Uno
de los principales retos actuales del Sistema Nacional de Salud (SNS) es incorporar las innovaciones farmacéuticas a
la práctica clínica, manteniendo la sostenibilidad del sistema sanitario
público evitando que se colapse. Con el objetivo de encontrar ese
equilibrio entre sostenibilidad e innovación, se hace necesario buscar fórmulas
en aras de una utilización más eficiente de los medicamentos. Los acuerdos de riesgo compartido y la
gestión más precisa de la farmacia hospitalaria se vislumbran como dos de las posibles
vías para conseguir estos nuevos retos, dado los buenos resultados que ya
están ofreciendo en este sentido.
Estas son unas de las
conclusiones que se recogen en el libro sobre “Gestión Hospitalaria y
Acuerdos de Riesgo Compartido en España”, editado por la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo (UIMP)
y la biofarmacéutica UCB, y que se ha presentado hoy en la Real Academia Nacional de Farmacia.
Para el rector de la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), César
Nombela, “se trata de gestionar la
incertidumbre a la que se enfrenta la gestión hospitalaria para lograr
garantizar el mejor resultado posible desde una perspectiva multidisciplinar en
la que intervengan todos los agentes implicados, y para ello han de compartir
el riesgo”.
Es
la primera vez que un libro aborda estas materias aportando datos sobre las
experiencias que ya están puestas en marcha en nuestro país con el fin de
arrojar luz sobre la mejor manera de lograr una óptima distribución de los
recursos al tiempo que se facilita el acceso clínico a medicinas innovadoras.
Equilibrio entre sostenibilidad
e innovación
Un equilibrio entre
sostenibilidad e innovación. De este modo, se alinean los objetivos clínicos,
de gestión y de la industria farmacéutica para generar conocimiento en
resultados de salud y poder hacer una utilización más eficiente de los
medicamentos.
Encarnación Cruz, subdirectora
general de Farmacia y Productos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud
(SERMAS) advierte que “está claro que debemos incorporar medicamentos verdaderamente innovadores y beneficiosos para el paciente.
Sin embargo, debemos ser conscientes de que la innovación afecta a la
sostenibilidad. Solo como ejemplo, los medicamentos comercializados en los
últimos cinco años suponen un 20% del gasto total”.
“En la actualidad, la mayor
parte de los medicamentos que se autorizan y comercializan en nuestro país son
eficaces, pero normalmente esta eficacia está basada en la respuesta de unos
cuantos pacientes, pero otros tantos tienen una respuesta más pobre o incluso
nula. Tenemos que ser capaces de
seleccionar los pacientes que van a obtener los mayores beneficios del
tratamiento que se le está aplicando”,
puntualiza Cruz.
El riesgo compartido, una de
las herramientas que permiten el
equilibrio
En este panorama, los acuerdos de riesgo compartido se
proyectan como una de las herramientas que permiten compensar las
incertidumbres en torno a los resultados en condiciones de práctica clínica
habitual de un producto innovador. La innovación no está reñida con la
sostenibilidad del sistema sanitario, sino que es posible compaginarlas, pero
para ello es necesario trabajar unidos, reforzar la colaboración y potenciar
medidas concretas, como la mejora del cumplimiento terapéutico.
Cataluña es una de las
comunidades autónomas que cuenta con un mayor número de acuerdos de riesgo compartido,
una fórmula que se guía por estas premisas. En este sentido, Antoni Gilabert, gerente de Farmacia y del
Medicamento del Sistema Catalán de Salud (CatSalut), ha subrayado que “los
proyectos de armonización farmacoterapéutica que se están aplicando están
obteniendo muy buenos resultados. La clave está en compartir intereses y
riesgos”.
De este modo, todos los actores
están implicados en la necesidad de medir los resultados tanto en términos
clínicos como sociales y económicos. A día de hoy en esta Autonomía se están
aplicando cuatro acuerdos de riesgo compartido con medicamentos para el
cáncer de pulmón, de colon, de artritis reumatoide y de pruebas para el
diagnóstico.
En palabras de Jesús Sobrino, director general de UCB:
“Es una responsabilidad para UCB
favorecer el acceso de innovaciones terapéuticas y velar para que ésta no se
dificulte. Por eso mantenemos un estrecho contacto con la administración para
llegar a acuerdos que garanticen ese acceso de los pacientes a la innovación”.
Esta compañía, invierte más del 25% de sus ingresos en I+D por lo que “nos resulta
imprescindible un marco sanitario estable, y mantener una relación próxima y de
confianza con los gestores sanitarios para garantizar la sostenibilidad del
sistema sanitario, el acceso a la innovación y la mejor atención sanitaria de
los ciudadanos” agregó Sobrino. Hasta
el momento, UCB ha firmado 14 acuerdos con
hospitales públicos en cinco Comunidades Autónomas, siendo pionera en la implantación de acuerdos de
financiación basados en el pago por resultados implicando gestores de las CCAA,
de hospitales y clínicos en enfermedades muy incapacitantes y de alto impacto
económico con un resultado muy positivo.
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