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23 April 2012

Las mujeres con sobrepeso tienen más dificultades para quedarse embarazadas


Alrededor de una de cada siete parejas tienen problemas a la hora de concebir un hijo de forma natural. Sin embargo, existen factores que incrementan las posibilidades de infertilidad, siendo el síndrome metabólico y uno de sus principales síntomas, el sobrepeso, una de estas características.

Puesto que el sobrepeso afecta a entre el 30% y el 40% de las parejas en edad reproductiva, desde la
Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida (ANACER) animan a las mujeres con este
problema a adelantar la visita a un centro de este tipo aunque no hayan llegado a los 35 años o no hayan pasado los 12 meses recomendados de relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos.

“Todas las mujeres con un IMC mayor de 30 deberían ser informadas de la dificultad superior para
quedarse embarazadas y de los potenciales riesgos que supone la gestación”, explica el Dr. Florentino
Garrido, vicepresidente de ANACER, quien subraya que retrasar las técnicas de reproducción asistida en mujeres de más de 38 años obesas “podría ser más perjudicial sobre la fertilidad de la pareja que el
propio exceso de peso”.

Un estudio publicado en la prestigiosa revista Human Reproduction desvela que la posibilidad de concebir de las mujeres obesas se reduce en un 5% por cada unidad de índice de masa corporal (IMC, el resultado de dividir el peso en kilogramos entre la talla en metros al cuadrado) que supera la cifra de 29. Incluso un IMC mayor de 24, que ni siquiera llega al grado de sobrepeso (éste se alcanza a partir del IMC 25), se ha visto asociado a peor calidad ovocitaria y menor tasa de implantación y gestación, además de mayores tasas de abortos.

Sin embargo, aunque el sobrepeso afecta a la capacidad de reproducción, no influye en los embriones una vez que se consigue la gestación con técnicas de reproducción asistida. “Así se ha demostrado en la fecundación in vitro (FIV)”, recalca el Dr. Francisco González, responsable del Comité Científico de ANACER.


Este especialista añade también que “el punto de cruce entre el sobrepeso y la infertilidad es la
resistencia a la insulina, una de cuyas manifestaciones puede ser la anovulación crónica hiperandrogénica, que en el 80% de los casos produce infertilidad”.

Sin embargo, la anovulación ligada a la esterilidad femenina no siempre se debe a esta causa y puede
estar provocada por exceso de determinadas hormonas, entre otras razones.

Una de las alteraciones ginecológicas más asociadas a la obesidad y, por lo tanto, al síndrome metabólico, es el síndrome de ovarios micropoliquísticos. Ocho de cada 10 mujeres que los padecen (se calcula que entre un 6% y un 10% de las féminas en edad reproductiva), presentan problemas de infertilidad. “Si además se presentan alteraciones de ciclo, hiperandrogenismo e hiperinsulinemnia, un régimen de vida y una dieta adecuadas, además de la utilización de metformina, pueden mejorar los resultados de FIV y ayudar a prevenir el síndrome de hiperestimulación ovárica, riesgo importante en este tipo de pacientes”, explica el Dr. González.

El síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO), asociado a la administración de hormonas que inducen la ovulación en los tratamientos de reproducción asistida, provoca síntomas que pueden ir de más a menos graves, pero con un importante impacto en la calidad de vida.

Para el Dr. Garrido, la obesidad es un asunto que preocupa a los especialistas en este tipo de técnicas.
“Todos los centros que pertenecen a ANACER individualizan a sus pacientes y buscan las mejores tasas de éxito ofreciendo los mejores medios y conocimientos para conseguir las mejores tasas de embarazo”, apunta el experto. Para mostrar la importancia de la obesidad en la reproducción asistida, el vicepresidente de ANACER señala que en países como Nueva Zelanda limitan el acceso a tratamiento de reproducción asistida a mujeres con un IMC mayor de 32. En una misma línea, la Sociedad Británica de Fertilidad aconseja un IMC normal antes de iniciar un tratamiento, “que siempre debería retrasarse hasta que la mujer no baje del IMC 35 o 30 si la paciente tiene menos de 35 años y un nivel de hormona folículo estimulante (FSH) normal”.

Por esta razón, desde la Asociación recomiendan controlar el IMC con una dieta adecuada y cambios de estilo de vida. “El primer consejo debe ser la disminución de peso, sobre todo el IMC es mayor de 35”, subraya el Dr. Garrido. “En estos casos, es necesaria una buena colaboración entre expertos en
reproducción asistida, endocrinólogos, internistas e incluso psicólogos”, concluye por su parte el Dr.
González.


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