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31 October 2012

La falta de iluminación y la climatología adversa aumentan la fatiga y la somnolencia al volante


La noche y la climatología adversa aumentan la fatiga y la somnolencia al volante, cuarta causa de mortalidad en las carreteras. Con la llega de la climatología adversa y con el cambio de horario, muchos conductores circularán con menos luz, reduciendo su visibilidad, y, estadísticamente, aumentando la gravedad de los accidentes. Por eso, el RACE y la Asociación de Bebidas Refrescantes, ANFABRA, quieren incidir en la importancia de los hábitos saludables al volante, dentro de la campaña “Un refresco, tu mejor combustible”. Según distintos estudios, ante un largo desplazamiento, parar cada 150 kilómetros por la noche o cada hora y media, realizar unos estiramientos y beber un refresco, que mantiene los niveles de hidratación recomendados y aporta la glucosa necesaria para mantener la atención, ayudan a prevenir la fatiga y mejora el tiempo de respuesta ante un imprevisto.
Según los datos estadísticos correspondientes a 2011, durante los meses de invierno (de octubre a marzo) se produjeron el 45,5% de los muertos en carretera (datos a 24 horas), de los cuales, el 8,2% fue por culpa de la fatiga o la somnolencia. Si consideramos los datos por luminosidad, y teniendo en cuenta la estadística a 30 días para el año 2010, el periodo del día con más baja intensidad de tráfico es, sin embargo, el más peligroso, computando el 39% de las víctimas mortales. El índice de gravedad varía bastante entre la noche y el día: mientras que por la noche es de 3,8 muertos por cada 100 accidentes, por el día el porcentaje desciende a 2,5 por cada 100 accidentes.
La falta de iluminación y la fatiga también afectan a la capacidad de reacción ante un imprevisto en la vía, como la irrupción de peatones en la calzada. Así,  los datos de 2010 muestran como febrero y noviembre, con 48 y 46 peatones atropellados respectivamente, registran las cifras más altas de mortalidad. En carretera, el mes de noviembre es el que registra el promedio diario más alto, con 0,9 fallecidos por atropello al día.
LA SINIESTRALIDAD POR FATIGA O SUEÑO POR TIPO DE VIA Y MES
Durante el año 2011, con datos en carretera y a 24 horas, se produjeron en España 1.484 fallecidos por accidente de tráfico, sin contar los datos urbanos ni los análisis a 30 días. De estos fallecidos, el 10% fueron como consecuencia de circular bajo los efectos de la fatiga, en concreto, 148 muertos. Si consideramos los datos relativos, esto es, los porcentajes sobre el total, en diciembre y en febrero los fallecidos por fatiga o sueño están por encima de la media anual del 10%. Si consideramos los datos absolutos, los meses con mayor número de fallecidos por fatiga son los meses de verano (julio, agosto y septiembre), dato que coincide con el mayor número de desplazamientos.
LA SINIESTRALIDAD POR FATIGA O SUEÑO POR TIPO DE VIA E ILUMINACIÓN
Como se ha comprobado en la tabla anterior, el riesgo de fallecer en un accidente de tráfico por fatiga o sueño se mantiene incluso en meses sin desplazamientos masivos, como puede ser febrero. Pero ¿cuántos de estos siniestros se produce con poca iluminación? Si tenemos en cuenta los datos de la DGT en los que se relaciona el fallecimiento del usuario, el tipo de vía y la iluminación, la proporción de fallecidos por fatiga o sueño durante la noche en vías no iluminadas es el mismo que durante el día, aunque este porcentaje aumenta cuando se trata de carreteras secundarias: por la noche el porcentaje de fallecidos por fatiga es mayor que durante el día.
ENCUESTA SOBRE FATIGA, CONDUCCIÓN Y LUMINOSIDAD
Las más de 1.100 encuestas a conductores españoles fueron realizadas entre los meses de mayo y junio de 2012, y se recogieron mediante un breve cuestionario estructurado dirigido a conductores de diferentes edades, teniendo en cuenta el tipo de vehículo habitualmente utilizado o el número de kilómetros recorridos al año. La encuesta fue segmentada por Comunidades Autónomas para su posterior análisis. El estudio fue realizado por especialistas del RACE. Respecto al error muestral, y para un nivel de confianza del 95% y P=Q, el margen de error es de <2 conjunto="conjunto" de="de" el="el" font="font" la="la" muestra="muestra" para="para">
El 74% de los conductores de los conductores encuestados dentro del estudio sobre fatiga y conducción declaró que los momentos donde se fatigan más al volante son con poca luz y de madrugada. Su consideramos este dato con el de siniestralidad mortal, observamos que la circulación nocturna tiene un riesgo mayor a la diurna, incluso con un menor tráfico. Por otro lado, uno de cada cinco usuarios confiesan que le da igual conducir por el día que por la noche. Aunque el conductor considera que no afecta, el hecho es que por la noche, con los cambios de ciclo de sueño, el cansancio acumulado durante la actividad diurna o la falta de iluminación (que provoca un aumento de la concentración), aumentan los niveles de fatiga y de somnolencia.
  
Junto a la preferencia de conducción diurna o nocturna, quisimos conocer la opinión de los conductores sobre el cambio horario. Al 55% de los usuarios “Les da igual” conducir con un horario de verano o de invierno, frente a un 42% de los conductores que prefieren el horario de verano. Un bajo 3% prefiere el horario de invierno. Aunque le mayor porcentaje es el de conductores que no muestran preferencias entre uno u otro horario, la balanza se decanta por una conducción con mayor tiempo de luz.

FATIGA, SOMNOLENCIA Y LUMINOSIDAD
Por la noche, y sobre todo durante los meses con menor luminosidad, los accidentes son más graves. Por ello se debe tener presente algunos elementos que pueden hacer aumentar el riesgo de sufrir un accidente. Llevar el vehículo en perfecto estado, con un buen reglaje de luces y limpiaparabrisas, mejorará los niveles de seguridad.  Descanse, no beba alcohol y respete las normas.
- Las condiciones climatológicas adversas, como la niebla, la lluvia, la nieve o las luces del amanecer y el atardecer, se suman a una menor luminosidad con el cambio de hora, haciendo más difícil la conducción, ya que disponemos de una menor cantidad de información por la falta de luz. Este hecho obliga a mantener un mayor nivel de atención, lo que provoca un mayor nivel de fatiga.
- Una mala ventilación o una temperatura elevada en el interior del vehículo empeoran la comodidad para conducción. Hay que renovar el aire, evitar la sequedad en el habitáculo, y disminuir los niveles de monóxido de carbono que pueden entrar los conductos de ventilación.
- Una falta de información por una iluminación deficiente. Por la noche se ve menos, se pierde la profundidad de visión, y se necesita de un mayor nivel de atención, lo que nos provoca un aumento de la fatiga. Además, nuestro cuerpo “conoce” las horas de descanso, lo que afectará a nuestra capacidad física.
- Hidratación. Por la noche también sufrimos deshidratación, y necesitamos reponer líquidos para evitar la deshidratación provocada por el ambiente seco del habitáculo, y a la vez que nos parte glucosa para mantener una óptima actividad cerebral.

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