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07 June 2012

MÁS DE LA MITAD DE LAS MUJERES MAYORES DE 50 AÑOS PADECE HIPERTENSIÓN Y UNA DE CADA TRES TIENE DIABETES



Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de tres de cada diez fallecimientos en España se deben a una enfermedad cardiovascular. En las mujeres,  las enfermedades cerebrovasculares son la principal causa de muerte,  y en la actualidad es responsable del 35,10% de los fallecimientos.  La edad juega, sin duda, un papel importante tanto en hombres como en mujeres, con un aumento de la prevalencia de enfermedad cardiovascular a medida que se envejece. Sin embargo, en el caso de las mujeres, la aparición de factores de riesgo cardiovascular va asociado a la llegada de la menopausia, según ha puesto de manifiesto el doctor Plácido Llaneza, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), que estos días celebra su XII Congreso Nacional en Alicante.
La caída de estrógenos que ocurre tras la menopausia se ha asociado a diferentes mecanismos relacionados con la enfermedad cardiovascular, como son el desarrollo de la arteriosclerosis, la alteración de la actividad de los miocitos, deterioro de la reactividad vascular, modificaciones del perfil lipídico, etcétera”, según explica el doctor Llaneza.
La mayoría de los estudios observacionales a los que hace referencia este experto muestran un incremento de la enfermedad cardiovascular tras la menopausia, y en el caso de las mujeres que sufren un fallo ovárico prematuro o una menopausia precoz se registra también un aumento de la morbimortalidad por enfermedad cardiovascular. “Tras la menopausia, la mujer  deja de recibir la protección natural de los estrógenos y se multiplican algunos de estos factores de riesgo cardiovascular, incrementándose la prevalencia de obesidad, dislipemias y diabetes. Según los datos de la Sociedad Española de Cardiología, a partir de los 50 años, el 50% de las mujeres padece hipertensión y una de cada tres, diabetes o trastornos de metabolismo de los hidratos de carbono o colesterol elevado”, comenta el doctor Llaneza.
Los factores de riesgo cardiovascular en la mujer madura son bien conocidos.  Entre los más destacables y que no son modificables se encuentran la edad, la menopausia, los antecedentes familiares o el grupo étnico al que se pertenece, mientras que otros factores de riesgo sobre los que sí se puede actuar son, por ejemplo, la presión arterial, los lípidos, el peso corporal, la intolerancia a glucosa o la diabetes, el tabaquismo, y los niveles de estrógenos.
El hábito de fumar es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Aunque el número total de fumadores adultos ha disminuido en nuestro país en los últimos 20 años, el porcentaje de niñas adolescentes que se inicia en el hábito tabáquico ha aumentado. Los estudios demuestran que fumar reduce los niveles de colesterol bueno, aumentando así el riesgo cardiovascular.
En palabras del doctor Rafael Sánchez Borrego, presidente de la AEEM, los avances de la medicina y los conocimientos actuales permiten establecer diagnósticos precoces y valorar factores de riesgo, para poder establecer tratamientos y, lo más importante, medidas preventivas. Es importante que a través de campañas y los profesionales de la salud, se haga llegar la información y aumentar la concienciación de mantener hábitos saludables a lo largo de toda la vida, para alcanzar una madurez, no sólo cumpliendo más años si no manteniendo una buena calidad de vida e independencia”. Y es que precisamente, según incide el doctor Sánchez Borrego, el lema del Congreso este año, “Rumbo al Bienestar”,  “representa a la perfección nuestro objetivo: plantear un panorama terapéutico y preventivo que garantice el envejecimiento femenino saludable de las mujeres mayores de 40 años y se encaminen al bienestar”.

Hábitos de vida saludables
La corrección de los factores de riesgo modificables es el principal objetivo de los expertos, según destaca el doctor Llaneza. En primer lugar, es importante animar a la mujer a seguir una dieta correcta que incluya muchos de los componentes tradicionales de la dieta mediterránea. “Lo aconsejable es que el consumo de grasa total no supere el 30% del aporte energético diario, donde las grasas saturadas deben representar un tercio del consumo de grasa total y haciendo hincapié en evitar los alimentos que contengan niveles altos de sal”, explica el doctor Llaneza.
En segundo lugar, se debe aconsejar la práctica de ejercicio físico moderado, de forma ideal realizando 30 minutos de actividad física la mayoría de los días de la semana, con una intensidad que suponga el 65-70% de la frecuencia máxima promedio. En caso de que exista hipertensión arterial, deberían descartarse otras causas secundarias de hipertensión y los fármacos de elección durante la menopausia parecen ser los IECA o los ARAII.
Finalmente, si fuese necesario el empleo de estatinas u otros fármacos útiles para la prevención primaria o secundaria, los especialistas insisten en recomendar la colaboración del médico especialista en este campo, ya que muchos de los datos obtenidos con estos tratamiento provienen de estudios realizados en varones, y parece que no funcionar del mismo modo en la mujer.

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