Al menos el 70% de los conductores sufre destellos al volante, que, en el caso de personas con trastornos de la visión, son más pronunciados y pueden ocasionar accidentes, según un estudio de la Fundación Rementería, que ha iniciado una campaña de detección de “puntos blancos” enla carretera en los que se producen destellos. A través de la web (www.fundacionrementeria.es) cualquier conductor podrá señalar en un mapa los lugares y las horas en las suceden.
“Las horas del ocaso son las que registran más accidentes de tráfico y, sobre todo en el período comprendido entre otoño, según se ha detectado en análisis anteriores, lo que atribuimosen gran medida al efecto de los deslumbramientos producidos de forma directa por el sol, tras lasalida de túneles o en los cambios de rasante o por su reflejo en los cristales de edificios y en otros vehículos”, explica el doctor Juan Gros, especialista en Cirugía Refractiva de la Fundación Rementería. En personas con trastornos de la visión, como hipermetropía, astigmatismo, miopía o glaucoma, “el período de adaptación de la pupila aumenta y con ello el riesgo de accidente”, advierte este experto. En un grupo de pacientes con glaucoma se comprobó que dos tercios tenían problemas de acomodación al salir de un túnel.
Las personas de ojos claros también “son especialmente sensibles a la luz, debido a que su cantidad de melanina en el iris es menor”, señala el doctor Gros. Una investigaciónaustríaca publicada en 2013 comprobó que “las personas de ojos azules tenían unos niveles significativamente más altos de luz difusa intraocular, por lo que “podrían experimentar deslumbramientos discapacitantes en situaciones diarias como la conducción nocturna con más frecuencia que otras”.
La conducción nocturna es la que se revela como más peligrosa debido a los deslumbramientos. El 66% de los conductores dice haber sufrido molestias con los faros de los conductores que vienen de frente que les dificultaban la visión. Ese riesgo es aún mayor en mayores de 50 años, según un estudio del Grupo de Investigación en Visión Aplicada de la Universidad Complutense, de Madrid. “Hemos hallado que el halo que rodea la fuente luminosa durante la noche (como faros y farolas) se agranda a medida que envejece el ojo y dificulta ver los objetos que hay detrás”, afirma la investigadora y profesora Mª Jesús Pérez Carrasco.
Los test de conducción no lo miden
Los exámenes de conducción que se realizan en España, a diferencia de lo que ocurre en países de nuestro entorno, no obligan a comprobar la sensibilidad al deslumbramiento, confiesa la profesora Pérez Carrasco.
La Fundación Rementería aconseja utilizar gafas de sol polarizadas y acudir al oftalmólogo si los deslumbramientos nos dificultan la conducción ya que podría ser síntoma de un trastorno dela visión y ocasionar un accidente. Una encuesta realizada en 2011 a casi 2.500 conductores concluyó que una cuarta parte había sufrido una situación de riesgo grave por deslumbramiento, en un 85% debido al sol y en un 15% por las luces de otros vehículos. Los riesgos más frecuentes fueron de atropello a peatón o ciclista, de colisión y de salida de la vía.La situación que más peligro representaba para los conductores es la conducción con niebla, seguida de la conducción con el sol de frente.
“Las personas con especial riesgo de deslumbramiento, como aquellas con ojos claros, defectos de refracción o glaucoma, deberían extremar las precauciones a la hora de conducir, en especial en condiciones atmosféricas adversas como lluvia o niebla, ya que no sólo se reduce la visiónsino que la luz de los faros se refleja en el agua y crea una sensación de espejo que puede ser muy peligrosa”, subraya el doctor Juan Gros. También hay que considerar que a más altura la radiación solar es mayor y, en especial, en presencia de nieve (que refleja el 85% de la luz).
La encuesta de 2011 también revelaba que el 55% de los conductores se protege del sol mientrasconduce, frente a un 33% que solo lo hace en algunas ocasiones y un 12% que no lo hace nunca.
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