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26 February 2009

La individualización del tratamiento ofrece a cada paciente las máximas posibilidades de erradicar el virus de la Hepatitis C

La terapia antiviral es la única forma de prevenir la progresión del virus de la hepatitis C, reconocida como la ‘epidemia silente’, que afecta a 800.000 españoles. Las principales causas de muerte relacionadas con la hepatitis C son la cirrosis hepática (en el 35% de los casos) y el cáncer de hígado (en el 32% de los casos). Los tratamientos actuales para la hepatitis C consiguen alcanzar una respuesta virológica sostenida (RVS) que supera el 60% en el caso de pacientes con genotipo 1 y que ronda el 80% en pacientes con genotipos 2 y 3. Sin embargo, todavía hay un grupo importante de pacientes que no logra alcanzar la curación, y que deben ser estudiados individualmente.
"Analizar con detenimiento las causas por las que el tratamiento ha fracasado resulta clave para valorar nuevas alternativas en estos pacientes", señala el Dr. Ricard Solá, jefe de la Sección de Hepatología del Hospital del Mar de Barcelona y ponente del simposio de Roche, Individualización del tratamiento: un instrumento para mejorar la respuesta viral sostenida, que se celebra en el marco del XXXIV Congreso Anual de la Fundación y Asociación Española para el estudio del Hígado (AEEH), que se está celebrando en Madrid.

Actualmente, las causas para no alcanzar una respuesta virológica sostenida se agrupan en cuatro supuestos:
-Falta de cumplimiento terapéutico por parte del paciente.
-Reducción de la dosis del tratamiento por debajo del 80% como consecuencia de efectos secundarios al mismo.
-Duración insuficiente del tratamiento. Determinados pacientes responden lentamente y no alcanzan respuesta en la semana 12 o 24.
-Pacientes que no negativizan en ningún momento el virus de la hepatitis C.
Los tres primeros supuestos corresponderían a pacientes que pueden volver a ser tratados, tras averiguar la causa del fracaso anterior, por ejemplo, "si se redujo la dosis de tratamiento porque producía anemia como efecto secundario, se puede corregir esta y así conseguir mantener una dosis mayor del 80% del total prescrito, lo que puede hacer que el tratamiento funcione", apunta el Dr. Solá.

Un estudio llevado a cabo en diversos hospitales de Cataluña con 902 pacientes confirma una eficacia global del tratamiento del 62,7%. De este grupo, "se han identificado 336 pacientes sin respuesta (37,3%). De esta manera, de los 336 pacientes no respondedores al tratamiento, "el 64% no son auténticos no respondedores, por lo que se les podría retratar corrigiendo las causas del fracaso. Así, los auténticos no respondedores —que no negativizan el virus en ningún momento— representan el 36% de este grupo, no obstante, del total de pacientes sería sólo un 14%", afirma el Dr. Solá.

-Ventajas de la individualización
Esta individualización en la terapia que recibe cada paciente es la actual línea de tratamiento en pacientes con hepatitis C, cuyo tratamiento recomendado es la combinación de interferón pegilado y ribavirina. Actualmente Roche Farma comercializa interferon pegilado alfa–2a (40Kd) bajo el nombre de Pegasys® y ribavarina (Copegus®).
"Las ventajas que suponen esta individualización consisten en ofrecer a cada paciente las máximas posibilidades de erradicar el virus, basándose en los datos de la variación cinética viral durante el tratamiento", apunta el Dr. Ramón Planas, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona.
Para ello, es fundamental determinar la carga viral en la semana 4 de tratamiento, si es indetectable, es decir, el paciente presenta una respuesta viral rápida (RVR), "las posibilidades de conseguir una respuesta viral sostenida (eliminar el virus de la hepatitis C) son de alrededor el 90% con independencia del genotipo responsable de la infección", señala el Dr. Planas.
En los pacientes sin RVR hay que determinar la carga viral en la semana 12, si es negativa "hay que efectuar tratamiento durante 48 semanas, a menos de que sea un paciente que haya recidivado a un tratamiento previo con interferón pegilado y ribavirina, en cuyo caso aconsejaría extender el tratamiento hasta las 72 semanas", afirma el Dr. Planas.
Si en la semana 12, "la carga viral ha descendido más de 2 logaritmos respecto al valor basal pero sigue positivo, hay que determinar nuevamente la carga viral en la semana 24 y si en este momento es negativo se aconseja prolongar el tratamiento hasta la semana 72", añade el Dr. Planas, "con lo que conseguiremos porcentajes de respuesta viral sostenida del 60-70% frente a tan sólo el 40-50% si el tratamiento solo se mantiene hasta la semana 48".

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