El 40,25%
de los barceloneses convive con niveles de ruido diurno superiores a los
65 decibelios
(dB), umbral máximo recomendado por la Organización Mundial de la
Salud (OMS). Así lo indica el informe “Ruido y Salud en
Barcelona” elaborado por el
Observatorio Ruido y
Salud DKV-GAES con la colaboración de ECODES (Fundación Ecología y
Desarrollo), una completa recopilación de datos
disponibles hasta la fecha sobre cuál es el grado de exposición a la
contaminación acústica y cómo afecta a la salud de las personas. Este Informe se
ha presentado hoy en Barcelona en el marco de las Jornadas Científicas GAES.
Según un estudio de
percepción social realizado por GAES, los barceloneses tienen una apreciación
negativa de la situación acústica de su ciudad. Más del 87% de los barceloneses
considera que vive en una ciudad ruidosa y más del 85% considera que la
población aún no está totalmente concienciada sobre la problemática del ruido y
su influencia en la salud. En esta misma línea, Conchita Gassó, presidenta del Comité de Igualdad
de GAES, ha destacado la importancia de concienciar a la sociedad del exceso de
ruido en Barcelona porque “el ruido no solo molesta, sino que puede tener efectos negativos en
nuestra salud” y, añade, que “convivir con el ruido puede
favorecer la aparición de trastornos psicológicos y complicaciones
cardiovasculares”.
Estas cifras pueden
alertar sobre el exceso de ruido en la ciudad de Barcelona, pero como reflejan
los datos recogidos en el informe “Ruido y Salud en
Barcelona” la tendencia es una
disminución de los niveles de ruido en los últimos años. Se constata que desde
el año 2009 se ha reducido el porcentaje de población expuesta a los niveles de
ruido más altos, aquellos que sobrepasan los 70 dB. Hace cinco años el
porcentaje de población barcelonesa expuesta a estos niveles era del 19%,
mientras que en el año 2013 la cifra se ha reducido hasta el 15% de la
población. Esta reducción del 4% es significativa porque, a pesar de ser una
cifra aparentemente baja, supone un cambio notable en la ciudad de Barcelona.
Además, en los últimos cinco años, han aumentado más de un 3% las zonas que
registran niveles acústicos bajos, inferiores a los 60 dB. “Esta variación respecto al
anterior estudio permite a la población desplazarse hacia franjas acústicas más
moderadas pero queda aún mucho camino por recorrer”,
afirma Jesús de la
Osa, coordinador de las publicaciones anuales del
Observatorio de Salud y Medioambiente de DKV-ECODES. El 83% de la población de
la ciudad vive en zonas de franjas acústicas altas y franjas acústicas moderadas
y, recuerda, que “es
primordial no solamente reducir el ruido, sino crear zonas silenciosas para
promover la salud acústica”.
Según el informe
“Ruido y Salud en
Barcelona”, la fuente principal
de ruido en los ambientes urbanos sigue siendo el tráfico, que es el causante de
más del 80% de la contaminación acústica que se registra en las ciudades. No
obstante, la principal fuente de queja por ruido en Barcelona no es el tráfico,
sino la concentración de personas en el espacio público especialmente durante el
horario nocturno. Durante 2013, el 44% de las llamadas a la Guardia Urbana por
quejas relacionadas con el ruido fueron por este motivo, seguidas de las quejas
por ruidos domésticos (42%).
Como ha explicado
Sílvia
Agulló, responsable de la Unidad de Responsabilidad
Empresarial y Reputación de DKV Seguros “el objetivo de este informe es
crear un espacio de reflexión para promover una mejora en la calidad de vida de
las personas. En el informe hemos querido mostrar la realidad acústica de
Barcelona, una ciudad que ha sido pionera en el análisis del
ruido”.
Barcelona, pionera en la
lucha frente al ruido
El Ayuntamiento de Barcelona ha sido pionero en el análisis y actuación sobre la contaminación acústica. El pasado 17 de marzo, la institución presentó el Mapa Estratégico de Ruido de Barcelona 2013, que refleja la situación acústica de la ciudad y permite ver su evolución en comparación con el anterior documento, elaborado en 2009.
El nuevo mapa, recogido
en el informe “Ruido y Salud en
Barcelona”, el 83% de la ciudad
son zonas de calidad acústica alta (de 45 a 65 dB) o moderada (de 55 a 70 dB).
Además, el 96% de las calles cumplen con la capacidad acústica asignada.
Si se analiza la calidad
acústica por barrios, se ha detectado que los más ruidosos son Gràcia y Ciutat
Vella, debido en gran parte a la cantidad de actividades que se realizan en
ambas zonas y la amplia variedad de ocio nocturno que
ofrecen.
Actualmente el
Ayuntamiento de Barcelona está trabajando en un plan para reducir la
contaminación acústica de la ciudad y que se terminará de implantar en el año
2020. Este plan intentará acondicionar aún más la ciudad y servirá para
concienciar a la población. Isabel Hernández, subdirectora general de
Prevención y Control de la Contaminación Atmosférica de la Generalitat de
Catalunya, remarca que “para que se produzca un cambio y poder actuar desde la prevención es
básica la información dirigida a los ciudadanos”.
El 17,5% de los
barceloneses duerme mal por el ruido
Según el reciente estudio
sobre la audición realizado por GAES, que incluye un apartado sobre la
percepción del ruido entre la población, el 47,6% de los barceloneses manifiesta
que el ruido es un condicionante del buen o mal descanso durante la noche y, del
total de encuestados, un 17,5% reconoce tener dificultades a la hora de dormir
porque escucha ruidos.
El mapa estratégico del
ruido de Barcelona 2013 denota que un 14% de los tramos de la ciudad supera los
niveles de ruido recomendados durante la noche, registrando niveles un 10% más
altos que durante el día. Según este mismo estudio, los barrios que necesitan
una actuación prioritaria en este ámbito son Ciutat Vella, Sarrià, Sant Gervasi
y Gracia.
El ruido nos quita
salud
La exposición a altos
niveles de ruido puede tener una gran influencia en nuestras vidas. Además de un
efecto directo sobre la salud auditiva, existen evidencias de que el ruido tiene
numerosos efectos no
auditivos. Así, incrementa el riesgo de aparición de
algunos trastornos cardiovasculares, como hipertensión, infarto de miocardio o
ictus cerebrales. Los datos recopilados en este informe recogen algunos estudios
novedosos que relacionan la exposición al ruido y el incremento de la mortalidad
por causa respiratoria y cardiovascular un 6% por cada decibelio superior a los
65dB en personas mayores de 65 años.
Por otro lado, diversos
estudios revelan que estar expuestos de forma recurrente a niveles de ruido no
recomendados puede comportar molestias, déficit de concentración y de
aprendizaje, estrés crónico, fatiga, ansiedad y la aparición de insomnio y otros
trastornos de la calidad del sueño.
Nuestros oídos
envejecerán antes de tiempo
El ruido es una de las
principales amenazas para nuestra salud. Los elevados niveles de ruido a los que
podemos estar expuestos han provocado que los trastornos auditivos aparezcan
cada vez a edades más tempranas. El Dr. José N. Fayad,
otólogo y neuro-otólogo, ha explicado que “la exposición prolongada e
intensa al ruido lleva a la pérdida auditiva en frecuencias altas, sobre todo en
personas mayores de 65 años, que son el colectivo más sensible de la
sociedad”.
“En las consultas, cada
vez estamos detectando síntomas de presbiacusia (pérdida auditiva por la edad)
en personas más jóvenes” afirma también el Dr. Iván Domènech, del Hospital
Universitari Quiron Dexeus.
Actualmente, entre el 40
y 50% de la población española empieza a experimentar pérdida auditiva debido al
envejecimiento alrededor de los 65 años, pero dentro de poco serán las personas
de 40-50 años las que presenten signos de presbiacusia. “Si no se adoptan
medidas de prevención, en 20 años las personas jóvenes tendrán los mismos
problemas de audición que sus abuelos” advierte el Dr.
Domènech.
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