La psoriasis afecta a un 2% de la población
general y la artritis psoriásica (APS) aparece aproximadamente en un tercio de
dichos pacientes, por lo tanto, tiene una prevalencia “nada desdeñable”. La
gravedad, localización corporal de la misma y la edad más temprana de inicio de
la psoriasis podrían asociarse con el desarrollo de la artritis psoriásica.
Además, el estrés biomecánico y los microtraumatismos repetitivos que
desencadenan una respuesta inmune innata en personas con un determinado
sustrato genético están relacionados con la entesitis, que es la lesión
histológica clave en esta enfermedad. “Otros factores como algunas infecciones,
la obesidad, la dislipemia, el hábito tabáquico o el consumo excesivo de
alcohol podrían influir en la aparición de la APS”, según ha puesto de
manifiesto el Dr. Jose Antonio Pinto, uno de los coordinadores de los Talleres
de Artritis Psoriásica de la Sociedad Española de Reumatología, que se han
celebrado este fin de semana en formato online, con la colaboración de
Janssen.
“La identificación de los
factores de riesgo podría ayudar a identificar a los pacientes con probabilidad
de desarrollar APS, lo que nos permitiría tratar su enfermedad al principio de
su curso, mejorando el pronóstico. Además, afortunadamente, hoy disponemos de
mejores herramientas terapéuticas que han demostrado su eficacia y un buen
perfil de seguridad para nuestros pacientes”, precisa el Dr. Pinto, reumatólogo
del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña.
Por otra parte, el Dr.
Juan Carlos Torre Alonso, también coordinador del curso y catedrático de
Medicina de la Universidad de Oviedo, explica que la artritis psoriásica se
caracteriza, entre otras cosas, por la presencia de comorbilidades y otras
manifestaciones que, en muchas ocasiones, marcan la decisión terapéutica. “La
afectación ocular es una manifestación extraarticular, pero no debemos olvidar
la más frecuente que es la psoriasis. Las manifestaciones dermatológicas son
muy variadas y en ocasiones constituyen el rasgo más diferencial. Además, otra
comorbilidad llamativa es la enfermedad intestinal inflamatoria crónica cuya
presencia nos obliga, de alguna manera, a personalizar el tratamiento de las
manifestaciones osteomusculares”, sostiene el especialista.
En este sentido, y con el
objetivo de mejorar el conocimiento de esta enfermedad entre la población
general, desde la SER hemos elaborado un nuevo vídeo de animación dentro de la
campaña ‘Ponle nombre al reuma’, que está disponible en este enlace.
Principales avances y
retos
“Uno de los grandes
avances en este ámbito ha sido el desarrollo de los nuevos tratamientos con
diferentes mecanismos de acción que afortunadamente están apareciendo,
permitiendo un manejo integral del paciente atendiendo a los aspectos
articulares, cutáneos y de calidad de vida, con fármacos muy eficaces”, según
detalla la Dra. Raquel Almodóvar, tercera coordinadora de dicha actividad
formativa y reumatóloga del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de
Madrid.
Otro avance relevante
–añade- es el mejor conocimiento de la artritis psoriásica como enfermedad
inflamatoria crónica con repercusiones sistémicas y un mayor riesgo
cardiovascular. “De esta manera, hemos aprendido que necesitamos manejar a
nuestros pacientes de una forma multidisciplinar. Ello ha conllevado a la
creación en diferentes hospitales del territorio nacional de unidades
multidisciplinares entre reumatólogos, dermatólogos y otros especialistas
implicados, con la finalidad de mejorar el diagnóstico y ofrecer una atención
global y de calidad a nuestros pacientes”, indica la especialista.
Por otra parte, y en
relación al principal reto en este ámbito, en opinión del Dr. Juan Carlos
Torre, “ya existe un variado grupo de fármacos con diferentes mecanismos de
acción, por lo que ahora lo más importante es encontrar biomarcadores
genéticos, serológicos o inmunohistoquímicos que nos orienten a elegir el mejor
de ellos para un paciente en concreto basándose en las características
individuales del mismo”. Al hilo de este tema, también se ha abordado en el
curso la Medicina personalizada, que tiene como objetivo ayudar al profesional
a elegir la mejor estrategia terapéutica para cada paciente en base a sus
características individuales, tanto genéticas como demográficas, fenotipo,
etcétera, para maximizar la eficacia y disminuir sus efectos adversos.
Una mejor formación de
los especialistas
A juicio de la Dra.
Almodóvar, “gracias a la creciente y amplia oferta formativa en la enfermedad
psoriásica los reumatólogos cada vez poseen un mayor conocimiento y mejores
habilidades para ofrecer a los pacientes la mejor atención médica posible: con
un diagnóstico más temprano, el mejor tratamiento disponible adecuado a las
características del paciente y un seguimiento adecuado para conseguir el
control de la enfermedad y el mantenimiento de la calidad de vida del paciente.
Lógicamente, debido a la heterogeneidad y complejidad de la enfermedad
psoriásica, es necesaria una actualización continua en la formación de los
reumatólogos”. De ahí la importancia de actividades formativas como estos
Talleres de APS, que cuentan con la colaboración de Janssen.
Además, el Dr. Pinto
incide en que “con estos talleres, los expertos en el cuidado de los pacientes
con psoriasis (dermatólogos) y artritis psoriásica (reumatólogos) comparten
conocimientos y aúnan criterios de manejo, lo que redunda en una mayor calidad
de atención sobre los mismos”. Esta nueva edición ha tenido una gran acogida y
se han tratado temas como comorbilidades, imagen radiológica, aspectos clínicos
o novedades en el tratamiento, entre otros.
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