Las
temperaturas relativamente suaves de este invierno han adelantado la
floración de las arizónicas —que abundan en los setos de las
urbanizaciones y parques urbanos—, cipreses, juníperos y tejos, con la
consiguiente concentración de alergenos en el aire. A ellos se añade una
alta presencia de polen de fresno. La ausencia de lluvias durante esta
última semana y la sequedad ambiental han agudizado los síntomas
alérgicos, especialmente en Madrid, gran parte de Castilla-La Mancha y Barcelona.
La
alergia al polen de estas plantas afecta especialmente a personas
jóvenes, de 6 a 30 años. En ciudades como Madrid y Barcelona, año a año aumenta su incidencia en la población, situándose actualmente en el 30%.
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