La donación de embriones hace posible el
sueño de ser padres de mujeres y parejas que no pueden gestar con sus
propios gametos. Tan solo en la última década, los tratamientos
realizados en IVI con embriones donados se han multiplicado por tres,
pasando de 117 tratamientos de embriodonación en 2009 a 370 el pasado año
2018.
El 58% de estos tratamientos se
realizaron a pacientes procedentes de España, si bien es cierto que
mujeres y parejas de otros países acuden a IVI en busca de soluciones
reproductivas que en sus países de origen no son viables por las
restricciones legales, como es el caso de la donación de embriones.
“Italia, Alemania, Francia y Gran Bretaña
suponen el 33% de tratamientos con embriones donados que realizamos en
nuestras clínicas de España. La mayoría de estas pacientes superan los 40
años de edad, por lo que sus opciones de concebir con gametos propios son
muy limitadas o inexistentes. A ello se suman las limitaciones
legislativas de sus países, por lo que dispuestas a cumplir su deseo de
ser madres ven en la aperturista ley de España una opción muy tentadora”,
explica el doctor Ernesto Bosch, director médico de IVI Valencia.
Por ley, los embriones sobrantes
criopreservados podrán tener tres destinos diferentes, a decidir por la
mujer o pareja de los que procedan dichos embriones: donarse a otras
mujeres o parejas, donarse a la ciencia para investigar o destruirse
(previo consentimiento firmado de los pacientes).
“A pesar de que el perfil mayoritario de
receptores de embriones donados viene representado por parejas
heterosexuales, es destacable el aumento progresivo de mujeres mayores de
40 que deciden afrontar la maternidad en solitario, optando por
indicación de edad y nivel de fertilidad por la embriodonación.
Actualmente, este grupo de pacientes supone un 37% del total de
tratamientos realizados en IVI con embriones donados”, añade el Dr.
Bosch.
Cuando el deseo es más fuerte que
los prejuicios
En la mayoría de las ocasiones, las
mujeres y parejas que presentan problemas de infertilidad que les
imposibilitan ser padres con sus propios gametos pasan por un proceso de
aceptación.
“Cada día recibimos en consulta a
pacientes que pasan por este duelo y nuestra labor consiste en
acompañarles y guiarles desde el campo psicológico y emocional para hacer
de este proceso algo superable. Tiempo, empatía, comprensión y apoyo son
los pilares fundamentales sobre los que cimentamos nuestras terapias, y
nos ayudan a compartir con ellos la dureza de determinados diagnósticos y
buscar la mejor alternativa para conseguir su sueño de ser padres. No
solo en el momento del diagnóstico, sino también durante todo el
tratamiento, el papel del gabinete psicológico es fundamental para hacer
lo más llevadera posible la experiencia de nuestros pacientes”, explica
Pilar Dolz, responsable de la Unidad de Apoyo Psicológico de IVI
Valencia.
Más si cabe en el caso de la
embriodonación, las mujeres y parejas se enfrentan a la disyuntiva de
decidir si renunciar a su ideal de maternidad/paternidad. “Son muchas las
personas que acuden a nuestras consultas con un importante dilema moral.
La idea de pensar que engendrarán un hijo que no posee sus genes les
genera cierta sensación irracional de rechazo. Pero lo cierto es que la
maternidad es mucho más que genética. La maternidad es biología,
evolución, sentimiento, cambios hormonales, epigenética…”, añade Dolz.
Antes de optar por un tratamiento con
embriones donados es fundamental que los pacientes superen ese proceso de
entender y aceptar que no gestarán con gametos propios, resolviendo
cualquier inquietud que pueda generarles esta realidad. Con el fin de
ayudarles en este proceso, IVI pone a disposición de sus pacientes una
unidad de apoyo psicológico en todas sus clínicas, ofreciéndoles así un
acompañamiento integral durante todo su proceso reproductivo.
Inquietud por el parecido físico
Investigadores de IVI llevan años
estudiando la forma en que las moléculas secretadas por el endometrio de
la madre pueden modificar el embrión, influyendo así en sus futuros
rasgos físicos e incluso psicológicos. La ciencia que se dedica a
analizar todos estos procesos se llama epigenética, y se describe por los
factores no genéticos que intervienen en el desarrollo de un organismo,
modificando la actividad del ADN sin alterar su secuencia.
“La epigenética parece demostrar que el
ambiente uterino influye en gran medida en el desarrollo del feto, lo que
haría que este tenga un importante parecido físico con sus padres, y no
solo lo heredada en la carga genética de los gametos donados”, comenta el
Dr. Bosch.
Estos avances científicos abren nuevas
vías para acabar con muchos de los tabúes que aún hoy tienen algunos
pacientes a la hora de aceptar un tratamiento con gametos donados.
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