Según el Dr. Ruiz de la Roja, coautor del
libro Coronavirus. Prevención, pandemia y contención
Además de vacunarnos, los alimentos con
Vitaminas de los grupos B, C, D y E y hábitos de vida saludables pueden
ayudar a combatir el coronavirus
- Hábitos de vida como disminuir el
estrés, realizar ejercicio a diario o dormir las horas adecuadas, aumentan
nuestras defensas
- Tener unos buenos niveles de
Vitaminas de los grupos B, C, D y E, es de vital importancia para
enfrentarnos al coronavirus. Alimentos ricos en fibra y proteínas mejoran
notablemente el sistema inmunitario
- Actualmente la mejor fórmula de
acabar con el virus es aumentar nuestras defensas y eso pasa, además de
por vacunarnos, por cuidar nuestros hábitos de vida y alimentación
Es conocido que el
fortalecimiento de nuestras defensas está muy determinado no sólo por los
hábitos de vida saludables, sino también por seguir una buena alimentación.
Para el Dr. Juan Carlos Ruiz de la Roja, uno de los autores del libro Coronavirus.
Prevención, pandemia y contención (editorial Catarata), “hábitos de
todos conocidos pero que, en muchas ocasiones no ponemos en práctica, como no
vivir estresado, hacer ejercicio físico a diario, dormir entre 7-8 horas,
así como evitar el consumo de tabaco, son determinantes en el aumento de
nuestras defensas y por tanto nos ayudan a combatir mejor el virus”.
Está comprobado que son varias las vitaminas y
minerales de determinados alimentos, implicados directamente en el aumento de
nuestras defensas. El Dr. Ruiz recalca “la vitamina D está presente en pescados
como el salmón, sardina y atún, así como en la leche y la yema de huevo,
alimentos de vital importancia para obtener unas buenas provisiones de esta
vitamina e incrementar las defensas evitando, no sólo el posible contagio por
coronavirus, sino también las posibles complicaciones en el supuesto de que nos
infectemos con dicho germen. Además, la exposición al sol al menos 30 minutos
diarios, nos aporta vitamina D”.
También existe evidencia que los alimentos ricos en
vitaminas del grupo B, como la carne de cerdo, conejo y ternera, ayudan a la
maduración de las células defensivas, siempre que mantengamos unos niveles
adecuados en nuestro organismo. Estos alimentos se caracterizan por tener una
buena proporción de proteínas, “que además de ser vitales para formar células
de defensa, ayudan a la recuperación del enfermo que se contagia con el virus,
mejorando el cansancio y favoreciendo el restablecimiento del paciente”, indica
el experto.
La vitamina C, que está presente sobre todo en
frutas como el Kiwi, cítricos y fresas, al igual que en verduras como el brécol
y el pimiento rojo, estimula las defensas evitando las infecciones
principalmente a nivel del aparato respiratorio, punto de entrada del virus.
Mantener niveles adecuados de vitamina E, muy presente en el aceite de oliva,
aguacate y frutos secos, favorece que nuestros glóbulos blancos estén en
perfecto estado para combatir los virus.
El Dr. Ruiz afirma que “los alimentos ricos en
fibra: patata, espárrago, manzana, uva y arándanos refuerzan nuestra inmunidad,
no sólo a nivel del intestino, región de nuestro cuerpo por donde transita el
coronavirus, sino que también mejora nuestro sistema defensivo en el resto del
organismo”.
Actualmente la mejor fórmula de acabar con el virus
es aumentar nuestras defensas y eso pasa, además de por vacunarnos, por cuidar
nuestros hábitos de vida y alimentación. “Las vacunas tienen como finalidad
reducir las posibilidades, no sólo de infectarnos con el coronavirus, sino
también de desarrollar una enfermedad grave. Las vacunas que se acaban de
autorizar y que vendrán próximamente, tienen un denominador común y es generar
las defensas frente a una proteína del virus que se llama S (espícula) que se
encuentra en la su superficie y es la que favorece que el germen tenga
capacidad para infectar. A pesar de las ultimas mutaciones en principio no son
de tal calado para que la vacuna no sea efectiva, por lo que es necesario que
nos vacunemos pues los estudios avalan una eficacia del 95% con unos efectos
secundarios mínimos como puede ser dolor en lugar de inyección (80%), leve
fatiga (60%) y posible dolor de cabeza (50%), por supuesto nada que ver con lo
que puede suponer infectarnos con el coronavirus y que haya una complicación
como puede ser una neumonía y la posibilidad de acabar en una unidad de
cuidados intensivos” asegura el Dr. Ruiz de la Roja.
A los buenos hábitos alimenticios debemos sumar la
práctica diaria de ejercicio moderado, “que incrementa nuestro sistema
defensivo, mientras que el sedentarismo o un esfuerzo extenuante como por
ejemplo las carreras de fondo favorecen la posibilidad de que seamos más
vulnerables a las infecciones por distintos gérmenes ya sean bacterias o
virus”.
“Dormir entre 7 y 8 horas diarias permite al
organismo elevar la producción de melatonina, que tiene entre sus funciones la
maduración de nuestras células defensivas, por el contrario, la escasez de
sueño debilita nuestro sistema defensivo favoreciendo el contagio por
coronavirus”, afirma el experto.
“Las situaciones de estrés hacen que liberemos una
hormona llamada cortisol, que favorece la disminución de las defensas. Así por
Ej., se ha comprobado que, tras una depresión, nuestro sistema defensivo puede
tardar entre seis meses y un año en recuperarse; por el contrario, si una
persona es feliz libera endorfina, que ayuda a mejorar el funcionamiento de los
glóbulos blancos, células encargadas de combatir a los distintos microbios que
nos pueden infectar” concluye.
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