La hipertensión pulmonar es una enfermedad poco
frecuente que se produce cuando la presión de la sangre en la arteria
pulmonar es mayor o igual que 25mmHG (lo normal es 14mmHg). Se trata de una
patología en la que se producen aproximadamente entre 1 y 2 casos por millón
de habitantes y cuyo riesgo es más frecuente en el sexo femenino, tanto en
adultos como en la edad pediátrica. “A pesar de ser una patología poco
frecuente, la hipertensión pulmonar es una enfermedad grave siempre que se
presenta, por lo que hay que seguirla de cerca y tratarla adecuadamente en
centros especializados. No debemos olvidar que esta patología puede llegar a
ser mortal” ha explicado el doctor Joan Balcells, jefe de la Unidad de
Cuidados Intensivos Pediátricos del hospital Vall d'Hebron de Barcelona
durante su intervención en el Simposio “Abordaje terapéutico en el fallo
ventricular derecho en Pediatría”, celebrado en el marco del XXVIII Congreso
de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos.
La hipertensión pulmonar en la edad pediátrica puede tener varias
manifestaciones. Por un lado, puede ser idiopática, cuando no se puede
atribuir a una causa específica y por otro lado, se puede asociar a
cardiopatías congénitas, donde los vasos del pulmón sufren una dinámica de
funcionamiento alterada y hace que aparezca la hipertensión pulmonar.
A lo largo del encuentro, los expertos han hecho referencia a que uno de los
problemas de la hipertensión pulmonar es el fracaso ventricular derecho. En
este sentido, el doctor Balcells señala que “las estrategias terapéuticas
para el manejo de esta patología son básicamente dos: la primera consiste en
proporcionar fármacos que ayuden al corazón para que éste pueda latir con
más fuerza, pero es una estrategia de poco recorrido porque el ventrículo
derecho no es un músculo muy fuerte”. Y añade, que “por eso, la mejor
estrategia es tratar la hipertensión pulmonar cuando esta patología está
presente. Es decir, disminuir la resistencia contra la que el corazón debe
bombear la sangre, para lo que se emplean los llamados fármacos
vasodilatadores pulmonares”.
Los avances con los vasodilatadores selectivos
Existen herramientas eficaces que pueden ser muy útiles en aquellos momentos
graves en los que los pacientes están ingresados en las Unidades de Cuidados
Intensivos, que es generalmente cuando la hipertensión pulmonar tiene más
repercusión sobre el funcionamiento ventricular derecho. En este sentido, el
óxido nítrico inhalado (Inomax®), un vasodilatador pulmonar selectivo, puede
ayudar a reducir la presión arterial pulmonar, mejorar la oxigenación y
optimizar la función ventricular derecha reduciendo la carga de trabajo de
la parte derecha del corazón.
Por ejemplo, se puede utilizar en el tratamiento de recién nacidos de más de
34 semanas de gestación que padezcan una insuficiencia respiratoria
hipoxémica asociada a evidencia clínica o ecocardiografía de hipertensión
pulmonar, a fin de mejorar la oxigenación y reducir la necesidad de
oxigenación por membrana extracorpórea. Por otro lado, también es eficaz
como parte del tratamiento de la hipertensión pulmonar perioperatoria y
postoperatoria en cirugía cardíaca en adultos y niños, a fin de mejorar la
función ventricular derecha y la oxigenación.
Sin duda, la administración del óxido nítrico inhalado tiene múltiples
beneficios ya que “se trata de un medicamento que actúa de manera inmediata
y sin apenas efectos adversos en el organismo. Además es fácil de
administrar en las Unidades de Cuidados Intensivos y es efectivo para tratar
el problema que queremos resolver”, explica el doctor Joan Balcells.
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