La inactividad física es uno de los grandes enemigos de la salud y
una de las principales causas de las enfermedades crónicas como el sobrepeso y
la obesidad, cuya prevalencia está aumentando rápidamente en un gran número de
países de todo el mundo. Diversas autoridades nacionales e internacionales,
como la Organización Mundial de la Salud, han llamado a la acción para abordar
este problema de salud pública. Los expertos coinciden en señalar la asociación
entre la inactividad física y el aumento del riesgo de enfermedades
cardiovasculares, así como el valor de la actividad física en la mejora de la
salud cardiovascular. Éstos han sido algunos de los principales temas
analizados durante el Simposio “Active healthy living and prevention
of chronic diseases” celebrado en el marco del Congreso Internacional de Nutrición
que ha tenido lugar estos días en Granada.
Según ha publicado el Daily News
del Congreso Internacional de Nutrición “los individuos obesos que están en
forma tienen un riesgo de mortalidad mucho menor que las personas delgadas que
no son activas físicamente”. Este foro internacional, que ha
puesto en valor la relevancia de la actividad física en la salud y prevención
de enfermedades, ha contado con la participación de expertos en éste área como
el Prof. Steven N. Blair, del Centro de Investigación para la Prevención de la
Universidad de Carolina del Sur, en Columbia (EEUU); la Dra. Sandra Matsudo,
del Centro de Capacidad Física de Sao Caetano del Sur, Sao Paulo (Brasil); la
Prof. Marianella Herrera, de la Universidad Central de Venezuela (Caracas); y
el Dr. Michael Pratt, del Centro Nacional de Prevención de Enfermedades
Crónicas y Promoción de la Salud de Atlanta (EEUU).
Según el Prof. Steven N. Blair,
del Centro de Investigación Preventiva de la Universidad de Carolina del Sur en
Estados Unidos, “si se está moderadamente en forma, la obesidad no es un
riesgo para la salud”. El experto ha destacado que “los obesos moderadamente activos
tienen un riesgo sólo 1,5 más alto de morir en los próximos diez años que las
personas sedentarias que tienen un peso normal y no hacen actividad física”.
“Hemos estudiado todas las causas de mortalidad,
enfermedades del corazón, cardiovasculares, cánceres mortales, y en todos
hemos encontrado el mismo resultado: la obesidad no es un riesgo si las
personas son activas físicamente”.
Así, para
este reconocido especialista, “los programas de salud pública y las
recomendaciones sobre la obesidad deben hacer mayor énfasis en el papel de la
actividad física en el control el peso de lo que se hace en la actualidad”.
Según el estudio “Aerobics Center Longitudinal Study (ACLS)”, el riesgo de
mortalidad derivada de la inactividad física prolongada y continua durante años
fue del 16-17% para una muestra de 50.000 mujeres y hombres.
Entre las conclusiones de este
Simposio destaca que las personas son cada vez menos activas y las nuevas
tecnologías no ayudan a cambiar esta tendencia, ya que contribuyen a que todo
resulte más fácil y moverse sea menos necesario. Los expertos participantes en
el Simposio coinciden en que se deben fomentar estilos de vida saludables desde
la infancia, en los que la actividad física cobre carácter prioritario. Para
éstos, los padres y los centros educativos deben jugar un papel relevante para
trasladar estos valores a niños y adolescentes, junto al apoyo de las políticas
públicas y factores ambientales. Para hacer frente al grave problema de salud
pública “tendremos que considerar y evaluar los enfoques sociales,
ambientales e individuales”, continuó el profesor Blair.
Para ser moderadamente activo,
este investigador recomienda 150 minutos de actividad física moderada a la semana
y 10 minutos de paseo cada día. Con respecto al equilibrio energético, el
especialista explica que “si se consumen las mismas calorías que se gastan
no se gana peso. Tener un equilibrio energético positivo significa que se
consumen más calorías de las que se están quemando”, y concluye que
es necesario “consumir esa energía de algún modo, porque si no,
nuestro organismo la convierte en grasa”.
Según la Dra. Sandra
Matsudo, del Centro de Estudios de Capacidad Física de Sao Caetano del Sur,
en Sao Paulo en Brasil, actualmente
“no estamos consumiendo muchas más calorías de las que consumíamos hace años,
pero sí estamos gastando muchas menos calorías de las que deberíamos
estar gastando”. “La falta de actividad física es el segundo factor
de riesgo de muerte en el mundo, lo que representa 5.3 millones de muertes en
el mundo simplemente por no realizar la actividad física conforme a las
recomendaciones”.
Por su parte el Prof. John
Duperly, profesor en el Departamento de Medicina Social en la Facultad de
Medicina de la Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia ahondó en la influencia de los
médicos y profesionales de la salud en la adquisición de hábitos de actividad
física de los ciudadanos.
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