El consumo de alcohol constituye un factor de riesgo determinante para sufrir un accidente de tráfico: altera las capacidades para la conducción segura y modifica la respuesta al trauma, influyendo así sobre la gravedad y el pronóstico de las lesiones. En los jóvenes los efectos del alcohol sobre la conducción son, si cabe, aún más relevantes. Según ha explicado el doctor Juan Carlos González Luque, asesor médico del Observatorio nacional de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico durante su intervención en el 58º Congreso Nacional de Asociación Española de Pediatría (AEP), “se estima que el riesgo relativo de sufrir un accidente mortal con alcoholemias de 0,8 g/l es máximo entre la población de entre 16 y 17 años”.
Aún así y según se extrae de la Encuesta Estatal sobre el Uso de Drogas en Enseñazas Superiores, llevada a cabo en 2006, “el 22% de los estudiantes de entre 14 y 18 años reconoce ha ver sido pasajero durante los últimos 12 meses de vehículos conducidos bajo los efectos del alcohol. Además, un 9,8% de los estudiantes de las mismas edades declaró haber conducido bajo los efectos del alcohol en el último año, cifra que ascendió hasta cerca del 15% en los estudiantes de 18 años”, destaca el doctor González Luque.
Y es que, según esta misma encuesta, el alcohol es la estancia cuyo consumo está más extendido entre los estudiantes de 14 a 18 años: “un 58% de ellos lo ha consumido en el último mes, casi siempre durante el fin de semana”, apunta el experto. A pesar de que el consumo de alcohol entre los estudiantes ha descendido en términos generales, en los últimos años, “la frecuencia de borracheras entre aquellos que consumen alcohol durante el último mes mantiene una frecuencia ascendente desde el año 94”, explica el doctor González Luque. De hecho, según el Plan Nacional Sobre Drogas, aunque se reduce la extensión del consumo de alcohol, parece que aumenta la frecuencia de episodios de consumo intensivo o problemático entre los que beben.
Más allá de los datos que nos ofrecen las encuestas, las cifras de mortalidad y las circunstancias que la rodean demuestran que “la presencia de sustancias psicoactivas en conductores fallecidos es frecuente”, destaca el doctor Jordi Mateu, coordinador de la Comisión de Seguridad y Prevención de Accidentes de la Asociación Española de Pediatría (AEP). En este sentido y según datos del Instituto Nacional de Toxicología, en el año 2007 un 22,4% de los conductores fallecidos presentaron alcohol en su organismo, un 8,4% alcohol y otras drogas y un 8,6% medicamentos y/o drogas sin alcohol. El 7% de los que fallecieron como consecuencia del consumo de alcohol tenía menos de 20 años de edad. Así, “uno de cada cuatro conductores fallecidos menores de 20 años presentó alcohol en su organismo”, afirma el doctor González.
-Los accidentes de tráfico en la adolescencia
Las lesiones de tráfico constituyen en el mundo la novena causa de morbimortalidad. Según la Organización Mundial de la Salud éstos constituirán en 2030 la tercera causa, por detrás de as enfermedades cardiovasculares y los trastornos mentales depresivos. En España, “las lesiones de tráfico suponen la primera causa de mortalidad entre los 5 y los 35 años y la primera causa de años potenciales de vida perdidos en varones”, destaca el doctor Mateu.
A nivel mundial, un 21% de todos los fallecidos por colisiones de tráfico son menores de 19 años. Y es que “este tipo de lesiones constituye la primera causa de mortalidad mundial entre los 10 y los 20 años”, añade el doctor Mateu. En el conjunto de la Unión Europea, el 34% de las muertes infantiles por lesiones, se deben a accidentes de tráfico.
En España, los grupos de edad con mayores tasas de mortalidad por millón de habitantes son: de los 15 a los 24 años, de los 25 a los 34 años y de más de 75 años. En 2007, fallecieron en nuestro país 108 niños menores de 14 años, lo que representa el 2,8% sobre el total de fallecidos. Los 5.483 niños heridos por colisiones de tráfico, supusieron en ese mismo año un 3,8% de todos los heridos por esa causa.
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