"Cuando hay un problema de dolor
persistente es importante, para minimizar el daño
sobre la vida de la persona, que aprenda a vivir con él
centrándose en conseguir sus objetivos vitales a pesar de la
presencia de dolor", explica Rubén Nieto,
investigador del eHealth Lab
—grupo colaborador del eHealth Center—, especialista en dolor
persistente y profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la
Educación de la Universitat Oberta de
Catalunya (UOC). Según datos de dolor.com, en España el dolor crónico afecta
a aproximadamente el 18% de la población, y su intensidad se
considera entre moderada e intensa en el 12% de casos. Se
estima que el coste económico que supone el dolor crónico en España
es del 2,5% del PIB, aproximadamente unos 16.000 millones de
euros.
Uno de los
retos que plantea el dolor persistente (o
crónico) es la dificultad
que presenta su evaluación, dado que es una
sensación subjetiva y personal que está determinada por
factores psicológicos y sociales, además de fisiológicos.
La evaluación de los diferentes aspectos psicológicos
relacionados con la experiencia del dolor habitualmente se
hace con instrumentos de autoinforme (cuestionarios), con los
cuales la persona informa sobre su experiencia.
"Desgraciadamente, en nuestro contexto, no existen muchas
medidas para evaluar estos aspectos. Disponer
de estos instrumentos es fundamental tanto en el ámbito
clínico como de investigación, porque solo si se dispone de
medidas válidas y fiables podemos acercarnos a la experiencia
de dolor de la persona y diseñar intervenciones
que puedan serle de utilidad", explica Nieto.
En este sentido, un grupo de expertos de
diferentes instituciones —UOC, Universitat Autònoma de
Barcelona, y Parque Sanitario Sant Joan de Déu— lleva a cabo
un proyecto que tiene como objetivo analizar dos instrumentos de
evaluación para medir un aspecto
que se sabe que es determinante para explicar por qué algunas
personas, a pesar del dolor crónico, pueden tener una vida
más llena y funcional: la
flexibilidad psicológica.
"La flexibilidad psicológica hace
referencia a un conjunto de habilidades mentales que permiten
a las personas mantener una actitud y una conducta centradas
en los valores, es decir, orientadas a cuidar de lo que uno
percibe como importante en la vida. Estas habilidades pueden
ayudar a afrontar el dolor persistente",
explica Juan Vicente Luciano, impulsor del proyecto y
profesor del Departamento de Psicología Clínica y de la Salud
de la Universitat Autònoma de Barcelona. Para evaluar este
aspecto fundamental hay dos instrumentos que se han
desarrollado a escala internacional, el Psy-Flex y el
Multidimensional Psychological Flexibility Inventory (MPFI). A través de este
proyecto quiere estudiarse la validez de ambos instrumentos
en la población en nuestro contexto cultural.
Se buscan más de 500 pacientes con dolor
persistente
El proyecto parte de una colaboración con
investigadores del Departamento de Psicología Clínica y de la
Salud de la Universitat Autònoma de Barcelona y el Parque
Sanitario Sant Joan de Déu. La UOC lidera la parte
correspondiente a la recolección
de datos, que se obtendrán a partir de
cuestionarios que responderán personas que conviven con el
dolor crónico. Los
criterios de inclusión en el estudio son personas con
dolor crónico no maligno con una duración mínima de tres
meses y una frecuencia de dos veces por semana,
y que tengan
entre 18 y 69 años. La UOC hace un
llamamiento a la participación
de voluntarios con este perfil —se necesitan
más de 500 participantes—, que tendrán que responder una
encuesta en línea: https://uocuniwide.eu.qualtrics.com/jfe/form/sv_ac0kaelmckfnxme
***El proyecto ha recibido la aprobación del
Comité de Ética de la UOC. Participar solo supondrá entre 25
y 30 minutos de tiempo y con la participación se ayudará a
desarrollar la investigación en el campo del dolor
persistente.
Este proyecto favorece el objetivo de
desarrollo sostenible (ODS) 3, de salud y bienestar.
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