En el estudio, de una duración de tres años, participaron 77 niños con una edad media de 10 años que sufren Fibrosis Quística leve o de severidad moderada. De ellos, el 26% tenía una capacidad aeróbica baja, el 61% una capacidad aeróbica intermedia y el 13% la tenía alta.
El análisis estadístico ha revelado que una mejor capacidad aeróbica en niños con Fibrosis Quística, derivada de la práctica de ejercicio físico, se asocia con periodos más largos libres de hospitalización. Aunque la reducción de las hospitalizaciones en niños con buena capacidad aeróbica es de solo el 9%, esta diferencia es clínicamente significativa y podría prevenir un peor pronóstico de la enfermedad a una edad más avanzada, y además contribuir al ahorro de gastos sanitarios.
Según la investigadora de la U. Europea, Margarita Pérez, que ha liderado este estudio, "el consumo máximo de oxígeno es un indicador de la capacidad aeróbica asociado, al menos en parte, con la hospitalización por exacerbación aguda de niños con Fibrosis Quística". Y añade, "la práctica de ejercicio reduce la duración de tratamientos con antibióticos y también aumenta la capacidad aeróbica definida por el consumo máximo de oxígeno (VO2pico). El valor del VO2 pico demuestra una correlación mayor con el grado de daño pulmonar".
Implementación de programas de ejercicios
Este es el primer estudio que se realiza en España sobre este tema en una unidad de neumología y podemos afirmar que las pruebas de esfuerzo con análisis de gases para medir la capacidad funcional de esta población afectada de Fibrosis Quística es una herramienta muy útil para el seguimiento de esta población. En este sentido, teniendo en cuenta que los resultados demuestran que la práctica de ejercicio físico podría reducir el deterioro de la capacidad aeróbica observada en el curso de la enfermedad, y con ello mejorar el pronóstico de la misma, "se recomienda la implementación de programas de ejercicios bien elaborados como procedimiento estándar en el tratamiento de la Fibrosis Quística", concluye Margarita Pérez.
Hoy en día, las pruebas aeróbicas y sobre todo la evaluación del VO2pico no se realizan de manera rutinaria a pesar de las declaraciones de la Sociedad Europea de Fibrosis Quística sobe la importancia de practicar ejercicio físico y el estudio de la capacidad aeróbica en pacientes con esta enfermedad. De hecho, según un estudio llevado a cabo en Reino Unido solo un 38,9 % de los pacientes pediátricos se habían sometido a una prueba de capacidad aeróbica en los 12 meses previos. En el caso de España, no existen datos sobre la realización regular de pruebas aeróbicas en pacientes con Fibrosis Quística.
Fibrosis Quística
La Fibrosis Quística es una enfermedad genética que afecta principalmente a los pulmones y en menor medida al páncreas, hígado e intestino. Se produce por una mutación en el gen que codifica la proteína reguladora de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística, lo que provoca un fallo en el transporte de cloruro a través del epitelio, causando secreciones espesas y viscosas en los pulmones o en los órganos del tracto gastrointestinal, endocrino y reproductivo y como consecuencia al funcionamiento adecuado estos órganos se debilitan. Se estima que la esperanza de vida media de pacientes con Fibrosis Quística es de 37, 4 años siendo el fallo en la función pulmonar la principal causa de mortalidad.
Las infecciones pulmonares ejercen un impacto negativo sobre el funcionamiento adecuado de los pulmones, la calidad de vida, la mortalidad y los costes sanitarios. En el caso de la Fibrosis Quística, uno de sus efectos adversos más frecuentes son las exacerbaciones respiratorias agudas que requieren una hospitalización de unos 10-11 días de media.
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