La apuesta por el desarrollo de terapias biológicas ha supuesto una verdadera revolución terapéutica en enfermedades para las que los tratamientos tradicionales eran incapaces de actuar eficazmente sobre la diana específica. “La eficacia y seguridad de este tipo de terapias, sumado a la alta prevalencia de las patologías tratadas con ellas, hace necesario que se establezcan políticas de optimización de uso y protocolos de dosificación que vayan encaminadas a garantizar la sostenibilidad del sistema”, según comenta el doctor Manuel Huerta Almendro, Director Gerente de la Agencia Sanitaria Bajo Guadalquivir y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), que ha participado en la Jornada ‘Modelos de Acceso y Optimización en la Gestión de Terapias Biológicas’, organizada por SEDISA. Para ello, los expertos estiman clave la labor de los profesionales en gestión clínica, con el fin de optimizar el uso de las terapias biológicas.
A juicio del doctor Huerta Almendro, “el impacto presupuestario que suponen las terapias biológicas en el sistema sanitario ha aumentado paulatinamente en los últimos años, representando en muchos hospitales más del 20% del presupuesto hospitalario. En este sentido, la implantación de protocolos de uso podría ahorrar al sistema, por término medio, entre un 10 y un 15% del coste total sin disminuir en la calidad de los tratamientos”.
“La situación actual obliga a buscar medidas para aportar la misma prestación con menor coste”, reconoce el doctor José Cabeza, director de la Unidad de Gestión Clínica de Farmacia de Granada, la primera y única unidad de gestión clínica de farmacia a nivel provincial que unifica la gestión de todos los servicios, tanto de atención primaria como de especializada de la provincia de Granada. Para ello, durante la Jornada se han analizado dos medidas: tener en cuenta la eficacia y seguridad equivalentes de las terapias que existen y adecuar la dosificación o las pautas según las necesidades de cada paciente.
Las unidades de gestión son clave en la mejora de la eficiencia. Así también lo ha destacado también el doctor Jose Luis Gutierrez, gerente del SAS, durante la inauguración de las Jornadas. Asimismo, ha hecho hincapié en la importancia de reuniones de este tipo para intercambiar medidas para optimizar el gasto sanitario y permitir la sostenibilidad del sistema sanitario, así como para analizar los nuevos modelos de acceso a las terapias biológicas para mantener la efectividad de los tratamientos.
En esta línea, el doctor Jose Carlos Ruiz Carrascosa, director de la Unidad de Gestión Clínica de Dermatología del Hospital San Cecilio, en Granada, afirma que “los especialistas somos conscientes del coste que suponen estos tratamientos para el Sistema Nacional de Salud, y por eso siempre hacemos un uso razonable de los mismos, siguiendo protocolos y guías establecidas y realizando controles pertinentes”. Es más, asegura que “la propia ficha técnica de estos fármacos impone las condiciones de prescripción y limita el perfil del paciente al que se lo podemos ofrecer. Hay que tener en cuenta el grado de severidad de la enfermedad, la afectación de la calidad de vida y las posibles patologías asociadas y los tratamientos previos”.
Avances en la práctica clínica
Los expertos coinciden en que el desarrollo de estas terapias ha supuesto un verdadero punto de inflexión en la práctica clínica de patologías muy prevalentes, como por ejemplo la Artritis Reumatoide, Artritis Psoriásica, Psoriasis y la Espondilitis Anquilosante. En el caso de la Psoriasis, “el uso de estas terapias nos ha permitido un mejor control de la enfermedad, consiguiendo mantener a nuestros pacientes libres de síntomas o con escasas lesiones”, explica el doctor Ruiz Carrascosa.
En el ámbito de la Reumatología, el impacto de estos fármacos ha sido fundamental. En opinión del doctor Enrique Raya, director de la Unidad de Gestión Clínica de Reumatología del Hospital Universitario San Cecilio, de Granada, “la introducción de las terapias biológicas en la práctica clínica ha supuesto un evento prácticamente parecido a la incorporación de los corticoides en medicina; estamos hablando de frenar la enfermedad no solo desde el punto de vista sintomático, sino también desde el estructural, lo que supone una mejora en la capacidad funcional, en la calidad de vida, laboral y social. Ha sido un salto cualitativo y cuantitativo enorme”.
En este caso, la utilización de estos fármacos está basado en Guías de Práctica Clínica y en Consensos como el de la Sociedad Española de Reumatología (SER). En la actualidad, basándose en estos estándares, alrededor del 18-20% de los pacientes con artritis reumatoide en España son susceptibles a ser tratados con estas terapias. En Europa el porcentaje de pacientes con artritis reumatoide tratados con terapias biológicas se encuentra alrededor del 24%. A juicio del doctor Raya, la optimización de su uso debe ser enfocada “desde un punto de vista global, mejorando el diagnóstico temprano que permita iniciar la terapia pronto, ya que se han registrado mejores resultados en aquellos pacientes a los que se les ha tratado de forma precoz”.
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