Los trastornos de conducta que aparecen tras sufrir un Daño Cerebral Adquirido (DCA) son uno de los déficits más complejos de tratar y, a menudo, los más difíciles de manejar para las familias. Según la experiencia del equipo de la Unidad de Rehabilitación Neurológica del Hospital Vithas Xanit Internacional, un espacio de referencia que sigue el modelo de Irenea, el Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas, el 90 % de los familiares solicita apoyo para gestionar estos cambios, ya que las estrategias de comunicación previas a la lesión dejan de ser efectivas y requieren un nuevo enfoque.
Los cambios rápidos e incontrolables en el estado de ánimo, o labilidad emocional, la apatía, infantilismo, irritabilidad, euforia o desinhibición son alteraciones frecuentes y, en muchos casos, no tan fáciles de reconocer por el entorno sobre todo en etapas iniciales. Sin embargo, tienen tanto peso que pueden dificultar su recuperación e interferir en su integración social y familiar.
“La afectación a este nivel no solo limita su autonomía, sino que también supone una importante carga emocional para su entorno más cercano”, explica la Dra. Myrtha O'Valle, directora de Rehabilitación Neurológica (Irenea) de Vithas.
La especialista subraya además la necesidad de un tratamiento personalizado, ya que cada paciente manifiesta los trastornos de conducta de forma distinta, y añade que “por ello es fundamental realizar una evaluación precisa que permita diseñar un plan terapéutico adaptado a sus necesidades específicas”.
Para dar respuesta a esta necesidad, esta unidad ha desarrollado un plan intensivo específico para el abordaje de los trastornos de conducta, que incluye intervención neuropsicológica, pautas de tratamiento individualizadas, supervisión médica con posibilidad de prescripción farmacológica y acompañamiento familiar. El objetivo de este programa es mejorar la regulación emocional, favorecer la adaptación conductual y potenciar la autonomía del paciente en su entorno cotidiano.
“La intensidad del programa permite intervenir de manera específica alteraciones como el infantilismo, donde el paciente presenta conductas inmaduras que dificultan su autonomía; la labilidad emocional, caracterizada por cambios bruscos de humor; o la euforia patológica, que puede provocar reacciones de alegría desproporcionadas o inapropiadas ante situaciones cotidianas”, detalla la Dra. O’Valle.
Además de la intervención directa con el paciente, el plan desarrollado por Vithas Xanit Internacional incluye formación y acompañamiento para las familias, con el objetivo de facilitar la adaptación al nuevo contexto.
“El daño cerebral modifica la forma en que la persona percibe, procesa e interpreta sus propias emociones y las de los demás. Por eso, muchas veces las estrategias de comunicación que funcionaban antes de una lesión dejan de ser útiles, y es necesario aprender nuevas formas de relacionarse”, explica la Dra. O’Valle. La especialista insiste en que una intervención adecuada y a tiempo no solo mejora la autonomía del paciente, sino que también reduce la carga emocional del entorno y facilita su participación activa en la vida familiar y comunitaria.
-El Instituto de Neurociencias Vithas
El Instituto de Neurociencias Vithas, de carácter multidisciplinar y que integra no solo la asistencia médica de excelencia, sino también investigación traslacional y formación, ofrecen una atención integral a pacientes de todas las edades con patologías neurológicas.
Expertos en neurología, neuropediatría, neurocirugía, neurofisiología, psiquiatría, neuro-radiología y neurorrehabilitación componen estos equipos para garantizar una atención diferencial a personas con demencias, cefaleas, epilepsia, párkinson y otros trastornos del movimiento, patología vascular cerebrovascular y neuromuscular, problemas neurológicos infantiles y patología quirúrgica cerebral y vertebral entre otras dolencias.
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