El ictus (o daño cerebral adquirido de origen vascular) es la tercera causa de muerte conocida, por detrás de las enfermedades cardiovasculares y del cáncer, y constituye el primer motivo de discapacidad en el adulto. Aproximadamente el 90% de las personas que lo sufren presentan secuelas de diferente gravedad; cerca del 30% será dependiente en la realización de actividades básicas de la vida diaria; y alrededor del 20% no conseguirá una marcha independiente. En España, la incidencia de este problema sanitario es de 200 casos por cada 100.000 habitantes y año, siendo Asturias la autonomía con la cifra más elevada: en torno a 362 casos por cada 100.000 habitantes y año.
Con el objetivo de realizar una exhaustiva revisión de las nuevas tecnologías disponibles en el tratamiento y recuperación funcional de estos pacientes, la Sociedad Asturiana de Medicina Física y Rehabilitación (SAMEFYR) y el Hospital Valle del Nalón, en colaboración con Grünenthal, han organizado la jornada científica “Ictus, el poder del equipo, episodio 2”.
El doctor Ricardo Llavona, presidente de la SAMEFYR y coordinador de la jornada científica, ha destacado el carácter multidisciplinar del abordaje sanitario del ictus, basándose en la foniatría y en el uso de nuevas tecnologías. “Estos pacientes sufren dolor de tipo mecánico y dolor neuropático de origen central bastante característico que, en muchos casos, condiciona los procesos de rehabilitación”. Este interés creciente por el uso de nuevas tecnologías en el ámbito sanitario “se debe al hecho de que se está comprobando que es un complemento perfecto de las terapias tradicionales: mejora tanto los resultados clínicos como la adherencia a los tratamientos. Además, están aportando gran cantidad de posibilidades en la implementación de terapias ubicuas, eliminándose la necesidad de que el paciente acuda al hospital para ello”. Las ventajas difieren de unas tecnologías a otras.
Hoy en día nadie duda de que las aplicaciones móviles de salud están empezando a desempeñar un papel muy destacado en el abordaje futuro de determinadas enfermedades. En este contexto, el Centro Europeo de Soft Computing, con sede en Mieres, ha desarrollado una ‘app’ que permite realizar análisis de la calidad de la marcha humana. “No solo es aplicable al daño cerebral adquirido de origen vascular, donde se puede utilizar para medir la evolución de los pacientes que han sufrido un ictus y los efectos de las terapias aplicadas, sino también a otra infinidad de patologías que conllevan cambios en el patrón de la marcha”, apunta el experto. Aunque todavía se encuentra en fase de pilotaje dentro del ámbito clínico, esta nueva herramienta ha sido presentada en el contexto de la jornada científica, con muy buenas valoraciones y expectativas de desarrollo. La aplicación “toma datos en cualquier lugar y genera informes personalizados y accesibles a través de internet tanto para médicos como para los propios pacientes”, añade.
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