IVI Sevilla ha desarrollado, junto con el
Instituto de Investigaciones Químicas (adscrito al CSIC), un estudio
centrado en las posibles causas del síndrome del ovario poliquístico
(SOP). Este trabajo, llevado a cabo por el embriólogo Víctor Blasco y un
equipo de investigadores del que también formó parte el Dr. Manuel
Fernández, director de IVI Sevilla, ha tenido difusión en varios
congresos nacionales e internacionales, así como en la revista Journal of Assisted Reproduction
& Genetics.
Los investigadores han analizado los
niveles de expresión de las proteínas neuroquinina B y kisspeptina, así
como de sus receptores. Su presencia y función a nivel del hipotálamo ha
sido ampliamente descrita, siendo reguladores esenciales del eje hormonal
reproductivo. La novedad de este estudio radica fundamentalmente en
arrojar luz sobre su papel a nivel molecular en el ovario, es decir,
sobre cómo se fabrican o sintetizan y cuál es su función allí, además de
su posible implicación en el SOP.
En este estudio han participado, por un
lado, 43 pacientes de tratamientos de reproducción asistida
diagnosticadas con SOP y 46 donantes de óvulos. Las mujeres de ambos
grupos fueron sometidas a un tratamiento de estimulación ovárica
controlada para inducir el desarrollo y maduración de múltiples folículos
ováricos –las estructuras dentro de las cuáles maduran los óvulos.
La hipótesis del equipo investigador era
que, si la expresión de la neuroquinina B, la kisspeptina y/o sus
receptores estaba alterada en las pacientes con SOP en comparación con
donantes fértiles, esto podría ser un factor genético implicado en la
aparición de la enfermedad.
Para ello, explica Víctor Blasco,
investigador principal del estudio y embriólogo de IVI Sevilla:
“analizamos los niveles de expresión de estos genes en el líquido
folicular y efectivamente comprobamos que estaban alterados en el caso de
las pacientes con SOP en comparación con las donantes”. “Estos niveles
anómalos podrían contribuir al desarrollo folicular anormal y a los
problemas de ovulación que se observan en estas pacientes”, matiza.
Este descubrimiento podría abrir la
puerta al desarrollo de fármacos que permitan corregir la sintomatología
de la enfermedad. En posteriores fases del estudio se investigará si la
expresión de estos genes también está afectada en los casos de edad avanzada
materna, endometriosis y baja respuesta ovárica.
El síndrome del ovario poliquístico (SOP)
El SOP es un trastorno endocrino que
afecta a un 5-15 % de las mujeres en edad fértil y para la que, a
día de hoy, no hay cura ni tratamiento específico. Se caracteriza
generalmente por ausencia de ovulación, lo que a largo plazo provoca
irregularidades menstruales; niveles altos de andrógenos –hormonas
masculinas–, uno de cuyos síntomas es el exceso de vello facial o
corporal; y por la aparición de quistes en uno o varios ovarios. Otros
síntomas característicos son el acné, la obesidad y la resistencia a la
insulina.
No existen pruebas diagnósticas para esta
enfermedad, así que los especialistas generalmente estudian la historia
clínica de las pacientes y sus antecedentes familiares y pueden
recomendar un examen pélvico, una ecografía y un análisis de sangre para
medir los niveles hormonales. Es una de las principales causas de
infertilidad en la mujer, por lo que se recomienda a las mujeres
diagnosticadas que deseen formar una familia consultar a su ginecólogo al
cabo de seis meses de relaciones sexuales sin protección sin haber
logrado un embarazo.
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