Con el inicio del curso escolar a la vuelta de la esquina, los especialistas de Vithas Andalucía coinciden en la importancia de mantener una correcta higiene del sueño en niños, así como instaurar rutinas adecuadas tras la alteración de los horarios en vacaciones para asegurar su descanso, especialmente en las semanas previas a la incorporación al colegio.
“La vuelta al cole es un momento crítico en el que muchos niños muestran señales de un descanso insuficiente o de baja calidad, lo que repercute directamente en su comportamiento y capacidad de aprendizaje”, explica la Dra. Blanca Santos, pediatra del Hospital Vithas Granada. “Es fundamental que las familias reestablezcan rutinas de sueño saludables al menos dos semanas antes del inicio del curso: horarios regulares, evitar pantallas antes de dormir y crear un ambiente adecuado para el descanso”, asegura la especialista. “La falta de descanso puede afectar al desarrollo neurológico y emocional ya que, durante el sueño profundo, el cerebro consolida la memoria y organiza la información aprendida durante el día. Si este proceso se ve interrumpido, los niños pueden mostrar más dificultad para retener nuevos conocimientos y menor capacidad de concentración. Además, el sueño insuficiente altera la regulación emocional, impactando en su rendimiento escolar y en su bienestar general”.
Desde el Hospital Vithas Sevilla, el jefe de Pediatría, el Dr. Juan Núñez, recuerda: “cuando un niño no duerme lo suficiente, se muestra más irritable, con frustración y agotamiento. Esa frustración e irritabilidad puede llegar incluso a confundirse con enfermedades como el TDAH”. Ante esta falta de descanso muchos padres recurren a la siesta para compensar el sueño de sus hijos. Sin embargo, el doctor aclara que no existe una recomendación general de que sea necesaria: “Lo que sí se sabe es que los niños necesitan dormir más. Mientras más pequeños son, más deben dormir". Sobre las horas recomendadas de sueño, el especialista detalla que, en general, “un bebé duerme de 12 a 16 horas al día. Los niños preescolares pueden dormir de 10 a 13 horas o llegar a las 14 horas y, finalmente, los escolares duermen entre 9 y 11 horas, aproximadamente. Si duermen bien durante la noche y cumplen esas horas de noche, realmente no necesitan la siesta”, asegura Núñez.
Además, desde Vithas Xanit Internacional y Vithas Málaga explican que “el sueño de calidad es tan importante como la alimentación o la actividad física para el bienestar infantil. En la etapa escolar, los niños necesitan rutinas de descanso que no solo favorecen su rendimiento académico, sino también su crecimiento y su sistema inmunológico. Cuando el sueño se interrumpe con frecuencia o es insuficiente, es habitual observar mayor propensión a infecciones, alteraciones del apetito y dificultades en la convivencia familiar”, explica el Dr. Jose Enrique Sánchez, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Vithas Xanit Internacional y Vithas Málaga, quien añade que “es importante que los niños tengan momentos para desconectar de la actividad académica, tiempo de juego al aire libre y una exposición responsable a la tecnología. Todo esto repercute de forma positiva en la conciliación del sueño nocturno”. El Dr. Sánchez insiste en que no todos los niños presentan las mismas necesidades: “Hay menores que necesitan más horas de descanso que otros. Si aparecen signos como despertares frecuentes, pesadillas reiteradas o cansancio constante, conviene consultar con el pediatra para descartar problemas de base”.
El Dr. Francisco Giménez, jefe de Pediatría del Hospital Vithas Almería, coincide con el resto de los especialistas: “El descanso adecuado es esencial para el desarrollo físico, emocional y académico de los niños y niñas. Dormir menos horas de las necesarias o con mala calidad de sueño repercute directamente en la concentración, la memoria y el comportamiento en el aula”. Entre los principales consejos que destaca el Dr. Giménez se encuentran "mantener horarios regulares de sueño, evitar o disminuir el uso de pantallas en los días previos al inicio del colegio sobre todo por las tardes y noches, crear un ambiente tranquilo y oscuro en la habitación, evitar cenas copiosas o estimulantes antes de acostarse", afirma el jefe de Pediatría. Aunque muchos problemas de descanso se corrigen con hábitos saludables, advierte que en algunos casos pueden tratarse de trastornos del sueño que requieren atención médica. “Si un niño/a tiene dificultades para conciliar o mantener el sueño durante un periodo prolongado, ronca de forma persistente o presenta somnolencia excesiva durante el día, es recomendable consultar con su pediatra para descartar posibles patologías”, subraya el Dr. Giménez.
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