La
primera batería
de medidas de la reforma sanitaria que planea poner en marcha el Ministerio
de Sanidad contempla que la vasectomía deje de
financiarse como método anticonceptivo. A
partir de ahora se deberá justificar la existencia de una patología o la
posibilidad de transmitir a la descendencia una enfermedad grave para que el
tratamiento, considerado no esencial, sea gratuito.
Este
método anticonceptivo quirúrgico se realiza con anestesia
local, su duración media es de 30 a 40 minutos y no requiere ingreso
hospitalario. Consiste en cortar los conductos que llevan
los espermatozoides desde los testículos a la uretra del varón. Los
testículos siguen produciendo espermatozoides, pero al no tener salida, son
absorbidos por el organismo. La operación no supone una anticoncepción inmediata
ya que tras la operación persisten espermatozoides en la vía seminal. Se
requieren entre mes y medio y dos meses (de 20 a 25 eyaculaciones), para
expulsarlos todos. Un análisis de semen posterior revela si quedan o no
espermatozoides y mide su efectividad.
Es
la técnica quirúrgica urológica más practicada en España. Cada año se realizan
más de
70.000 intervenciones, una cifra muy elevada en comparación con otros países
europeos. «Es muy popular, siempre lo
ha sido», señala el doctor Ignacio Moncada, coordinador del grupo de Andrología
de la Asociación Española de
Urología (AEU), que ha detectado un aumento de solicitudes en los últimos
años, coincidiendo con la crisis económica. El éxito de este tratamiento reside
en su efectividad de casi el 100%
y en que no tiene efectos sobre la salud de la persona operada, ni afecta a la
erección o al deseo sexual.
Según
la Asociación Española de
Urología , el perfil del paciente que la solicita es el de un padre con al
menos dos hijos que no desea tener más y que busca un método anticonceptivo
definitivo. Según la VII Encuesta Bayer de Anticoncepción, basada en la respuesta
de 2.096 mujeres de entre 15 y 49 años, la vasectomía es el método elegido por
el 17,1% en la franja de edad entre 45 y 49 años y del 12% de entre 40 y 45
años. Es algo menos usual entre los 35 a 39 años (un 6,7%) y aún menos en
menores entre quienes tienen de 30 a 34 años (un 1,8%), pero llega a emplearse
como método anticonceptivo por menores de 30 años, (un 0,7% entre 20 y 24 años y
un 0,6% entre 25 y 29), en muchos casos jóvenes sin descendencia.
Algunos
de estos pacientes se arrepienten después de haberse hecho una vasectomía y
piden revertir el proceso con una vaso-vasostomía que se
realiza con un microscopio quirúrgico. Cuanto más tiempo transcurre después de
la vasectomía menos probabilidad de éxito hay. Se estima que al anular una
vasectomía, la probabilidad de dejar a una mujer embarazada desciende un 10% por
cada año que se mantuvo, aunque también inciden otros factores como la edad del
individuo, la de su pareja...
«No trata una enfermedad»
La
posibilidad de que la vasectomía deje de estar incluida en la Seguridad Social
ha sido acogida con prudencia entre los profesionales médicos, que respetan una
decisión «puramente política». «No se nos consultó para incluirla, ni para
retirarla», subraya Ignacio
Moncada, quien a título personal considera que es una medida «razonable» porque la
operación «no trata una enfermedad, proporciona una mayor comodidad a una
pareja».
El
urólogo remarca que existen «muchas contradicciones» en las prestaciones
actuales de la Seguridad Social, porque «hay enfermedades que no están
cubiertas» y señala el caso de pacientes con infertilidad por causas médicas que
tienen que asumir el tratamiento de su bolsillo.
Una
vasectomía tiene un coste de entre 800 y 1.500 euros
al ser poco instrumental y no requerir anestesista, por lo que Moncada no
cree que la limitación de las operaciones en el sistema público de salud vaya a
disuadir a todo el que desee practicársela, pero «está claro que los 70.000 no
se van a ir a la medicina privada».
Las
alternativas de anticoncepción de las que disponen los hombres se reducen al uso
del preservativo. Los
anticonceptivos masculinos suponen un método «demasiado lento y poco práctico»,
explica Moncada porque los espermatozoides tardan tres meses en madurar y una
vez que se dejan de tomar también se necesita un tiempo para recuperar la
fertilidad.
**Publicado en "ABC"
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