Según la Fundación Alzheimer España, la enfermedad del Alzheimer afecta a cerca de 650.000 españoles, lo que representa entre el 5 y el 7% de las personas de más de 65 años y casi la mitad de los mayores de 85 años. Cada año se manifiestan 100.000 nuevos casos, y la prevalencia irá en aumento hasta duplicarse en 2020.
El Alzheimer es una enfermedad del sistema nervioso central que se caracteriza por la pérdida de memoria progresiva y representa una de las causas de invalidez, dependencia y mortalidad más frecuente en los mayores, principalmente a partir de los 60 años. En ocasiones, los primeros síntomas de la enfermedad, principalmente pérdidas de memoria reciente, se suelen confundir con el deterioro cognitivo propio de edades avanzadas, pero el factor diferenciador, según el Dr. Ventura Anciones, neurólogo, es la progresión. “Cuando se trata de Alzheimer los olvidos se hacen más graves, más severos, y a medida que evolucionan pueden aparecer otros síntomas asociados como la desorientación, la dificultad para hablar o vestirse, entre otros”, afirma este experto. En los últimos años en los países occidentales cada vez es más frecuente la enfermedad entre las personas mayores de 65 años.
A su juicio, “las sinergias con síntomas propios y asociados al envejecimiento continúan retrasando el diagnóstico de la enfermedad, que aún sigue siendo tardío, tanto en España como en el resto del mundo”. Además, añade: “desde la sociedad y la atención primaria se debe aumentar el grado de sensibilidad de la detección precoz de estos pacientes, y derivarlos a consultas especializadas para hacer un estudio de su situación neuropsicológica y recomendarles el tratamiento más adecuado”.
En palabras del Dr. Anciones, “es importante conocer la enfermedad, no sólo para anticiparse a su evolución, sino también para intentar frenar su incidencia, ya que si retrasásemos cinco años el inicio de la enfermedad de Alzheimer reduciríamos la prevalencia casi a la mitad”
La importancia de la neurrehabilitación
En los últimos años, ha quedado demostrado que iniciar una neurorrehabilitación neurológica individualizada, temprana e intensiva permite al cerebro potenciar su capacidad para reorganizar sus conexiones sinápticas y crear nuevas ramificaciones neuronales que compensen las áreas cerebrales dañadas. Los avances en el ámbito de la neurorrehabilitación han venido de la mano de las nuevas tecnologías, lo que ha abierto una puerta a la mejora de técnicas ya existentes y ha permitido el desarrollo de otras más innovadoras.
Lo fundamental, en palabras del dr. Anciones, es abordar esta enfermedad desde un punto de vista integral con el fin de frenar su impacto en la calidad de vida de los pacientes. Gracias a la apuesta por un tratamiento en el que se combinan los métodos tradicionales con las nuevas tecnologías aplicadas de forma simultánea, logramos un proceso continuo y sin interrupción que debe alcanzar una respuesta óptima en el menor tiempo posible a fin de mejorar la independencia funcional, la calidad de vida y la reinserción sociolaboral, tanto del afectado como de su entorno familiar”.
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