Pocas
ciudades pueden presumir de reunir adrenalina y descanso a partes
iguales. Spa, en Valonia, es una de ellas.
Por un lado, es uno de los epicentros de la Fórmula 1 a nivel
mundial, ya que acoge el circuito Spa-Francorchamps, donde el próximo
31 de agosto se celebra el GP de Bélgica. Por el otro, da nombre a
los spas de todo el mundo gracias a su entorno natural. Y es que la
ciudad valona, situada a dos horas de Bruselas en tren, cuenta con un
gran número de fuentes de agua ferruginosa (con un alto contenido en
hierro), que son conocidas por las innumerables virtudes que se les
atribuyen. Elegida por el zar Pedro I de Rusia en 1711 como su ciudad
de descanso, Spa es hoy lugar de paso imprescindible de las ciudades
termales históricas junto a otros puntos europeos como Vichy o Bath.
Hoy su fuente termal más conocida lleva el nombre de Fuente Pedro el
Grande (manantial Pierre-le-Grand), un monumento que incluye una
estatua del propio zar y data de finales del siglo XIX. Junto a él,
otros miembros de la realeza europea señalaron este punto en el mapa
para recibir terapias o simplemente relajarse. El rey Leopoldo II y
la reina Maria Enriqueta la eligieron como su residencia y esta
última acabaría aquí sus días.
El epicentro del agua mineral de Spa se encuentra en lo alto del
monte de las Fagnes desde el que se divisa toda la ciudad. Aquí es
donde están las Termas que dieron lugar al nombre de este lugar y al
concepto del spa, gracias a sus aguas curativas tan apreciadas desde
hace un siglo hasta nuestros días. Junto al manantial de Pedro el
Grande, las termas Prince de Condé (donde mana el agua con más
contenido en hierro de toda Europa), Sauvenière, Tonnelet,
Groesbeek, Géronstère o Barisart son las más famosas.
Ciudad de sabor
Los apenas 11.000 habitantes de esta ciudad a 50 kilómetros de Lieja
también presumen de contar con un patrimonio gastronómico que se
extiende por toda la región valona. Spa es una ciudad viva con el
ambiente que caracteriza a los pequeños pueblos de esta región.
Parada imprescindible es el restaurante L´Art de Vivre, donde el producto de
proximidad y la cercanía son dos de sus credenciales principales. En
su carta no faltarán el pato y los quesos, productos que junto a las
albóndigas y los ´macarons´ forman la paleta gustativa de esta
ciudad.
Pero si hay un must
que caracteriza el sabor de Spa, ese es el de los arándanos, fruto
presente en aperitivos y postres. La ´Spadoise´ es un praliné
compuesto de esta fruta y de chocolate, un auténtico placer que habla
por sí solo de los bosques que rodean esta ciudad, donde el arándano
es el rey de su entorno natural. De él nace la famosa ´Rosée de Spa´,
una mezcla con manzana y que se toma como bebida propia del lugar, a
poder ser muy fría.
Y precisamente hablando de bebidas, no puede entenderse la
gastronomía de Spa sin hablar de la ´Bobeline´, una cerveza local que
es todo un homenaje al concepto por el que se llamaba antaño al
turista que visitaba esta ciudad por sus aguas. La ´Bobeline´ es una
cerveza con mucho cuerpo, rubia y negra, que también cuenta con una
edición navideña.
Ciudad – pinacoteca
con filtro verde
Hay lugares en el mundo donde cada concepto o hito importante tiene
su pequeño homenaje. Algo parecido ocurre en Spa, donde el Ejército
cuenta con su propio museo, al que se une el Museo Equino (antiguos
establos de la Reina), el de la Lavandería, y por supuesto el Museo
de Spa, que ocupa el lugar que en su día fuera la residencia de la
Reina Maria Enriqueta.
Ciudad de apuestas de la nobleza europea, su Casino es el más antiguo
del mundo y, junto a la galería Leopoldo II, completan una fotografía
que cuenta el día a día de la clase alta del continente a lo largo de
los tiempos. La iglesia de Saint Remacle constituye también uno de
los puntos obligados. Ubicada en la Plaza Real, data de 1886 y es de
estilo románico renano.
Numerosos jardines salpican esta ciudad convirtiéndola en todo un
pulmón verde del que impregnarse en cada recorrido. Verde por el
entorno natural preservado que rodea a Spa pero también en su corazón
metropolitano, gracias a los invernaderos repartidos por cada rincón.
Hi Belgium Pass, una oportunidad para visitar los
puntos clave de Valonia
Vuelo de ida y vuelta, tarifa de tren ilimitada durante toda la
estancia y visita a siete ciudades clave del entorno belga. Es lo que
incluye el ´Hi Belgium Pass´, un pase que ofrece
Brussels Airlines por 169 €.
¿Qué incluye? Billete de ida/vuelta en clase ´Check & Go´ con
salida de hasta 50 ciudades europeas y llegada al Aeropuerto de
Bruselas, un forfait
de tren ilimitado válido para toda Bélgica en segunda clase y un bono
que incluye 50 actividades para descubrir toda la región.
Charleroi, Eupen, Lieja, Louvain-la-Neuve, Mons, Namur y Tournai son
las siete ciudades participantes dentro de este pase, válido para
todo el año.
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