El sistema de formación de
médicos internos residentes (MIR) tal y como lo conocemos hasta ahora va a
experimentar un profundo cambio tanto en su forma como en su contenido para dar
paso a un nuevo modelo, la troncalidad. Este nuevo sistema formativo, que en la
actualidad se encuentra en fase de proyecto del Decreto Ley que deberá aprobar
el Consejo de Ministros, consiste en la determinación, mediante un programa
oficial de formación especializada troncal, de los conocimientos y competencias
comunes a varias especialidades, lo que permite su agrupación en tramos
formativos que reciben la denominación de troncos.
Durante el periodo de
formación troncal, dos años, los residentes deberán adquirir las competencias
comunes a todas las especialidades del tronco, repartiéndose éstas de la
siguiente manera: tronco médico, 21 especialidades; el tronco quirúrgico
contará con 10 especialidades; tronco de laboratorio y diagnóstico
clínico, 4 especialidades; tronco de
imagen clínica, 2 especialidades y el tronco de psiquiatría, que contará también
con 2 especialidades.
Pero, ¿de qué manera afectará la
formación troncal a los servicios de medicina nuclear y radiodiagnóstico? Este es
el tema central de la mesa redonda que lleva por título “La formación troncal. Cómo llevarla a la práctica y cómo va a afectar
a nuestros servicios” y que organiza el Área de Formación del 32.º Congreso
Nacional de la SERAM. Según indica el doctor José Luis Carreras, especialista
del servicio de Medicina Nuclear del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, “el
tronco de imagen médica es un tronco asimétrico
constituido por dos especialidades de diferente tamaño en cuanto al
número de unidades docentes, especialistas y residentes. Para las escasas
unidades docentes de medicina nuclear va a ser complicado atender adecuadamente
el elevado número de residentes troncales. Además al haber menos unidades
docentes de medicina nuclear muchos residentes tendrán que cambiar de
residencia durante el periodo troncal”.
A este respecto, el doctor José
Luis del Cura, vicepresidente de la SERAM y presidente de la Sección de Formación Pre y Postgrado en Radiología (FORA) de la SERAM, señala
que el proyecto de troncalidad hace necesario contar con los dos servicios,
medicina nuclear y radiodiagnóstico, para ser una unidad troncal, circunstancia
que tendría un impacto directo en el número de unidades docentes. “El número de
unidades troncales vendría limitado por el número de unidades de medicina
nuclear. Actualmente existen 44 unidades de medicina nuclear y 103 de
radiodiagnóstico. Con la troncalidad, 59 de las actuales unidades de
radiodiagnóstico no serían troncales y nos encontraríamos con situaciones como
la de Castilla-La Mancha, con una única unidad troncal o ninguna en
Extremadura”.
De igual manera, también se
verían limitadas el número de plazas para los residentes. “Se pasaría de la
capacidad actual, 294 plazas de formación de residentes, a la capacidad futura
de 110 si se mantiene la capacidad docente actual de los servicios de medicina
nuclear”, puntualiza el Dr. Del Cura.
A través de la troncalidad los
residentes de ambas especialidades obtienen una formación generalista más
amplia, aunque, según detalla el Dr. Carreras, reduciéndose el periodo de
formación específica. “La única oportunidad que soy capaz de vislumbrar
–continúa- es la posibilidad de obtener los dos títulos de especialista en un
tiempo de 6 años”.
En cuanto a la redacción del proyecto de troncalidad, ambos
especialistas coinciden en que no se ha consultado a los profesionales de
medicina nuclear y radiología a la hora de definir los programas e itinerarios
formativos. “Antes de establecer cambios de programa formativo es necesario
realizar un programa piloto y valorar su funcionamiento. Los programas deben
ser lo más flexibles posible para que puedan ser adaptados a cada realidad
docente”, explicar el Dr. Del Cura.
Propuestas
a la troncalidad
A pesar de que el proyecto de
troncalidad arroja muchas dudas en su redacción, los especialistas sostienen
que podrían realizarse cambios antes de ser aprobado y encontrar así una
solución más adecuada. Mientras que para el Dr. Carreras la mejor solución
pasaría “mantener las dos especialidades separadas con periodos de rotación de
una en otra de 3 a 6 meses” en lugar del tronco de imagen clínica, para el
vicepresidente de la SERAM sería necesario “un aumento de la especialidad a 5
años, contar con unidades docentes asociadas en centros privados y en
hospitales comarcales no docentes, un aumento de los servicios docentes de
medicina nuclear y adaptar el programa de formación a cada centro”.
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