Se estima que cerca de 8.000 andaluces están coinfectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el de la hepatitis C. De estos, 6.000 aproximadamente tienen una infección activa y el resto se han curado espontáneamente o gracias a los avances en el tratamiento de esta infección. Así lo han puesto de manifiesto los expertos congregados durante la Reunión del grupo HEPAVIR (Grupo Andaluz para el Estudio de las Hepatitis Víricas), organizado con Roche, con el objetivo de poner sobre la mesa las aportaciones del grupo durante estos 10 años, así como para aportar datos sobre cuál es el futuro del tratamiento de la hepatitis C.
Tal y como señala el doctor Juan Antonio Pineda, de la Unidad de Gestión Clínica de Enfermedades Infecciosas y Microbiología del Hospital Universitario de Valme y presidente del grupo HEPAVIR “no es habitual que existan grupos pioneros a nivel nacional y que sean grupos de referencia en Europa y el resto del mundo. Sin duda, el entusiasmo de mucha gente durante estos 10 años ha hecho que los hospitales andaluces sean pioneros en el tratamiento de la coinfección del VIH con la hepatitis C. De hecho, el grupo obtuvo el premio ‘Alianzas y Cooperación Científica’ de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía”.
A lo largo de estos 8 años el grupo HEPAVIR ha trabajado de forma directa en varias líneas de estudio para el desarrollo de mejoras en el tratamiento de la hepatitis C, coinfección, cirrosis hepática y hepatocarcinoma. En este sentido, uno de los mejores avances en el área de cirrosis hepática del grupo HEPAVIR ha sido la validación del Fibroscan, una herramienta que permite prever las complicaciones que tiene un paciente en función del grado de fibrosis hepática que tenga. “Por ejemplo, si tiene por encima de 40 kilopascales se considera que tiene una probabilidad muy alta de complicación y descompensación de la cirrosis. Además, cuando el fibroscan está por debajo de 20 kilopascales en pacientes cirróticos se evita que el paciente tenga realizarse una fibrogastroscopia, por lo que se evitan molestias innecesarias y también se ahorra gasto sanitario” explica el presidente del grupo HEPAVIR.
Otra de las aportaciones en esta línea es que gracias a un trabajo realizado con otros hospitales españoles, se pudo demostrar que en enfermos con cirrosis hepática también hay un incremento muy importante de casos de hepatocarcinoma (cáncer de hígado) en pacientes de toda España.
Por otro lado, el doctor José Antonio Mira Escarti del Hospital Universitario de Valme y secretario del grupo HEPAVIR, comenta que en el área del tratamiento de la hepatitis C “las aportaciones durante estos diez años han sido numerosas y relevantes en diferentes cuestiones del tratamiento. Por un lado, los estudios del grupo fueron de los primeros en determinar la influencia de determinados predictores en la respuesta al tratamiento, específicamente el tratamiento antirretrovirual concomitante, los niveles basales de colesterol LDL, el genotipo de interleuquina 28B y la respuesta viral en la semana 4 del tratamiento”.
Asimismo, en este aspecto también se puede destacar que un trabajo del grupo ha demostrado que tener una respuesta virológica sostenida al tratamiento con interferón pegilado y ribavirina conlleva una reducción de la mortalidad y del riesgo de descompensaciones hepáticas en los pacientes cirróticos. “HEPAVIR ha conseguido 23 publicaciones con un factor de impacto acumulado de 119 y 4 proyectos de financiación pública desde 2005 a 2013” añade el secretario del grupo.
“La colaboración de Roche ha sido fundamental durante esta década, ya que, por ejemplo, han podido financiar un ensayo clínico como Inmunopress que ha sido importante para nosotros, ya que demostró que tratar a pacientes 250 CD4 de la hepatitis C con interferón pegilado y ribavirina era seguro y se conseguían unos niveles de eficacia similares a los que obteníamos con el resto de pacientes” explica el presidente del grupo HEPAVIR.
Asimismo, los expertos de la reunión están de acuerdo en que a lo largo de estos 8 años se ha podido analizar prácticamente la tolerabilidad hepática de casi todos los fármacos de tratamiento antirretroviral que han ido comercializándose y viendo el riesgo de toxicidad hepática según estuvieran o no coinfectados por el virus de la hepatitis C.
Futuro del tratamiento de la hepatitis C
Durante la reunión, se ha puesto de relieve que el tratamiento basado en interferón pegilado y ribavirina supuso un avance muy importante en el tratamiento de la hepatitis C, al incrementar las tasas de curación en el genotipo 1 en más del 20%, mientras que en genotipo 2 y 3 puede alcanzar el 80%. El doctor José Hernández Quero, jefe de Medicina Interna del Hospital Clínico de Granada, señala que “el panorama ha cambiado sustancialmente en lo que se refiere a los genotipos 1, ya que con los nuevos antivirales de acción directa (AAD) en algunos casos se curan hasta el 80% de los pacientes tratados. No obstante, requieren asociarlos a la biterapia clásica con interferón pegilado (INF) y ribavirina (RBV), por lo que los efectos adversos de estos se suman a los de los AAD”.
En este sentido, los expertos señalan que en el futuro tendremos una larga serie de nuevos fármacos antivirales que se añadirán a los actuales inhibidores de la proteasa del VHC, serán fármacos más potentes, con menos efectos adversos e inhibidores de la polimerasa: “Algunos de ellos son activos frente a otros genotipos diferentes del 1 y pueden asociarse entre sí en terapias libres de interferón pegilado y ribavirina y en otros casos asociados solo con RBV, pero en la mayoría de las circunstancias, por ahora, será necesaria la asociación con la biterapia clásica” explica el doctor Hernández Quero.
Con la perspectiva de nuevos fármacos, más activos y seguramente mejor tolerados, parece razonable individualizar aquellos casos en los que retrasar el tratamiento sea posible, lo cual viene definido por el grado de fibrosis hepática. Asimismo, se pueden utilizar herramientas para seleccionar los pacientes que tienen más probabilidades de curarse con el uso de INF y RBV solamente. Tal y como asegura el jefe de Medicina Interna del Hospital Clínico de Granada “el futuro, como puede deducirse, es excelente, con múltiples fármacos menos tóxicos en cartera, que pueden actuar frente a los diferentes genotipos. Sin embargo, debemos de tener en cuenta que los precios son elevados y que, por lo tanto, el problema del tratamiento seguirá teniendo un importante componente económico”.
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