En el marco del XXI Congreso de la European Stroke Conference que ha tenido lugar en Lisboa, Boehringer Ingelheim ha presentado el reciente trabajo “Economic evaluation of dabigatran etexilate in stroke prevention in patients with non valvular atrial fibrillation”.
Los resultados del análisis coste-efectividad de dabigatrán para la prevención del ictus y embolia sistémica en fibrilación auricular no valvular concluyen que el anticoagulante oral dabigatrán etexilato disminuyó el número de eventos sufridos por los pacientes, aportando beneficios en la cantidad y calidad de vida de los pacientes que recibieron este tratamiento respecto al resto de pacientes tratados con warfarina o con el patrón de prescripción habitual en España1.
De esta forma, cuando los costes sociales fueron introducidos en el estudio, dabigatrán etexilato demostró ser una estrategia dominante, es decir más eficaz y menos costosa, suponiendo un ahorro de 698€ por paciente en comparación con la warfarina y de 4128€ por paciente en comparación con el patrón real de prescripción.
Así, el estudio reafirma que dabigatrán etexilato presenta una mayor efectividad respecto a los tratamientos actuales y por lo tanto concluye que tratar a los pacientes con Pradaxa® no sólo es una estrategia eficiente para el Sistema Sanitario Español, sino también para la sociedad dado que se disminuyen los costes sociales del ictus.
El Dr. Juanatey cardiólogo del Hospital Clínico de Santiago de Compostela y coordinador del estudio afirma que por un lado “al mirar la eficiencia de dabigatrán etexilato tanto en el tratamiento de pacientes con un mal control del INR (con un índice de coagulación fuera del rango indicado (2-3), así como en el caso de pacientes que no reciben tratamiento, hemos observado que supone un uso eficiente de los recursos del Sistema Sanitario Español”. Asimismo también ha afirmado que “desde la perspectiva de la sociedad, dabigatrán etexilato resultó una estrategia dominante puesto que mostró una mayor efectividad y menor coste en las comparaciones realizadas”.
En España, el ictus es la segunda causa de muerte, la primera en el caso de las mujeres. Se trata también del primer motivo de discapacidad grave en el adulto, tanto física como intelectual, y de dependencia en España.
El ictus se traduce en un gran impacto en el ámbito individual, familiar y social además de la carga económica que representa para los sistemas sanitarios de todo el mundo.
Concretamente en el caso de los pacientes con fibrilación auricular, éstos presentan un riesgo cinco veces mayor de sufrir un ictus. La severidad de los ictus en los pacientes con FA es mayor, estimándose que el 60% de los casos deriva en incapacidad.
La carga socioeconómica del ictus por FA en España es enorme. Dependiendo del grado de discapacidad, estas personas requieren una gran demanda de servicios sanitarios y sociales, a ello se debe sumar la carga familiar o de sus cuidadores, lo que también se traduce en costes informales derivados de esta enfermedad4.
De esta forma, el futuro de la lucha contra el ictus pasa por desarrollar estrategias y políticas orientadas a prevenir el ictus promoviendo el diagnóstico precoz y de los tratamientos preventivos que ayudarían a reducir el número de accidentes cerebrovasculares.
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