuyó de tal manera a expandir la actividad de trasplante renal y a hacer realidad otras modalidades de trasplantes de órganos, que incluso observándolo desde la perspectiva actual, no deja de sorprendernos.”
Con la llegada de la ciclosporina se consiguió una mejoría considerable de las tasas de supervivencia de los pacientes trasplantados que, hasta ese momento, seguía siendo muy elevada, en especial por complicaciones infecciosas derivadas de una inmunosupresión excesiva e ineficaz. La potencia inmunosupresora de la ciclosporina revolucionó el mundo del trasplante obteniendo una acusada bajada en las tasas de rechazo de los órganos trasplantados.
Sería a partir de principios de la década de los 80 cuando este medicamento comenzara a comercializarse en diferentes países del mundo, haciendo que Sandoz acompañara el desarrollo de los trasplantes contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Para Antonio Tombas, Presidente de la Asociación de Enfermos del Riñón de Cataluña (ADER) y primer paciente trasplantado de riñón en 1984 en el Hospital Clínico de Barcelona en tomar este medicamento en España, “la ciclosporina es el punto y aparte que permite afrontar el trasplante con una mayor seguridad de éxito, no sólo a nivel de duración del órgano trasplantado sino, principalmente, de la calidad de vida. Ello nos ha llevado a un cambio psicológico a la hora de afrontarlo. Además, añade que “podemos decir sin temor a equivocarnos que con la introducción de ciclosporina se produce un antes y un después en la historia de los trasplantes y, sobre todo, en la vida de los pacientes”.
Sandoz actualmente comercializa el tacrolimus de liberación inmediata y micofenolato de mofetil, ambos fármacos en la terapia estándar utilizados para evitar el rechazo del injerto en el paciente trasplantado. De acuerdo con su compromiso en esta área terapéutica, Sandoz pretende continuar trabajando en la mejora de la adherencia y de la calidad de vida de los pacientes trasplantados. Según Elías Ron, Director del área de Biosimilares y Hospitales de Sandoz, “estamos trabajando en futuros lanzamientos de medicamentos destinados a este tipo de pacientes, volcando todos nuestros esfuerzos en el desarrollo de proyectos enfocados a mejorar la calidad asistencial en la consulta de trasplantes a través de programas de soporte al paciente y de adherencia que permitan les tener una mejor calidad de vida y un mayor control sobre su medicación”.
No comments:
Post a Comment