Las 
normas para conseguir asistencia sanitaria en España «son distintas a las del 
Reino Unido». Así arranca una extensa guía elaborada por la Embajada del 
Reino Unido en España, y que es accesible desde la página «web» 
del Foreign Office, en la que se explica a los súbditos británicos 
precisamente cómo beneficiarse de la sanidad pública en nuestro país.
La 
guía incluye todo tipo de consejos prácticos para acceder a la prestación 
sanitaria del Estado en España, y explica a los británicos a qué tipo de 
prestaciones tienen derecho en función de su situación (si son estudiantes, 
trabajadores, jubilados con una segunda residencia, o si están de vacaciones en 
el país), y a cambio de qué. Entre los consejos prácticos se detalla el tipo de 
trámites que deben cumplimentar para poder disfrutar del sistema 
sanitario español como cualquier contribuyente.
El 
turismo sanitario o «de bisturí», como se dio en llamar al fenómeno hace unos 
años, es solo uno más de los lastres que arrastra el sistema sanitario español, 
cuyos niveles de excelencia se reconocen entre los primeros del mundo también en 
las Islas Británicas. Precisamente la reforma sanitaria que prepara el Gobierno 
de Mariano Rajoy tiene entre sus objetivos el de poner coto al turismo sanitario 
para reducir el déficit.
Cataratas y prótesis
Se calcula que solo en la Comunidad 
Valenciana —una de las regiones donde el fenómeno está más extendido, dada la 
enorme afluencia de turistas británicos a la Costa Blanca cada verano y los 
100.000 ingleses que tienen su segunda residencia en Alicante— se atiende cada 
año a 800.000 pacientes 
extranjeros, la mayoría europeos, con un coste de 15 millones de euros 
para las arcas autonómicas.
Las 
intervenciones más demandadas, según el sindicato médico CESM, son las de 
cataratas y prótesis, que no se cubren por el Estado en la mayoría de países 
europeos, pero también coronarias e incluso de extirpación de tumores. Todas 
ellas son accesibles en España con la cobertura de la Seguridad Social. En el 
caso de la Comunidad Valenciana, que tiene su propia normativa al respecto, los 
británicos pueden acceder a las mismas coberturas que los contribuyentes 
españoles a cambio de una pequeña cuota mensual que deben pagar los foráneos 
para integrarse en el sistema público valenciano de salud. Una cantidad, 90 
euros al mes, muy inferior a la que costaría un seguro 
privado en el Reino Unido y —tal como reconoce la propia guía elaborada 
por la Embajada— con mayores coberturas.
La 
clave de la guía, con todo, está en el apartado de consejos destinados a 
aquellos que encajen en el perfil de «visitante temporal en España». Esa es 
justamente la condición que da origen al denominado turismo sanitario. El 
documento explica cómo usar la tarjeta sanitaria del Reino Unido en España 
durante las vacaciones, para someterse a aquellos tratamientos que «no pueden 
esperar hasta que usted regrese», una consideración que, en ocasiones, resulta 
un tanto subjetiva.
«Visitante ocasional»
En esencia, la guía explica a los 
ciudadanos británicos las interioridades administrativas del sistema de salud 
español, las peculiaridades en «Valencia» o «Catalonia», y los trámites y 
documentación que precisan para beneficiarse de la asistencia sanitaria. El 
texto anima a recurrir a la sanidad española («estar sano, u obtener tratamiento 
para los problemas de salud, es una prioridad para la mayoría de nosotros», 
asegura en un pasaje) en caso de que el ciudadano en cuestión esté trabajando o 
estudiando en España, así como si es un jubilado que ocupa una segunda 
residencia —casos en los que el recurso a la sanidad española, si es necesario, 
está fuera de discusión—. Pero también se anima a usar el sistema de 
salud español en otro supuesto más discutible: si se es un «visitante 
ocasional». Es decir, si está de vacaciones.
El 
último apartado de la guía, incluso, explica cómo acceder a la sanidad española 
si se trata de una persona «sin recursos» económicos, y la documentación oficial 
del Reino Unido que hay que aportar para demostrar tal condición.
«Empadrónese»
La Embajada británica también ofrece 
otros consejos prácticos a sus súbditos para que puedan sacarle todo el partido 
a su estancia en España. Entre otras cuestiones, aconseja a aquellos que cuentan 
con una segunda residencia en nuestro país que se empadronen para «pagar menos 
impuestos locales y acceder a beneficios y servicios sociales», así como 
disfrutar del derecho al voto en las elecciones municipales.
El 
aprovechamiento de la sanidad española, en cualquier caso, no funciona solo en 
una dirección. Son incontables los casos de ciudadanos europeos que solicitan la 
residencia en España —y obtienen la tarjeta sanitaria— para luego volver a su 
país de origen y someterse a costosas operaciones que acabará sufragando la 
sanidad pública española como si de un contribuyente se tratase. No obstante, la 
vía más utilizada es la de someterse en España a intervenciones gratuitas que no 
cubre el país de origen.
**Publicado en "ABC"
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