- Si una paciente con una enfermedad autoinmune
de base se plantea una gestación es importante acudir al especialista para
valorar la capacidad reproductiva y ofrecer la ayuda necesaria en cada
fase del proceso
- La labor de enfermería es clave para dotar a
estos enfermos de una mayor capacidad de decisión sobre sus opciones
terapéuticas
Se calcula que el 15%
de las parejas en edad reproductiva pueden presentar problemas de fertilidad.
El retraso de la maternidad en las sociedades occidentales puede dificultar
tanto la gestación espontánea como los resultados de técnicas de reproducción,
pero no es el único factor a tener en cuenta. Determinadas patologías o
procesos crónicos como las enfermedades autoinmunes sistémicas (EAS), en
algunos casos pueden impactar en la reserva ovárica de las mujeres, en la
calidad de los gametos, así como en el pronóstico de gestación espontánea o
incluso de gestación tras realizar tratamientos de fertilidad. Los pacientes
con estas afecciones pueden tener más problemas de abortos en el primer
trimestre o de una implantación alterada que va a condicionar la evolución de
esa gestación y los resultados perinatales.
La Sociedad Española Multidisciplinar de Enfermedades
Autoinmunes Sistémicas (SEMAIS) ha querido difundir
esta realidad, junto con el papel clave de la enfermería en la mejora de su
calidad de vida, por medio de su proyecto de vídeos mensuales, “píldoras
informativas”, donde los diferentes miembros de la Junta Directiva de SEMAIS
explican las diferentes caras de las EAS. Un grupo heterogéneo de patologías
que comparten el hecho de tener anticuerpos, producidos por la propia persona,
que actúan contra sus células y tejidos.
Ante estos problemas de fertilidad, la ginecóloga especialista en
reproducción y representante de la Sociedad Española de Fertilidad de SEMAIS,
la Dra. Dolors Manau, destaca la importancia de que cuando una mujer con una
afectación autoinmune de base se plantee tener un embarazo “haya un
asesoramiento muy detallado, una sincronización entre el médico responsable de
la paciente y nosotros y una buena valoración preconcepcional”. Aparte, la Dra.
Manau señala que estas pacientes, cuando se lleva a cabo un tratamiento de
estimulación ovárica, requieren de un manejo especial. “Necesitan muchas veces
de medicación adyuvante y una serie de cuidados para evitar efectos indeseables”,
detalla.
La ginecóloga también incide en que hay que tener presente que, cuando
se indican tratamientos que pueden ser potencialmente gonadotóxicos, es decir,
que pueden afectar la función de las gónadas y la capacidad reproductiva,
“estamos capacitados para ayudar a estas personas a preservar sus gametos antes
del inicio de sus tratamientos y con ello preservamos la fertilidad para un
futuro, ya sea congelando ovocitos o criopreservando muestras seminales”. Por
último, la Dra. Manau remarca que cuando un paciente con una enfermedad
autoinmune de base se plantea una gestación “es importante valorar el momento,
la capacidad reproductiva y poner ayuda en el punto en que se necesite, para
conseguir un buen desarrollo del embarazo, un bebé sano y unos padres felices”.
Enfermería, clave para empoderar al paciente
La labor de enfermería es fundamental en los pacientes que padecen una
enfermedad autoinmune sistémica. En palabras de la vocal de Enfermería de la
SEMAIS, Rosa María Piñeiro Albero, el objetivo es dotar a estos enfermos de una
mayor capacidad de decisión y autoridad sobre las opciones terapéuticas que
tienen. “Queremos que el paciente esté empoderado y en este empoderamiento la
enfermera es clave por su papel de promoción de la salud, con la mirada
cuidadora, comunicación eficaz, gestión de emociones, liderazgo y cuidado con
mayúsculas”, subraya. Según informa Piñeiro Albero, estos pacientes precisan de
las competencias de la enfermera de práctica avanzada para la mejora de su
calidad vida “frente al aumento de la cronicidad y de la inmunosenescencia como
consecuencia del envejecimiento”.
Puedes ver los vídeos / píldoras informativas: aquí
No comments:
Post a Comment