Ya sea en el gimnasio, en la consulta del médico o leyendo un diario, cuando se trata de la salud hay una gran cantidad de cifras que giran a nuestro alrededor con respecto al peso, la presión sanguínea o el ritmo cardíaco. Pero en general, no sabemos realmente lo que estas cifras significan ni cuáles son las más importantes a la hora de fijarnos metas en nuestro entrenamiento.
Life Fitness Academy te da una visión general de las cifras clave del fitness, que pueden usarse para medir la eficacia de tu plan de ejercicio y nutrición:
IMC (Índice de Masa Corporal): El IMC es una herramienta para medir el peso en relación a la altura. Es una fórmula estándar para determinar si un adulto tiene un peso correcto (generalmente de 18 a 24,9) o sobrepeso (por encima de 25). Para averiguar dónde te encuentras, pregunta a tu médico o consulta alguna página web como weightwatchers.com que dispone de un medidor de IMC. También puedes comprar una escala IMC en páginas como www.cvs.com
Presión Arterial: 120/80 y menos se considera un nivel de presión arterial normal. El número más alto hace referencia a la presión sistólica o a la parte activa del ritmo cardíaco, mientras que el número menor representa la presión diastólica o el momento en que el corazón queda en reposo entre latidos. Cuanto más altas sean estas cifras, más intensamente trabaja el corazón a la hora de bombear la sangre, lo que no es muy saludable a largo plazo. Estudios científicos muestran que hacer ejercicio supone una manera de reducir la presión arterial, sin necesidad de medicinas.
Ritmo cardíaco: El ritmo cardíaco sano de un adulto debería girar en torno a 60-80 pulsaciones por minuto, pero puede llegar a ser menor con ejercicio regular. Sólo mencionar que el de Lance Amstrong se reduce a tan sólo 22 pulsaciones por minuto. En este sentido, Life Fitness recomienda que la gente que practica deporte alcance entre el 50 y el 85% de su ritmo cardíaco máximo para conseguir un entrenamiento óptimo.
Centímetros Saludables: Vigilar los centímetros que pierdes puede ser mejor que controlar los quilos de peso. Hacer ejercicio implica incrementar la musculatura y reducir la grasa, y esto quizás no se refleje en la báscula. Acostúmbrate a medir la circunferencia de tu pecho, cintura, caderas y muslos cada cuatro semanas para comprobar si realmente estás adelgazando.
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