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11 May 2012

LA EASP NOMBRA PROFESORES EMÉRITOS A LA MINISTRA DE SALUD DEL SALVADOR Y AL PROFESOR Y EXPERTO EN BIOÉTICA DIEGO GRACIA


La Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) nombrará profesores eméritos a la ministra de Salud del Salvador, Mª Isabel Rodríguez y al experto en bioética Diego Gracia Guillén en un acto que se celebrará el viernes 18 de mayo a las 13.00 horas en la sede de la institución en Granada. El evento se podrá seguir a través de Internet por la página web www.easp.es.

La EASP nombra a Mª Isabel Rodríguez “en reconocimiento a su trayectoria profesional y humana, su significativa contribución a la salud pública en América Latina y su trabajo por la justicia social, la dignidad de las mujeres y los derechos humanos, en especial de las personas más vulnerables”.

Mª Isabel Rodríguez, referente de la salud pública en Latinoamérica, agradecerá el nombramiento en un discurso que girará alrededor del papel de Andalucía en el proceso de cooperación con El Salvador, su impacto en la reforma de salud que el país centroamericano lanzó hace dos años y el rol que tuvieron algunos pensadores e investigadores de Andalucía en la formación y el desarrollo del pensamiento de la ministra de Salud. Por su parte, el consejero delegado de la EASP, Carlos Artundo Purroy, leerá una laudatio en la que se recogen los relevantes motivos por los que la institución andaluza ha decidido nombrar profesora emérita a la ministra salvadoreña. Asimismo resaltará, utilizando el testimonio de la vida y trayectoria de los homenajeados, la urgente necesidad de situar la ética y los valores como referencias imprescindibles para una salida saludable y sostenible de la crisis actual.

Diego Gracia es nombrado profesor emérito “en reconocimiento a su contribución al desarrollo de las humanidades médicas y la bioética y por su compromiso docente para que los sistemas de salud en Andalucía, España y América Latina se vertebren en torno a valores esenciales como la libertad y la justicia”.

Diego Gracia recibirá el nombramiento como un reconocimiento a toda una disciplina, la Bioética, señalando que cuarenta años después ya no se percibe como una moda sino como fundamental para la mejora de la calidad de la asistencia médica, como muestra la confianza que la EASP ha depositado en este área. Sus palabras se situarán en el contexto de la grave crisis económica, destacando que también implica a la cultura de nuestra sociedad y la gestión que se ha hecho de los valores.

Previamente, el profesor de la EASP Pablo Simón Lorda leerá una laudatio en la que destacará sus aportaciones en diversos campos de la Medicina y las Humanidades, en especial como referente en bioética y maestro de diferentes generaciones de alumnos y alumnas durante más de cuarenta años.

La entrada al acto es libre, y asistirán, además de profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía y personal de la Escuela Andaluza de Salud Pública, miembros de la comunidad universitaria y una representación del Gobierno del Salvador. En diversos momentos de la ceremonia está previsto que participe el coro de la Universidad de Granada.

La Escuela Andaluza de Salud Pública es una empresa pública dependiente de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, creada en 1985 para la coordinación y desarrollo de la formación, la consultoría, la investigación y la cooperación internacional en los campos de Salud Pública y Gestión de Servicios Sanitarios. Para ello, desde la EASP se cultiva la innovación, se generan nuevos conocimientos y se diseminan entre las organizaciones sanitarias; se desarrolla un proceso continuo de actualización del conocimiento en respuesta a las demandas sociales y a la evolución de los sistemas sanitarios; se identifican los conocimientos relevantes existentes en las organizaciones y los flujos de información necesarios para su transmisión; se crean espacios de intercambio y circulación de la información y el conocimiento creando productos, servicios y sistemas que tratan de aportar inteligencia e innovación para la mejora de la salud de las personas y su atención.

28 April 2010

Los incentivos a profesionales sanitarios son positivos siempre y cuando vayan acompañados de una buena práctica clínica


La ética de los incentivos profesionales es frecuente tema de debate y polémica. Cuando tiene lugar, rápidamente aparecen dos posturas extremas: mientras la rigurosa tiende a demonizar cualquier tipo de incentivo, considerándolo intrínsecamente perverso, en el extremo opuesto están quienes no se hacen cuestión ética de los incentivos y consideran que cuantos más mejor. Con el objetivo de orientar este debate a la búsqueda de una postura intermedia, la Fundación de Ciencias de la Salud y la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC) han editado la cuarta Guía de Ética en la Práctica Médica en torno a la ética de los incentivos a profesionales sanitarios.

Los incentivos son un tema recurrente en el mundo sanitario. “Incentivar la buena práctica clínica es una manera de reconocer aquello que los profesionales hacen bien, por lo que no sólo es lícito, sino también conveniente”, ha señalado el profesor Diego Gracia, presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud, durante la presentación de la guía en el contexto del seminario-debate “Ética de los incentivos a profesionales sanitarios”, celebrado en el Colegio de Médicos de Sevilla. No obstante, “puede haber cierta perversión en los incentivos, por ejemplo, al intentarse premiar el ahorro aunque no vaya seguido de la mejor práctica médica posible”, añade. Por ello, es importante distinguir bien cuáles son correctos y cuáles no.

La guía está dirigida exclusivamente a médicos y trata de analizar los diferentes tipos de incentivos existentes en el ámbito sanitario y su idoneidad a través de la deliberación de casos prácticos muy concretos. ”La cuestión es juzgar la situación y dar recomendaciones acerca del modo en que se debería manejar”, ha señalado el experto. Dentro del amplio espectro de incentivos que hay, “los económicos son los que más abundan y los que pueden ser más peligrosos”. Del otro lado estarían incentivos tales como la libranza de parte del horario o ciertos reconocimientos públicos. “Estos son perfectamente lícitos y correctos”, afirma. También hay que tener en cuenta el área en el que se producen y quiénes los establecen, algo que tiene su reflejo en esta guía.

“Por encima de todo, los incentivos han de premiar el buen ejercicio de la profesión, pues su objetivo último es la promoción de la calidad asistencial”, según el profesor Gracia. A este respecto, “no es de recibo premiar a aquel profesional que más ahorra si eso no va seguido de una buena práctica clínica”. El experto es consciente de que es un problema importante que puede implicar una mala práctica clínica y “una tentación que acecha al gestor sanitario tanto en la sanidad privada como en la pública”. Según se desprende de la guía, las consejerías de Salud de las autonomías y el Ministerio de Sanidad establecen sistemas de incentivos basados en indicadores muy discutibles, sin llevar a cabo a veces una adecuada evaluación de calidad.

En palabras de Juan José Rodríguez Sendín, presidente del Consejo General de Colegios de Médicos, “la guía que presentamos en esta jornada es una magnífica herramienta para aclarar conceptos en este siempre controvertido tema de los incentivos a médicos, algo sobre lo que nuestro Código Deontológico, así como la Declaración de la Asamblea del Consejo General, de 12 mayo 2006, se han pronunciado con claridad, señalando que ‘la libertad de prescripción está vinculada a la responsabilidad profesional’ y añade que es un deber deontológico ‘ser plenamente independiente de condicionamientos que limiten su libertad de hacer en cada caso lo mejor’ y esto debe contemplar también los recursos sanitarios que se consumen ya que estos son limitados.


**en la imagen, de izquierda a derecha, los doctores Carlos J. González-Vilardell, presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Juan José Rodríguez Sendin, presidente de la OMC, Serafín Romero, secretario de la OMC, y Diego Gracia, presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud.

09 April 2010

Las epidemias están íntimamente relacionadas con el desarrollo humano


"La enfermedad, en general, y las epidemias, en particular, están íntimamente relacionadas con el desarrollo humano", ha destacado el profesor Diego Gracia, catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud, a modo de conclusión de la cuarta y última sesión del ciclo "Desde la Memoria: Historia, Medicina y Ciencia en Tiempos de…". Aunque los microorganismos que producen las patologías "están en la naturaleza desde siempre, necesitan de unas determinadas condiciones para generarlas", añade. Bajo el título general de "Epidemias en España", los ponentes han hablado de las epidemias de fiebre amarilla, cólera y gripe.
En los siglos XVIII y XIX "aparece la preocupación por la salud de la población, razón por la cual cambian el concepto de epidemia y los medios para prevenirla", ha apuntado el profesor Esteban Rodríguez Ocaña, catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada, durante su intervención. Entre otras cosas, cambia la legislación sanitaria y empiezan a aparecer las vacunas y los sueros. "Cuando desaparece el régimen absolutista, el control de esta normativa tan específica pasa de manos militares a civiles, la Administración sanitaria se profesionaliza y desaparece la tipificación de delito en este ámbito", explica. En estos dos siglos, "el interés por la enfermedad pasa de una atención episódica a una permanente".
En nuestro país, las epidemias de peste dejaron paso a las de fiebre amarilla, que es una enfermedad vírica típica del comercio transatlántico. Por esta razón, "los brotes se dieron fundamentalmente en los puertos marítimos, afectando especialmente al suroeste español", afirma el experto. "A lo largo del siglo XIX se hizo muy notable el cólera, convirtiéndose en pandémico en torno a 1817", comenta. Se trata de una patología típicamente industrial producida por una bacteria. Las tres grandes epidemias de esta enfermedad en España fueron las de 1833-1835, 1853-1856 y 1884-1885. "Una característica común a todas las epidemias es el miedo a la enfermedad, al tratamiento y a las medidas de incomunicación".


--Los medios de transporte contribuyen a la expansión de las epidemias
Por su parte, el doctor Rafael Nájera, profesor emérito de la Escuela Nacional de Sanidad, ha tratado sobre la historia de la gripe. Se han consignado 31 pandemias en los últimos cuatro siglos, destacándose especialmente las de 1788-1789, 1889-1890, 1918-1919 y 2009. "La influencia de los medios de transporte en su expansión empieza a documentarse en la segunda de ellas, y cobra especial relevancia tras la aparición de los aviones comerciales", señala el experto. Asimismo, "los grandes avances en torno al abordaje de la gripe aparecen ligados a intereses económicos más que sanitarios", debido a las consecuencias negativas que tuvo para industrias tan importantes como la tabacalera o la porcina. Así, hasta 1933 no se descubrió el virus de la gripe.
En relación con la evolución del virus de la gripe, hay tres epidemias a tener en cuenta: la "gripe española" de 1918, la asiática de 1956, la de Hong-Kong de 1968. La primera "se habría originado a partir de una fuente aviar en porcinos y humanos", señala el experto. Este virus fue reemplazado por otro en el que se mezclaron segmentos suyos con los de un virus de procedencia aviar. "Éste circuló hasta la aparición de un nuevo recombinante en 1968". El origen de la actual pandemia se debe a un virus con genes procedentes de 2 cepas porcinas, una aviar y otra humana. "La enorme capacidad de estos virus para recombinarse justifica las medidas tomadas por las autoridades sanitarias ante la incertidumbre de su evolución futura".
El profesor Vicente Pérez Moreda, catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad Complutense de Madrid, ha expuesto su visión de las implicaciones demográficas y económicas de las epidemias. "Podemos admitir que la peste causó cerca de un millón de defunciones en España durante el siglo XVII, pero esto supuso menos de un 5% de la mortalidad total de nuestro país en ese periodo de tiempo", apunta el experto. Por ello, la importancia de esta epidemia en concreto "radica en el carácter socialmente indiscriminado de su mortalidad más que en su relevancia demográfica". Posteriormente le seguiría la época de la viruela, en el XVIII, y la preponderancia del cólera y de las enfermedades sociales, en el XIX.
También se pueden extraer conclusiones positivas de las grandes mortandades del pasado. Así, "a raíz de las epidemias del siglo XIV, se adoptaron nuevas medidas de urgencia para reducir el caos urbano y contrarrestar el contagio", como la prohibición de la movilidad de personas y mercancías. "Algunas de ellas llegaron a ser permanentes, y se controlaron por medio de los consejos de sanidad, observatorios epidemiológicos municipales que tuvieron un importante desarrollo", explica. Otras epidemias posteriores estimularon la redacción de las primeras leyes de sanidad. "La lucha contra la epidemia debería hacernos recordar que muchos dieron la vida por el desarrollo de medidas preventivas", añade.
El profesor Antonio Carreras, catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad de Salamanca, ha señalado que "el declive de la peste se debió fundamentalmente a la mejora en las condiciones de vida y en los servicios de salud". A pesar de ello, "sigue siendo una enfermedad de declaración obligatoria porque el riesgo de epidemia siempre está ahí". En la actualidad se registran entre 1.500 y 3.000 casos al año en todo el mundo, con una mortalidad cercana al 15% (de 200 a 300 fallecimientos). "Dicha cifra era del 60% antes de la aparición de los antibióticos, y del cien por cien en los casos de peste neumónica (el bacilo se contagia por las vías respiratorias)", apunta. La peste bubónica y la gangrenosa son las otras dos formas de la enfermedad.


03 March 2010

Una buena formación en Bioética mejoraría la calidad de la asistencia que prestan los médicos

Los valores son esenciales en toda vida humana, cobrando una especial relevancia en el entorno sanitario. No obstante, la educación actual apenas los tiene en cuenta. Sin duda alguna, esto constituye una de las más graves asignaturas pendientes de nuestro sistema sanitario, mucho más ahora que la crisis está haciendo cundir el desánimo en un porcentaje nada desdeñable de profesionales. Con el objetivo de ofrecer una amplia panorámica del papel que desempeñan hoy en día los valores en el ámbito de la medicina, la Fundación de Ciencias de la Salud y el Departamento de Salud de la Generalitat catalana han organizado la jornada “Los valores y la crisis en el entorno sanitario”.

Según el profesor Diego Gracia, presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud, los valores “nos dotan de identidad”. Por esta razón, “parece lógico pensar que todos queramos que nos sean respetados y protegidos mediante el derecho a la intimidad”, añade. A pesar de ello, “nuestra educación en valores es casi nula”. En el caso concreto de los médicos, “suelen ser formados en el manejo correcto de los llamados ‘hechos clínicos’, pero no son educados en la resolución de conflictos entre valores”. Esto es así debido a la creencia generalizada de que éstos no pueden jugar ningún papel dentro del hospital. Sin embargo, es un tema que “influye mucho en la calidad de la asistencia sanitaria”.

El poco peso que tienen los valores en la educación de nuestros médicos se debe fundamentalmente al positivismo, un movimiento del siglo XIX que sólo considera importantes los hechos. “A partir de aquí, se produjo una depreciación de los valores que ha llegado hasta nuestros días”, explica el experto. En cualquier caso, desde hace ya algunas décadas, la gestión de los valores en el entorno sanitario viene ganando terreno. Encontramos un claro ejemplo de esto en la función del consentimiento informado: “El médico informa de las cuestiones técnicas o hechos al paciente, pero es éste quien tiene que integrar esa información con sus valores”. Por tanto, “hoy en día es fundamental tener en cuenta los valores para tomar buenas decisiones”.

-No saber gestionar conflictos de valores genera burn-out en los médicos
En el ámbito sanitario suelen entrar en conflicto los valores de salud y de vida con otros de carácter económico, religioso, cultural, dietético, etcétera. “Muchos médicos no saben gestionar este tipo de conflictos, lo cual redunda en una mayor prevalencia del síndrome de burn-out o del trabajador quemado”, señala el profesor Gracia. “Una buena formación en Bioética le evitaría al médico quebraderos de cabeza en su práctica clínica diaria”, afirma el experto. Sin duda alguna, “es la mejor manera de incrementar su nivel de satisfacción y, por consiguiente, de mejorar la calidad asistencial”. En este contexto, “las habilidades de comunicación constituyen un método clave para la resolución de conflictos”.

El profesor Gracia viene constatando un cambio de tendencia en los últimos años. Así, por ejemplo, “en la universidad se ha empezado a potenciar la enseñanza de los valores hace más de una década”. Un claro ejemplo de esto es el Máster de Bioética de la Universidad Complutense de Madrid, dirigido por este experto. Por otra parte, cada vez se organizan más cursos sobre este tema dentro de los programas de formación continuada de los centros sanitarios y de las comunidades autónomas, y se están teniendo muy en cuenta estos aspectos dentro de la carrera profesional. Instituciones como la Agencia Laín Entralgo, en Madrid, o el Instituto de Estudios de la Salud, en Cataluña, están liderando proyectos en ese sentido.

Celebrado en la Casa Convalescència, este acto ha supuesto la presentación de la Fundación de Ciencias de la Salud en Cataluña, y el punto de partida para su proceso de expansión autonómica. La mesa central trató sobre la importancia de los valores como instrumento de promoción y mejora de la calidad asistencial y estuvo moderada por Joan Rodés, director del Instituto de Investigación Sanitaria Clínic-IDIBAPS, quien ha aportado la visión del gestor. Las otras dos perspectivas fueron la del médico, representada por Miquel Vilardell, presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, y la del paciente, encabezada por Begonya Roman. “En la relación clínica, cada uno hace presentes sus propios valores”, concluye el profesor Gracia. La clausura del acto corrió a cargo de Mateu Huguet, director del Instituto de Estudios de la Salud de la Generalitat catalana.

18 September 2009

Diego Gracia: "Confundir la ética con el derecho puede llevar a una errónea toma de decisiones en el ámbito sanitario"


Hoy finalizó en Madrid la sexta edición del curso de formación de formadores "Bioética 4x4", organizado por la Fundación de Ciencias de la Salud. Dirigido a profesionales del mundo sanitario con formación previa en la materia, tiene por objetivo mejorar las habilidades docentes de éstos, en su mayoría médicos, para que puedan impartir dicha disciplina en sus respectivos lugares de trabajo, ya sean centros de salud, hospitales y/o facultades de Medicina.
"Es muy frecuente confundir la ética con el derecho, de tal manera que se suele identificar el análisis ético de un determinado problema con su vertiente legal", señala el profesor Diego Gracia, presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud y director del curso "Bioética 4x4". Se trata de "un grave error que puede acarrear consecuencias muy negativas en el ámbito médico", añade. El experto achaca esta disfunción a la relativa juventud de que goza la disciplina en cuestión.
El curso "Bioética 4x4" se diferencia de otras experiencias similares por poner "un énfasis especial en la deliberación como método de la bioética", apunta el profesor Gracia. En este contexto, los docentes que lo imparten ponen al servicio de dicho procedimiento diferentes técnicas de enseñanza, como la entrevista, el role-play, el uso de medios audiovisuales, el portafolio o el paciente simulado estandarizado, técnica ésta que garantiza que se dispone de las competencias clínicas necesarias en el encuentro médico-paciente.
Una de las razones de este curso, que se ha impartido a lo largo de toda la semana, es la incipiente necesidad de una formación de mayor calidad en el ámbito de la bioética de nuestro país. A este respecto, el profesor Gracia se ha referido una vez más a la escasez de materiales didácticos en castellano con los que se cuenta: "lo más fácil y barato hubiera sido traducir los trabajos existentes en lengua inglesa, pero finalmente optamos por rehacerlo todo de nuevo", tarea que ha llevado varios años.


"A los participantes se les provee de un material didáctico muy rico y amplio, sin parangón en todo el mundo de habla hispana, para que puedan utilizarlo en sus respectivos lugares de trabajo", señala el presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud. En él se incluyen videos que muestran situaciones reales y/o simuladas que plantean problemas concretos y diferentes maneras de solucionarlos. El profesor Gracia opina que "la enseñanza de la bioética no está bien definida en las facultades de Medicina de nuestro país, lo que hace necesarias más iniciativas como ésta".
Junto al profesor Gracia, han participado en la sexta edición del curso de formación de formadores "Bioética 4x4" los doctores Javier Júdez (médico gestor sanitario); Rogelio Altisent, (médico de familia); Javier Barbero (psicólogo); Francesc Borrell (médico de familia); Fernando Carballo (gastroenterólogo); Beatriz Ogando (médico de familia); Manuel de los Reyes (cardiólogo); José Zarco (médico de familia); Yolanda Jarabo (médico de familia), y Pablo Simón (médico de familia).

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