A principios de la presente década, los especialistas de Medicina Intensiva de todo el mundo decidieron encabezar una campaña cuyo objetivo sería disminuir la elevada mortalidad de la sepsis. El compromiso adquirido era difícil, pero alcanzable: reducir la mortalidad de esta grave enfermedad en un 25% para el año 2009, en el que nos encontramos. Ha llegado momento de hacer balance de lo conseguido hasta el momento.
Con este objetivo se ha celebrado una mesa redonda en el contexto del XLIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), que concluye hoy en Valladolid. La sepsis es la principal causa de muerte en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs). “Aunque es una gran desconocida para el público general, esta enfermedad es más frecuente y letal que el sida, el infarto agudo de miocardio o el cáncer”, señala el doctor Eduardo Palencia, del Hospital Infanta Leonor, de Madrid.
Se estima que en España requieren ingreso hospitalario por sepsis aproximadamente 300 personas por cada 100.000 habitantes y año, de las que un tercio presenta el estado grave de esta patología. En estos casos, la mortalidad se acerca al 30%, y alcanza hasta el 50% cuando se produce un shock séptico, estado en el que la presión arterial del paciente baja a un nivel que puede poner en peligro su vida. “Todavía no existe un marcador capaz de detectar la sepsis de forma precoz e inequívoca”, señala el experto.
La sepsis es una enfermedad que requiere de la adopción simultánea de un conjunto de medidas terapéuticas, todas ellas igual de importantes: antibióticos, fluidoterapia, tratamiento quirúrgico en algunos casos, etc. En los últimos años se han añadido nuevos tipos de fármacos al arsenal terapéutico de esta enfermedad, y se ha mejorado sustancialmente el tratamiento de soporte. No obstante, “el principal avance en este terreno vendrá con la aplicación más racional y precoz de los medicamentos disponibles”, señala el doctor Palencia.
En los últimos cuatro años se han publicado diversos estudios que demuestran que es posible disminuir la mortalidad de la sepsis grave hasta en un 40%. “Esto requiere un esfuerzo coordinado de todos los profesionales implicados en su abordaje, bajo el liderazgo de los especialistas en Medicina Intensiva”, comenta el experto. “La sepsis es una tragedia, no sólo para quienes fallecen como consecuencia de ella, sino también para muchos supervivientes que quedan con secuelas graves y duraderas, por lo que todos los esfuerzos para luchar contra esta enfermedad están completamente justificados”, añade.
-Mayor atención a la investigación biomédica de los hospitales españoles
Los médicos intensivistas han aprovechado su congreso anual para solicitar a la Administración y a la propia sociedad una mayor atención hacia la investigación biomédica de los hospitales españoles. Como máximo exponente de esta actividad investigadora en el ámbito de la medicina intensiva, el XILV Congreso Nacional de la SEMICYUC ha contado con la participación del doctor Andrés Esteban, jefe de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), múltiplemente premiado por su trayectoria científica de excelencia.
Tres son las líneas de investigación que hay actualmente en marcha en el ámbito de la medicina intensiva. “Una de ellas es básicamente clínica y tiene que ver con la optimización de la ventilación mecánica en el paciente crítico”, señala el experto. Las otras dos se refieren al síndrome respiratorio agudo y a las infecciones. A este respecto, “llevamos mucho tiempo trabajando en la descontaminación digestiva selectiva, una estrategia profiláctica cuyo objetivo es reducir la incidencia de infecciones, entre ellas las neumonías”, añade.
La ponencia del doctor Esteban ha tratado sobre la ventilación mecánica en pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) que acuden una y otra vez al hospital con episodios agudos de bronquititis. “Existe un cierto pesimismo en torno a estas personas, pero varios estudios han demostrado que no tienen peor pronóstico que otros pacientes, ni presentan mayor mortalidad, ni son más costosos para el sistema sanitario, ni es más difícil retirarles la ventilación mecánica que suelen requerir”, señala.
“La característica fundamental de la investigación que se hace en el ámbito de la medicina intensiva es su carácter traslacional”, según el experto. Así, la inmensa mayoría de los grupos que están realizando estudios sobre problemas de esta especialidad tienen un componente muy importante de médicos que compaginan esa tarea con la asistencia clínica, las guardias y el trabajo con el enfermo crítico. “Una parte muy importante de esta investigación está dirigida a solucionar problemas que surgen en la práctica diaria del profesional”, comenta.
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