Neurólogos y especialistas en la enfermedad de Parkinson de toda España sehan dado cita en Madrid en el tercer Desafío en enfermedad de Parkinson avanzada, organizado por la compañía biofarmacéutica AbbVie, con el objetivo de aumentar su conocimiento sobre la enfermedad de Parkinson en estado avanzado e identificar los síntomas de esta fase de la enfermedad, así como los diferentes perfiles que pueden presentar los pacientes, para adaptar el tratamiento y seguimiento a sus características y necesidades. En la jornada, que está coordinada por el doctor Jaime Kulisevsky, neurólogo del Hospital Santa Creu y Sant Pau de Barcelona, participan neurólogos de hasta 22 hospitales españoles.
“En esta reunión, de caracter teórico-práctico, los asistentes al curso tendrán la oportunidad de ampliar sus conocimientos sobre la enfermedad de Parkinson avanzado asi como de compartir herramientas para la identificación de la sintomatología de estos pacientes”, afirma Kulisesvky.
El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa, crónica e invalidante que afecta a más de 160.000 familias en España. Se trata de una patología compleja que cursa síntomas motores (temblor, rigidez, dificultad para caminar) y no motores (alteraciones del sueño, deterioro cognitivo, pérdida de equilibro) y que suelen aumentar en número y gravedad con la progresión de la enfermedad, lo que genera serias dificultades en la vida cotidiana de las personas con párkinson y sus cuidadores. Según datos del estudio ÉPOCA[3], en los primeros cinco años de diagnóstico el 51% de las personas con enfermedad de Parkinson requieren de un cuidador; pasados los 10 años de diagnóstico, el porcentaje asciende al 80%. Se estima, por tanto, que entre un 24% y un 53% de las personas con párkinson son dependientes.
“Sabemos que el requerimiento de ayuda para las actividades de vida diaria, la presencia de fluctuaciones motoras con un 25 % del tiempo de vigilia en “off” durante los cuales existe limitación para realizar actividades básicas aunque el paciente no requiera de ayuda, disfagia severa, las caídas recurrentes y la demencia, son factores que los neurológos debemos tener presente como definitivos para establecer el diagnóstico de EPA. Y es lo que queremos transmitir en esta jornada”, explica el doctor.
Otros factores indicativos pero no defintorios son el tiempo de evolución de la enfermedad de Parkinson de 10 años o más, la limitación para realizar actividades básicas, aunque no requiera ayuda, discapacidad funcional por discinesias durante al menos un 25% del tiempo “on” o bloqueos de la marcha, entre otros.
En cuanto a tratamiento, la enfermedad de Parkinson no tiene cura pero existen varios tratamientos y estrategias terapéuticas eficaces que ayudan a controlar los síntomas, y a mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedad de Parkinson. Para ese control de los síntomas y avance en su calidad de vida, las personas afectadas necesitan un abordaje integral que se complemente con terapias rehabilitadoras específicas como fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, etc., que se van adaptando a sus necesidades en función de la progresión de la enfermedad.
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