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29 November 2011

Las políticas de Seguridad del Paciente salvan vidas y suponen un ahorro significativo de costes sanitarios




La asistencia sanitaria es cada día más efectiva pero también más compleja, lo que ha convertido la Seguridad del Paciente en una dimensión crítica de la calidad asistencial. Pero no sólo eso: también se ha comprobado que invertir en Seguridad del Paciente no sólo evita errores médicos de diversa consideración y aumenta la calidad de la atención médica, sino que también ahorra dinero.
Así se ha puesto de manifiesto durante la jornada científica dedicada a otorgar los Premios Roche a las mejores iniciativas en Seguridad del Paciente, que ha tenido lugar en el Hospital General Universitario La Fe de Valencia, y que ha contado, entre otros, con las aportaciones del Conseller de Sanitat de la Comunidad Valencia, Luis Rosado.








-La Seguridad del Paciente tiene recompensa
Para la presente edición de los Premios Roche a las mejores iniciativas de Seguridad del Paciente se han presentado 45 trabajos, procedentes de 11 Comunidades Autónomas y de 40 centros.
En el ámbito de la mejor iniciativa institucional, el galardón (dotado de un premio de 12.000 €) ha recaído en el proyecto “Más Seguridad AVS”, que firma en primer lugar Pilar Ripoll Feliu, de la Conselleria de Sanitat de la Generalitat de Valencia. Desde esta institución se ha desplegado un enorme esfuerzo desde comienzos de este siglo en la definición de estrategias novedosas para alcanzar la excelencia en la seguridad de los pacientes. “Este empeño ha hecho que en nuestro país la Comunidad Valenciana sea reconocida como territorio pionero en el análisis, evaluación y prevención de los efectos adversos asociados a la asistencia sanitaria”, resalta Pilar Ripoll, quien recuerda que “el Plan Estratégico de la Agencia Valenciana de Salud señala entre sus áreas críticas la atención a la seguridad del paciente y las prácticas óptimas para reducir los riesgos a que se ven expuestos”.





Por su parte, el premio de 12.000 € a la mejor iniciativa de seguridad del paciente llevada a cabo en centros se le ha concedido al proyecto “Seguridad 1 más 1. Cada uno cuenta”, que tiene como primera firmante a Santana López Vicente, del Observatorio de Seguridad del Paciente de Andalucía.
Un accésit dotado con 6.000 € ha recaído en el trabajo “Mejora de seguridad con la prescripción electrónica e-Osabide como herramienta única: el paciente es el centro”, liderado por María Prieto Blanco, de la Dirección de Asistencia Sanitaria de Osakidetza. “Hemos diseñado una aplicación única y común para todos los profesionales de Osakidetza”, explica María Prieto, quien destaca que “con la finalización en 2012 de la implantación de la receta electrónica, se completarán todos los requisitos necesarios para disponer en Osakidetza de un historial farmacoterapéutico único, ligado al paciente, y compartido por todos los niveles asistenciales”.
El otro accésit ha sido para el proyecto “Gestión informatizada del riesgo clínico: resultados en el paciente hospitalizado”, que firma en primer término María Antonia Muñoz Mella, del Hospital POVOSA de Vigo (Pontevedra). En este caso, se ha desarrollado un método que pretende gestionar el riesgo clínico desde el momento del ingreso del paciente. “Un método que, partiendo de la situación clínica del paciente, de su edad y su patología, es capaz de prevenir cualquier complicación derivada de la práctica profesional, estableciendo los factores de riesgo individuales y fijando un plan de acción adaptado a cada caso”, expone la Dra. Muñoz Mella, quien asegura que así “intentamos disminuir la probabilidad de que algo vaya mal a lo largo del proceso asistencial”. Este método de análisis y evaluación del riesgo clínico individualizado está integrado en la historia clínica del paciente, extendiéndose al 100% de los pacientes hospitalizados en el Hospital POVOSA.








-Una prioridad para la UE
Además de las presentaciones de los trabajos premiados, durante esta jornada también ha habido posibilidad de conocer de primera mano las iniciativas europeas en el ámbito de las políticas de Seguridad del Paciente. Enrique Terol, experto nacional destacado en la Comisión Europea, ha insistido en los avances registrados en la UE en el ámbito de la Seguridad del Paciente: “aunque la Seguridad del Paciente es una preocupación relativamente nueva en la UE, a partir de 2004 se ha convertido en una prioridad emergente”, asegura.
A pesar de que el tratado de funcionamiento de la UE reconoce claramente que los sistemas sanitarios son competencia de los estados miembros, salvo en algunos casos muy específicos (seguridad de medicamentos, sangre, tejidos y órganos...), la calidad y la seguridad de la atención sanitaria cada vez más representa un elemento horizontal a contemplar en cualquier política o iniciativa sanitaria de la UE, tanto las legislativas como las no legislativas o los proyectos de cooperación e investigación. Por eso, indica este experto, “la cooperación y el intercambio de buenas prácticas entre países en este campo representa un claro valor añadido en la UE”; de hecho, añade, “la libre circulación de ciudadanos y de profesionales hace cada vez más importante que los sistemas sanitarios y las legislaciones nacionales contemplen la calidad y la seguridad de la atención sanitaria como un valor y un principio básico común”. Como muestra de este interés, resalta la “Directiva de Derechos de los Pacientes a la Atención Sanitaria Transfronteriza”, que incluye como objetivo y principio fundamental garantizar el acceso a una atención sanitaria segura y de calidad.
Según reconoce Enrique Terol, “éste es un problema de primer orden, con un impacto importante tanto en la salud de los pacientes como en las consecuencias financieras que tiene sobre los sistemas sanitarios”. A su juicio, “las políticas de Seguridad del Paciente salvan vidas y pueden suponer también un ahorro significativo de costes sanitarios”; además, “hay evidencia clara de que determinadas medidas y políticas en este campo han sido efectivas”.
Además, el ahorro de costes relacionado con estas iniciativas no es una cuestión banal para el sistema sanitario. Según llama la atención Enrique Terol, “la presencia de efectos adversos inesperados y la aparición de errores en la medicación no sólo se asocia con un incremento significativo en costes económicos directos sobre el sistema sanitario (incremento de precios de aseguramiento y de las compensaciones económicas por daño, uso ineficiente de recursos, tratamientos e ingresos hospitalarios, costes de rehabilitación al dagno, etc..), sino también indirectos (bajas laborales, incapacidad laborales permanente,) e intangibles (como es el sufrimiento del paciente y su familia, el sentimiento de culpabilidad de los profesionales sanitarios involucrados en un evento adverso,…)”.
Por todo ello, se aconseja potenciar las medidas de formación e información en este ámbito. Además, como otra solución que aporta Enrique Terol, “los costes de la no calidad y no seguridad deben ser objeto de atención y convertirse en objetivo de las mejoras de la macro, meso y micro gestión”. Existen buenos ejemplos de indicadores y objetivos en esta área, “pero todavía es muy reducida su utilización como un elemento principal en la gestión clínica o en los contratos de gestión o conceptos similares”, denuncia este representante español en la Comisión Europea.








-El Hospital La Fe, un ejemplo a seguir
Por su parte, la Dra. Isabel Font, del Hospital Universitario La Fe, ha mostrado los progresos de este centro sanitario valenciano en políiticas dirigidas a promover la seguridad en la medicación. “Creemos que la planificación y el modelo de proceso farmacoterapéutico que estamos diseñando, y con los elementos de mejora que vamos introduciendo, puede ser un referente para hospitales que tengan un perfil asistencial similar”, asevera.
En este centro hospitalario se han establecido 5 estrategias de Seguridad del Paciente enfocadas al propio Servicio de Farmacia y al hospital: gestión y organización, formación y colaboración participativa, mejora del sistema de utilización del medicamento y del paciente, investigación y evaluación, y estrategia sobre el factor humano. Para Isabel Font, resulta de especial interés “la estrategia sobre el sistema de utilización del medicamento, por cuanto se apoya en el factor tecnológico como la prescripción electrónica, la preparación semiautomizada de medicación para dosis unitarias o la automatización de botiquines en área de críticos y urgencias”.
Como ejemplos prácticos de la utilidad de estas políticas, la Dra. Font indica que “la prescripción electrónica beneficia a 780 pacientes-día y la prescripción electrónica de quimioterapia a 50 pacientes-día. Al mes, vamos alcanzar 22.000 tratamientos prescritos y validados, con una resolución de problemas en el 5,5% de pacientes. Globalmente, los resultados obtenidos con las iniciativas aplicadas van a beneficiar a más de la mitad de los 50.000 pacientes ingresados este año en este nuevo hospital”.
Respecto al impacto económico de los efectos adversos, a nivel nacional se pueden hacer algunas estimaciones aproximadas de especial interés. Según calcula la Dra. Font, “anualmente hay unos 140.000 pacientes al año que sufren un efecto adverso por medicación, con un coste de 3.000 euros por paciente por este motivo; de esta forma, concluye, “obtenemos cifras de 500 millones de euros de impacto económico por efectos adversos relacionados con la medicación”. Así las cosas, y desde la perspectiva de la eficiencia, “el coste por re-trabajo por error de medicación podría alcanzar cifras de 850.000 defectos anuales (en total, entre 1 y 2,5 millones de euros: 1 defecto= 1-3 euros ) en un centro con una tasa de error de medicación del 17% (la media nacional) y que administra unos 5 millones de dosis de medicación”.

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