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26 January 2010

En el futuro será posible individualizar la prevención del citomegalovirus en pacientes trasplantados

El citomegalovirus es un patógeno de la familia de los herpes virus que, aunque benigno para la gran mayoría de la población, supone un importante problema para aquellos pacientes que están inmunodeprimidos, como es el caso de los receptores de un trasplante.
Un editorial de la Red Española para la Investigación en Patología Infecciosa (REIPI), publicado recientemente en la prestigiosa revista Clinical Infectious Diseases, ha puesto de manifiesto que el avance en el conocimiento del virus y el avance técnico que permite monitorizar la respuesta inmune de cada paciente podría ayudar a decidir en cada paciente la mejor estrategia para evitar la infección. Esto supondría manejar de forma distinta a cada paciente en función del virus que lo infecta y de sus peculiaridades inmunológicas.
Según el autor principal del trabajo Dr. Julián Torre-Cisneros, investigador del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), centro integrado en la REIPI, "actualmente se hace un manejo preventivo de la infección basado en factores de riesgo generales", pero, en un futuro "se podrán aplicar protocolos individualizados a cada paciente". Ello permitiría "no poner profilaxis a pacientes que actualmente la reciben" o por el contrario "indicar profilaxis en pacientes que actualmente no tienen indicación".
Así, aunque a primera vista podría parecer que todos los receptores de un trasplante que tienen el virus latente deberían recibir profilaxis (un tratamiento preventivo por si el virus se reactiva), el Dr. Torre-Cisneros explica "que no siempre ha de ser así" porque "hay pacientes en los que nunca se reactiva y otros en los que se reactiva con facilidad".
Tal y como se explica en el editorial, durante años, el riesgo de que el citomegalovirus replicara en receptores de trasplante se ha basado en marcadores clínicos de riesgo, siendo los más importantes el tipo de trasplante recibido, si el paciente y el donante tenían el virus en forma latente, el tipo e intensidad de la inmunosupresión prescrita para el receptor y, por último, la existencia de coinfección con otros herpesvirus.
En realidad "el riesgo de cada paciente se debería decidir en función de la capacidad de hacer daño de la cepa que infecta a cada paciente y de la capacidad de su sistema inmune para defenderlo". Para denominar este concepto la editorial propone el término de "riesgo patogénico individual". Ello explicaría que pacientes que actualmente se definen como de bajo riesgo puedan tener replicaciones del virus porque tienen alteraciones en su sistema inmunológico que le impide trabajar correctamente.
Como subraya la editorial de REIPI, "los avances en la virología molecular y en el estudio del sistema inmune nos permitirán realizar una monitorización de la respuesta inmunológica peculiar de cada individuo". El futuro del manejo clínico de las infecciones virales pasa por "el reconocimiento clínico de las peculiaridades inmunológicas de cada paciente", indica el investigador de REIPI.

-Un problema importante
La infección por citomegalovirus es considerada una de las causas más importantes de morbilidad y mortalidad postrasplante y, en estos pacientes, el riesgo de sufrir la infección (sin o con enfermedad) es mucho más elevado que en la población normal. Cuando un receptor no ha tenido contacto con el virus puede adquirir la infección a través del órgano donado (infección primaria). Cuando el receptor ya ha padecido la infección antes del trasplante el virus se encuentra en estado latente y puede reactivarse al debilitarse el sistema inmunológico por la medicación anti-rechazo.

Más del 50% de los receptores pueden mostrar evidencias de replicación de este virus. Entre el 10% y el 50% de los trasplantados pueden desarrollar síntomas lo que se conoce como "enfermedad por citomegalovirus". Esta varia desde cuadros leves de fiebre y leucopenia (bajada de los leucocitos), lo que se conoce como "síndrome viral", hasta cuadros graves de infecciones de órgano (pulmón, sistema digestivo, cerebro, ojo) o incluso generalizadas.
Sin embargo, la buena noticia con respecto a esta peligrosa enfermedad es que existen tratamientos disponibles. Como explica el Dr. Torre-Cisneros, el ganciclovir es una terapia muy eficaz tanto para el tratamiento como para la prevención. El poder disponer de una formulación por vía oral, - llamada valganciclovir-, permite prevenir la infección sin que el paciente tenga que moverse de su casa. Lo que actualmente propone esta editorial es definir de forma individualizada a que pacientes se les debe administrar el fármaco. En definitiva la editorial propone que la monitorización inmunológica podría ayudarnos, -en un futuro muy cercano-, a poner tratamiento "sólo a los pacientes que lo precisen" independientemente del tipo de trasplante, de la latencia del virus o del tratamiento inmunosupresor que reciban.
El concepto definido en esta editorial ha sido ampliamente aceptado en la comunidad científica y ha sido tenido en cuenta en las recomendaciones sobre manejo de la infección de sociedades internacionales. El Grupo de Estudio de la infección en el Trasplante (GESITRA) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), - sociedad científica en la que se agrupan muchos investigadores de REIPI -, esta preparando una revisión de sus recomendaciones en el manejo de esta infección y ello permitirá a los expertos españoles una profunda discusión de todos estos aspectos. Se trata de nuevo un ejemplo de cómo la investigación cooperativa puede proporcionar evidencias científicas que rápidamente pasen a mejorar del cuidado de los pacientes, uno de los principales objetivos de REIPI.

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