**Por Rodrigo
Córdoba García, Profesor de la Facultad de medicina. Zaragoza. Ex portavoz del
Comité Nacional para la la Prevención del Tabaquismo (CNPT)
En
democracia es normal que todo el mundo tenga derecho a expresar su opinión. El
sr. Juan Páramo, antiguo marketing
manager de la multinacional British
American Tobacco y actualmente portavoz de la llamada Mesa del Tabaco así lo hecho
en diversos medios. La Mesa del Tabaco constituida por los diversos sectores
relacionados con cultivo, fabricación, distribución y venta del tabaco
representa simplemente los intereses de la industria tabaquera que se opone a
la Directiva Europea de Tabaco. Para empezar nos dicen que el tabaco sigue
siendo de venta legal. Si es legal, es
por que su producción y venta masiva se remonta a finales del siglo XIX.
Y después de más de un siglo y de 1300 millones de fumadores en todo el mundo no
es viable ilegalizarlo de un día para otro. Sin embargo podemos afirmar
categóricamente que si apareciese en el mercado un producto similar, ningún
gobierno democrático y decente autorizaría en estos momentos su venta.
Por si
alguien tiene dudas le pedimos las siguientes reflexiones: ¿que otro producto
del mercado acaba con la mitad de sus consumidores? ¿Que otro producto, en
España, causa una muerte anual por cada
puesto de trabajo que genera? La
industria del tabaco no tiene respuesta para estas preguntas y desde que en
1954 se demostró que el tabaco causa cáncer no ha parado de mentir y manipular
a la opinión pública. La directiva europea de tabaco resulta amenazante para la
industria precisamente porque tienen evidencia científica y disminuirá el
consumo entre los jóvenes y en los adultos. De lo contrario no tendrían tanta
oposición. Hay evidencia científica y empírica que cuando mayor es el tamaño de
las advertencias sanitarias mas gente intenta dejar de fumar. Hay evidencia de
que en los años 60 era menos difícil dejar de fumar que en la actualidad. Eso
se debe entre otras cosas a que en 1960 para fabricar 1000 cigarrillos se
usaban 1079 gramos de tabaco mientras que en 2000 se usaba solamente 437 gramos
, siendo el resto desechos de tabaco y aditivos químicos ( 600 según algunos
gobiernos europeos).
A pesar de todo tienen la desfachatez de hablarnos de
calidad de producto, de puestos de trabajo y de impuestos. La reestructuración
de la empresa hispano-francesa Altadis supuso la pérdida de casi 900 puestos de
trabajo, una buen parte de ellos en la factoría de Cádiz, zona que no esta
precisamente sobrada de puestos de trabajo. Es la globalización y la
deslocalización lo que pone en peligro los puestos de trabajo, no las
directivas europeas. Por poner un ejemplo, la producción de cigarrillos en el
Reino Unido aumentó un 3% entre 1990 y 1998, mientras que los empleos en el
sector en el mismo periodo descendieron un 75%. El Banco Mundial ha demostrado
que la puesta en marcha de políticas integrales del tabaco tendría muy poca o
ninguna repercusión en el empleo total de la mayoría de países. La cantidad de
puestos de trabajo permanecería igual o aumentaría en muchos países, dado que
el gasto en tabaco y productos relacionados pasaría a otros productos y
servicios que generan otros empleos y tributos alternativos.
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