Los pacientes españoles con rosácea cuentan con una nueva opción terapéutica para tratar las lesiones inflamatorias (pápulas y pústulas) que pueden aparecer con esta enfermedad dermatológica, cuyo síntoma principal es un enrojecimiento facial intenso. Se trata de Soolantra (ivermectina), un tratamiento tópico de la compañía Galderma que por primera vez combina propiedades antiinflamatorias y antiparasitarias para controlar esta dolencia.
La rosácea es una enfermedad inflamatoria de la piel relativamente frecuente que, según explica el Dr.Vicente García Patos, Jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Vall D´Hebron (Barcelona), “supone entre el 2 y el 3% de las consultas de dermatología”. Afecta a adultos jóvenes de entre 30 y 50 años, y es más frecuente entre las personas de piel blanca, y ojos y cabello claros.
Primer tratamiento tópico antiinflamatorio y antiparasitario para rosácea
Además de la inflamación característica de la dolencia, uno de los posibles factores desencadenantes de la rosácea son los Demodex, un tipo de ácaro que habita en condiciones normales en la piel, pero que en los pacientes con esta enfermedad se presentan en mayor número y densidad. Ivermectina tiene un efecto antiparasitario que elimina este ácaro, que está asociado a las lesiones inflamatorias de la rosácea.
“La acción dual de Soolantra es clave”, afirma el Dr. Vicente García Patos. “Por un lado, ivermectina reduce la inflamación, y por otro, contribuye a reducir la población de ácaros Demodex que vive en la piel. Se sabe que estos ácaros están implicados en la respuesta inflamatoria, y en pacientes con rosácea son mucho más numerosos”, explica el Dr. García Patos. Según el especialista en Dermatología, “hasta ahora, los medicamentos para la rosácea no eran capaces de controlar el Demodex. Ivermectina va dirigido específicamente contra estos ácaros”.
Impacto psicológico de la rosácea
Los síntomas de la rosácea son muy visibles y llamativos, lo que hace que en ocasiones esta enfermedad tenga un gran impacto psicológico. “Afecta a la cara, que es nuestra tarjeta de presentación, y por eso es muy estigmatizante”, afirma el Dr. García Patos. “Tener siempre esa rojez que responde de una forma desproporcionada a los cambios de temperatura o situaciones de mínimo estrés, puede afectar a la vida social y laboral de las personas que padecen rosácea”, asegura el dermatólogo.
Según una encuesta internacional realizada a casi 7.000 personas acerca de sus percepciones globales sobre el enrojecimiento facial asociado a la rosácea, las primeras impresiones que causan las personas que padecen rosácea son más negativas que aquellos que no la padecen[i]. Los atributos físicos de la rosácea estuvieron directamente relacionados con el hecho de que se les percibiera como enfermos, cansados, poco sanos y estresados, lo que significa que los pacientes deben lidiar con los prejuicios asociados a su enfermedad. Dada su capacidad para reducir la inflamación y, por tanto, mejorar el aspecto facial, este nuevo tratamiento podría tener un potencial efecto positivo en la calidad de vida de las personas que sufren esta patología.
La rosácea cursa en brotes y se desarrolla en varias fases. La fase inicial consiste en la aparición de rojez de la cara coincidiendo con factores como el estrés, el sol, los cambios de temperatura o las comidas muy calientes o picantes. “La siguiente fase es un proceso inflamatorio con pápulas y pústulas”, explica el Dr. García Patos, quien añade que “con los años, estas lesiones van dejando una rojez persistente muy típica en la zona de las mejillas, nariz, frente y mentón”. La rosácea puede incluso ocasionar en fases avanzadas problemas de vista u oculares.
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