Un 8,5% de la población española mayor de 60 años padece fibrilación auricular (FA) y el 21% de estos pacientes está en riesgo de sufrir ictus. En el caso de pacientes de más de 80 años, la FA supone la causa directa del 23,5% de estos episodios. La anticoagulación oral crónica es el tratamiento recomendado para las personas que padecen esta arritmia cardíaca y prevenir, de este modo, las complicaciones tromboembólicas. No obstante, los pacientes no siempre están bien anticoagulados, debido a las limitaciones de los AVK, el tratamiento más utilizado en las últimas décadas.
Con el objetivo de debatir sobre el grado de control en los pacientes anticoagulados con los AVK, se ha celebrado en San Sebastián un encuentro de trabajo, organizado por la Fundación Matia con el apoyo de la alianza Bristol-Myers Squibb y Pfizer dirigido a clínicos especializados en anticoagulación y geriatras. En el mismo se han intercambiado datos sobre el estudio “Grado de control de la anticoagulación en pacientes geriátricos institucionalizados con fibrilación auricular no valvular permanente”, impulsado por el Instituto Gerontológico Matia. El objetivo principal de dicho estudio fue determinar el grado de control en pacientes institucionalizados anticoagulados con AVK y diagnosticados de FANV e identificar incidencias cardioembólicas y hemorrágicas.
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