Traductor

18 September 2009

Cada año se diagnostican en España 4.000 nuevos casos de cáncer de páncreas en España


“Reto oncológico de este siglo”. Así es como definen los expertos el cáncer de páncreas por la extraordinaria dificultad que entraña su detección temprana, por la elevada mortalidad y por las limitadas opciones disponibles para combatirlo. Pese a ser uno de los tumores con peor pronóstico, no se ha dispuesto hasta ahora de una hoja de ruta que sirva de ayuda al profesional a la hora de abordar su manejo. Por ese motivo, el año pasado especialistas españoles decidieron crear un grupo de trabajo para elaborar el primer y recién terminado ‘Documento de Consenso en Cáncer de Páncreas en España’. Para ello revisaron todos los datos existentes con el fin de establecer las mejores estrategias a seguir en función de la fase en que se encuentre la enfermedad en el momento del diagnóstico.
La incidencia de este tumor no ha dejado de aumentar en España desde los años cincuenta del siglo pasado hasta la actualidad, según se indica en el Documento presentado ayer y que ha sido coordinado por los doctores Manuel Hidalgo y Eduardo Díaz-Rubio y que cuenta con el aval del Grupo Cooperativo Español para el Tratamiento de Tumores Digestivos (TTD) y con la colaboración de Roche Farma a nivel logístico.
Aunque de forma más lenta que otros procesos oncológicos, también en este tumor se han producido avances capaces de ampliar la supervivencia de los pacientes en fase avanzada, por ejemplo, añadiendo a la quimioterapia convencional terapias dirigidas.


-Abordaje complejo
El cáncer de páncreas es el tumor que más mortalidad produce al año de su detección y, pese a no ser de los más frecuentes, es el cuarto que más muertes provoca. Únicamente el 15-20% de los casos se diagnostica cuando aún es susceptible de cirugía radical. Incluso en estos casos, la supervivencia a los cinco años es del 18-24%. Ello se debe a que al principio los síntomas de alerta son muy inespecíficos. “El manejo de este tumor es muy complejo y su mal pronóstico no se explica únicamente por el diagnóstico tardío. En algunos pacientes con tumores pequeños la curación también es muy complicada. Presenta alta tasa de recaídas aunque se detecte en el estadio inicial de la enfermedad”, asegura el doctor Hidalgo, que es director del Centro Integral Oncológico Clara Campal (CIOCC) de Madrid.

En España se diagnostican unos 4.000 nuevos casos al año. El doctor Hidalgo advierte que este carcinoma acabará superando al de mama en lo que a mortalidad se refiere. “Sin embargo, al no ser tan frecuente como otros tumores no se ha tomado verdadera conciencia de su impacto, algo que afortunadamente está empezando a cambiar poco a poco”, aclara.

Se desconocen las causas de este cáncer aunque pueden señalarse el tabaquismo como el factor ambiental de mayor peso y el componente hereditario, que es clave en aproximadamente uno de cada diez casos. Según el doctor Eduardo Díaz-Rubio, jefe del Servicio de Oncología Médica Hospital Clínico de San Carlos de Madrid, el hecho de que la incidencia haya ido a más debe entenderse a la luz de la mayor esperanza de vida de la población. “Hay un envejecimiento progresivo y al mismo tiempo se van resolviendo otros problemas. Eso, en definitiva, supone más posibilidades de desarrollar un cáncer de páncreas. No obstante, es curioso porque el pico de incidencia se sitúa en los sesenta años y empieza a decaer a partir de los ochenta años”. Ambos expertos coinciden que con la excepción del tabaco apenas hay nada concluyente respecto a otros posibles factores que pudieran estar detrás de la aparición de este tumor.

-Finalidad curativa
La cirugía es el único tratamiento indicado para curar. Sin embargo, apenas dos de cada diez pacientes son candidatos a esta intervención en el momento del diagnóstico. En el resto, el tumor se ha diseminado y afecta a estructuras vasculares cercanas que dificultan la extirpación. La localización de esta glándula impide que los tumores de menor tamaño logren ser detectados en revisiones rutinarias. “A su acceso complicado que impide su extirpación completa, hay que añadir la presencia de muchos procesos inflamatorios que limitan la eficacia de los fármacos a la hora de actuar sobre las células tumorales”, explica el doctor Díaz-Rubio.

En la actualidad, se investiga el papel de la quimioterapia y la radioterapia para intentar reducir el tamaño del tumor, de manera que éste pueda ser operado con éxito. En los casos con la enfermedad diseminada la cirugía no garantiza que tras la intervención no queden células tumorales que motiven pronto una recaída. De hecho, de ese 15% de pacientes candidatos a la cirugía, el 80% vuelve a manifestar la enfermedad al cabo de un año o año y medio y, además, lo hace de forma más agresiva que la primera vez. A largo plazo, no más de un 4% de los enfermos se cura de forma definitiva.


-Quimioterapia más fármaco biológico
En fases avanzadas, el tratamiento basado en quimioterapia ha incorporado recientemente el uso de terapias biológicas, como Erlotinib. Este medicamento, combinado con la terapia estándar Gemcitabina, ha demostrado recientemente por primera vez una mejoría significativa de la supervivencia. Según se indica en las conclusiones del Documento, el uso conjunto de ambos fármacos debe ser considerado como una opción en el tratamiento de primera línea en pacientes con cáncer de páncreas avanzado y metastático. “Los medicamentos biológicos marcarán el futuro pero será preciso que vayan acompañados de marcadores que nos permitan individualizar el tratamiento”, señala el doctor Díaz-Rubio.

El doctor Hidalgo asegura que la enfermedad está necesitada de nuevas opciones pero también de nuevas formas de llevar a cabo su desarrollo. “Habrá que desarrollar modelos animales que nos permitan hacer un screening más rápido de todas las moléculas en investigación; necesitamos estudios clínicos más competentes, de modo que seamos capaces de descartar las sustancias poco interesantes y dedicarnos de lleno a las más prometedoras. En última instancia, es preciso un mejor conocimiento básico de la enfermedad para poder tener mejores tratamientos”, explica el director del CIOCC.

Por su parte, el doctor Díaz-Rubio admite que los 8-10 años que suelen transcurrir hasta que se dispone de un nuevo fármaco es un periodo demasiado prolongado. “Será necesario revisar el modo en que se llevan a cabo actualmente los ensayos clínicos. Deberíamos ser capaces de identificar en la parte experimental, en las etapas iniciales, marcadores que nos permitan saltar fases"

No comments:

Post a Comment

CONTACTO · Aviso Legal · Política de Privacidad · Política de Cookies

Copyright © Noticia de Salud