¿Qué hacer cuando una
persona cercana a uno sufre un ataque de epilepsia? No es fácil reaccionar. La
doctora Iratxe Maestro, especialista del Servicio de Neurofisiología Clínica en
la Unidad de
Epilepsia del Hospital Universitario Cruces e investigadora de BioCruces, ofrece
una serie de consejos prácticos. “Hay que tratar de conservar la calma. No es
aconsejable intentar sujetarle porque desarrolla una fuerza impresionante. Hay
que procurar apartar de su alrededor todos los objetos peligrosos con los que se
puede golpear. Hay que tratar que el paciente se coloque en una posición natural
de seguridad (de costado) y, en ningún caso, debemos tratar de meterle algo en
la boca. Hay mucha gente que cree que eso es lo correcto, pero en medio de una
crisis epiléptica, un paciente es capaz de partir con las mandíbulas cualquier
cosa y corre el riesgo de atragantarse. Y por supuesto, en cuanto se pueda, hay
que llamar al servicio de urgencia, al 112”.
No
obstante, la experta advierte que “existe cierto estigma con la personas que
padecen epilepsia. No siempre se producen las convulsiones. Es más, alguien
puede presentar un cuadro de ausencias en la crisis y que quienes le rodean ni
siquiera se den cuenta que estén medio de la crisis. Es importante que el propio
paciente pueda anticiparse a la crisis y prever lo que puede
ocurrir”.
Más allá
de los tratamientos farmacológicos al uso, la doctora Iratxe Maestro ahonda en
aquellos tratamientos de la epilepsia que van más allá de la medicación. “No en
vano”, reseña la experta, “el 30 por ciento de los pacientes epilépticos no
responden al tratamiento farmacológico”. La experta disertará sobre los avances
en el tratamiento de la epilepsia desde tres puntos de vista: genético, ciencia
básica y diagnóstico en la conferencia del ciclo Encuentros con la salud que
pronunciará hoy, miércoles, 27 de noviembre de 2013, en la biblioteca de
Bidebarrieta a partir de las 19:00 bajo el título Avances en el tratamiento de la
epilepsia.
Subraya la
especialista que “desde el punto de vista genético los avances previsibles son
numerosos y no solo están vinculados a la farmacorresistencia sino que inciden
en la codificación genética del paciente”. Sin embargo, Iratxe Maestro puntualiza que “un
paciente no puede ir al neurólogo y solicitar que le hagan una examen genético
completo. Para que esto ocurra tiene que haber una sospecha diagnóstica fundada,
comprobar los antecedentes familiares, cómo se hereda la enfermedad, cómo
responde a los fármacos”.
La
investigadora, vinculada también a grupos de trabajo de BioCruces, aclara que
“aún hay mucha epilepsia sin nombre, numerosos pacientes sin diagnóstico. Los
estudios genéticos pueden sacar la luz un elevado número de epilepsias ocultas,
detectar su origen y, a partir de ahí, enfocar un tratamiento adecuado”.
En lo que
se refiere a la ciencia básica –a la investigación…–, la investigadora
puntualiza que “existen proyectos que están desarrollándose junto a
la Escuela de
Ingenieros de la
UPV/EHU y con la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Deusto
en las que se estudia la actividad cerebral, con dos objetivos definidos: qué
zonas del cerebro están relacionadas con la crisis epiléptica, dónde se origina
la enfermedad. Iratxe Maestro habla de un objetivo más, derivado de ambos: “la
previsión de la crisis antes de que ésta se manifieste. Anticiparse a la crisis
es un avance importante para la calidad de vida de los pacientes”. Es más,
vaticina que “algún día podrán prepararse dispositivos a la carta en base a
conocer la continuidad de los episodios del paciente, cómo son sus crisis y otra
serie de parámetros”
Como
quiera que el cerebro funciona con ondas, los equipos de ingenieros con
experiencia en el análisis de señales biológicas trabajan en diversos proyectos
basados en el análisis matemático
de la periodicidad de la actividad epiléptica en el EEG con el objetivo de
esclarecer su significación clínica y determinar así su valor diagnostico;
pronóstico y sus indicaciones terapéuticas.
Enlaza
esta cuestión, como se ve, con el diagnóstico de la enfermedad, la tercera vía
que abordará la investigadora en su conferencia. Asegura Iratxe Maestro que “en
los últimos años se han producido importantes avances en las diversas técnicas
de neuroimagen y análisis matemático de actividad neuronal y nerviosa”.
En este
campo, el PET (Tomografía por emisión de positrones) “facilita la imagen
funcional a través de una gama de colores, lo que permite ver con precisión qué
zona se activa con la lesión. Toda esta información puede derivar, en caso de
que fuese necesario, en una cirugía de la epilepsia, una solución que, al
contrario de lo que sucede con los tratamientos farmacológicos, no es paliativa
sino definitiva.”
Asimismo,
la investigación trabaja también con la Tomografía por emisión de fotón único (SPECT), “una
propuesta de la medicina nuclear que requiere una inyección sobre el paciente en el
momento justo de la crisis, por lo que la velocidad de actuación se antoja esencial. El diseño de un
inyector automático, sobre el que está trabajando, agilizaría el proceso y garantizaría la
fiabilidad”.
A su vez se contempla como técnica de
diagnóstico “la resonancia magnética funcional para identificar las distintas
funciones en el cerebro y donde se localizan funciones esenciales como la
lectura o la memoria, donde aún faltan por identificar paradigmas fiables
“.
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