El 29
de octubre se conmemora el Día Mundial del Ictus, una enfermedad
cerebrovascular que constituye la primera causa de discapacidad adquirida en el
adulto y la segunda de demencia después de la enfermedad de Alzheimer. Según
datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año, unas 120.000
personas padecen un ictus en España y se prevé que dicha cifra se incremente un
35% en 2035 debido, en gran parte, al aumento de la esperanza de vida de la
población.
El ictus es,
además, la primera causa de mortalidad en la mujer y la tercera en el hombre en
nuestro país. Actualmente, en España, cada año, mueren unas 27.000 personas a
causa del ictus, una cifra que también se prevé que se incremente un 39% en
2035.
Pero
también, se estima que dos de cada tres personas que sobreviven a un ictus
presentan algún tipo de secuela, en muchos casos discapacitante. Según datos
del Atlas de Ictus en España 2019, elaborado por el Grupo de Estudio de
Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN junto con Bristol Myers Squibb y
Pfizer, el 59% de los pacientes que han tenido un ictus tienen problemas para
realizar sus actividades cotidianas, más de un 62% tienen problemas de
movilidad, un 64% sufren dolor y malestar y un 36% percibe su estado de saludo
como malo o muy malo.
“Según datos
del Atlas Nacional del Ictus, actualmente más de 650.000 españoles se han visto
afectados por un ictus y de ellas unos 350.000 presentan alguna limitación en
su capacidad funcional como consecuencia de éste. Y si comparamos las secuelas
de esta enfermedad con las de otras enfermedades crónicas, las personas que han
padecido un ictus tienen una peor percepción de su estado de salud, presentan
un mayor riesgo de problemas mentales y se ven más afectados en las distintas
dimensiones de la calidad de vida, especialmente en aquellas referentes a la
movilidad, la realización de actividades cotidianas y en la sensación de dolor
o malestar”, comenta la Dra. María Alonso de Leciñana, Coordinadora del Grupo de
Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología
(SEN).
Dos de cada
tres personas que han padecido un ictus en España tienen más de 65 años. Y son
precisamente este grupo de pacientes los que presentan con mayor frecuencia
dificultades para realizar actividades básicas de la vida diaria después del
ictus. El 44% de las personas mayores de 65 años que han sufrido un ictus tiene
dificultades para ducharse o bañarse sin ayuda y el 56% para realizar tareas
domésticas ligeras. Unos porcentajes que casi duplican a los de otras
enfermedades crónicas, tumores, o accidentes. Asimismo, el ictus se
asocia a mayor disacapacidad en las mujeres.
“No
obstante, aunque la edad es un factor de riesgo importante, el ictus no solo
afecta a las personas mayores. En las últimas dos décadas han aumentado un 25%
el número de casos entre personas en edades comprendidas entre los 20 y 64 años
y un 0,5% de los casos se dan en personas menores de 20 años”, destaca la
Dra. María Alonso de Leciñana.
En España,
el coste total medio por paciente que ha sufrido un ictus es de 27.711 € al
año, de los que el 67% corresponderían a costes directos no sanitarios, el 31%
a costes directos sanitarios y el 2% restante a costes indirectos. El coste
total de los nuevos casos de ictus en España supondría cada año 1.989 millones
de euros, siendo gran parte de esos gastos asumidos por la familia. Sólo el 10%
de los pacientes con discapacidad por ictus reciben alguna prestación
económica.
“Lo que
parece claro es que, a pesar de que en los últimos años ha disminuido la
mortalidad y también la incidencia de ictus gracias a la prevención, detección
precoz y mejora de la atención neurológica especializada con el desarrollo de
las Unidades de Ictus, el aumento de la esperanza de vida y las previsiones de
envejecimiento de la población hará que las cifras de afectados vuelvan a
aumentar. Ello justifica la necesidad de optimizar la asignación de recursos
para la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de los pacientes con
ictus, para reducir el impacto de esta enfermedad”, señala la
Dra. María Alonso de Leciñana.
Y es que, la
prevención de los factores de riesgo modificables de esta enfermedad y el
tratamiento de los mismos, es la medida más efectiva para la reducción de
nuevos casos. Ya que al menos un 80% de los casos de ictus, o incluso un 90%,
podrían evitarse eliminando el consumo de tabaco y alcohol, llevando una dieta
adecuada, realizando ejercicio físico, evitando el sedentarismo y la obesidad,
o con un tratamiento y seguimiento adecuado de enfermedades como hipertensión
arterial, diabetes, hipercolesterolemia, fibrilación auricular u otras
enfermedades vasculares.
Actos del Día del Ictus
El 29 de
octubre de 2019, en el Senado de España, el Grupo de Estudio de Enfermedades
Cerebrovasculares (GEECV) de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y Freno
al Ictus celebrarán una jornada divulgativa bajo el lema "Encuentro
Científico, Social e Institucional sobre ictus" con el objetivo de promover
mejoras en la respuesta social y sanitaria frente al ictus.
Durante la
Jornada se abordarán aspectos como el impacto económico y social del ictus, la
epidemiología del ictus en España, el movimiento asociativo de los pacientes, o
los planes estratégicos para la mejora de la prevención. Además se presentarán
más datos del Atlas del Ictus en España 2019.
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