En los últimos cinco años España ha mejorado mucho en investigación en salud mental y más concretamente en el campo de la esquizofrenia. Un esfuerzo que se traducirá en nuevos fármacos, moléculas con innovadores mecanismos de acción, que aspiran a mejorar los síntomas relacionados con el comportamiento, las emociones y la habilidad para comprender, lo que en términos clínicos se conoce como síntomas negativos y cognitivos.
Así lo puso de relieve el profesor Celso Arango, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, durante la celebración del 2º Foro Internacional Nuevos Abordajes en el Tratamiento de la Esquizofrenia. La jornada, en la que se analizaron las últimas novedades en el diagnóstico y manejo de este trastorno mental, contó con el aval de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), así como con el apoyo de Roche Farma.
Hasta ahora, el tratamiento farmacológico de la esquizofrenia se centraba sobre todo en abordar los síntomas positivos (los más visibles, como delirios y alucinaciones) y la prevención de recaídas. “Las nuevas líneas de investigación ponen el foco en frenar los síntomas negativos y los relacionados con los déficits cognitivos”, explicó el profesor Arango. “Se están estudiando nuevas moléculas que actúan a nivel del sistemas colinérgico, glutamatérgico, estrés oxidativo e inflamación y que pueden mejorar los síntomas negativos y cognitivos. Nuevos hallazgos relacionan la respuesta inflamatoria y el estrés oxidativo con el descenso del volumen de sustancia gris”. Fuera del campo de la farmacología, añadió, “la intervención psicosocial pretende aportar al paciente y su familia herramientas para afrontar la enfermedad e identificar los síntomas iniciales. La rehabilitación tiene como objetivo la reconexión del paciente en la sociedad, como por ejemplo a través de empleo protegido; una de las asignaturas pendientes en nuestro país”,.El rostro desconocido de la esquizofrenia
Cerca de medio millón de personas en España sufren esquizofrenia, uno de los trastornos mentales más graves e incapacitantes y sobre el que aún existe una gran falta de información. La esquizofrenia se ha asociado tradicionalmente a la desconexión con el medio y el estar fuera de la realidad aceptada por la sociedad. Los delirios, las alucinaciones y las alteraciones del pensamiento son los síntomas más visibles, pero no son los únicos ni los más importantes. Estos pacientes expresan cierta pobreza afectiva, apatía, desinterés e insociabilidad y/o problemas en la concentración y en la atención.
Pacientes, familiares y cuidadores sufren por igual el estigma social de una enfermedad de la que, poco a poco, se empieza a hablar en términos de inserción social y laboral. Esfuerzos aún insuficientes y que aspiran a mejorar la salud y calidad de vida de los pacientes, entre los que la esperanza de vida es de entre 10 y 20 años menor que la de la población general, con el agravante que supone el temor constante al suicidio, teniendo en cuenta que entre un 10- 15% de las personas con esquizofrenia se suicidan.
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